¿Cuál es el impacto de la soledad en la salud física?

05.06.2020

Diversos estudios internacionales han utilizado este interrogante como puntapié inicial para sus investigaciones

Las personas pueden estar solas realmente, lo cual implica que no tienen contacto con otras por diversos motivos, o sentirse solas, que es una situación completamente diferente. Alguien puede sentirse solo aun estando rodeado de gente, porque los motivos no son físicos sino emocionales.

La soledad y el aislamiento social están ligados a la enfermedad, no solo mental, sino también física. Si bien para algunas personas puede ser una situación pasajera, para muchos se puede transformar en una realidad cotidiana y muy dolorosa.

Varios estudios han vinculado esa soledad crónica y el aislamiento social con una mayor incidencia de enfermedades y un mayor riesgo de muerte prematura.

Los científicos todavía desconocen cuál es el mecanismo exacto detrás de esta relación, que no es necesariamente de causa-efecto.

¿Es la soledad la que genera enfermedades o son las enfermedades las que nos hacen estar más aislados?

Si bien la pregunta se puede responder de diversas maneras, hay un punto que los estudios dejan claro: la soledad y el aislamiento social están ligados a la enfermedad, no solo mental, sino también física.

Por eso, conocer cuáles son aspectos de la salud física que se ven particularmente afectados por la soledad puede resultar importante.


Mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares

La soledad está asociada a un aumento de casi un tercio en el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, como problemas del corazón y derrames cerebrales.

Un estudio publicado por la Universidad británica de Newcastle indicó que existen tres potenciales mecanismos para explicar dicha correlación.

Uno es psicológico -la gente que se siente sola con más frecuencia tiene más probabilidades de tener depresión, ansiedad y de sentirse en general más infelices.

Otro mecanismo es biológico -quienes se sienten más solos quizás duerman peor, por ejemplo- y otro es conductual, quizás no hagan tanto ejercicio o fumen más.

A su vez, estos tres factores ligados a enfermedades cardiovasculares se pueden combinar e interactuar entre sí.


Menor capacidad para combatir enfermedades comunes

En este sentido, una investigación realizada por las universidades de California y Chicago y publicado en la revista especializada PNAS, explicó cómo impacta el efecto celular de la soledad en humanos y en simios. Los resultados arrojaron que en algunos casos puede suprimir la eficacia del sistema inmunológico.

Los encargados del estudio pudieron observar que las personas identificadas como socialmente aisladas tenían un aumento del 12% en la actividad de los genes llamados CTRA, que están involucrados en la respuesta inmunológica.

El estado de dicho individuos -que en la investigación se denominan como de "hiperalerta", es decir, desencadenado por el sistema simpático- incrementa la inflamación en el cuerpo y reduce la capacidad del organismo para combatir infecciones.

Registraron, además, que tanto en simios como en humanos la hiperactividad se manifestaba en niveles más altos de las células blancas que participan en la respuesta inflamatoria y en menores niveles de producción de proteínas inmunológicas antivirales.

La hipótesis detrás de este fenómeno es que los humanos evolucionaron para vivir en grupo, y cuando están aislados durante un período prolongado pueden sentirse inconscientemente amenazados y permanecer en un estado de "hiperalerta", desencadenado por el sistema simpático. Ese estado incrementa la inflamación en el cuerpo y reduce nuestra capacidad para combatir infecciones.


Más riesgo de muerte prematura

El aislamiento social y la soledad están asociados a un aumento del 30% del riesgo de muerte prematura, según un estudio de la Universidad Brigham Young University de Estados Unidos. Publicada en la revista de la Association for Psychological Science, la investigación analizó 70 estudios diferentes en los que participaron unos 3.4 millones de personas.

Concluyeron que, contrario a lo que pueda parecer, "los adultos de mediana edad tienen un mayor riesgo de mortalidad cuando tienen soledad crónica o viven solos que los adultos de mayor edad en esas mismas circunstancias".

Los autores creen que el estudio de los efectos de la soledad sobre la salud está ahora en la misma fase de investigación en la que estaba hace décadas la investigación sobre el impacto de la obesidad.