¿La conducta y comportamiento son diferentes?
Aunque guardan relación, la conducta y el comportamiento tienen diferencias. La primera está centrada en lo particular, mientras que el segundo se enfoca en lo global. Si quieres saber más, ¡sigue leyendo!
En su incesante actividad de conocer la naturaleza de la mente y la vida humana, la psicología ha intentado diferenciar dos conceptos claves: conducta y comportamiento. Aunque en la actualidad algunos psicólogos los usan de manera intercambiable, cuando se refiere a la forma de proceder de un sujeto, a nivel teórico es posible hallar algunas sutiles distinciones.
Un análisis minucioso de este asunto enriquece la forma en la que se estudian las acciones humanas. Por eso, en este texto, trazaremos algunas distinciones que nos permitirán comprender mejor lo que hacen las personas ante determinadas circunstancias y estímulos.
Cuáles son las diferencias entre la conducta y el comportamiento
Vale la pena aclarar que, en la práctica, el contraste entre los dos conceptos es difuso y complejo, debido a que ambos están entrelazados. Al intentar separarlos se puede llegar a ignorar el hecho de que las conductas son parte de comportamientos más globales, y que estos, a su vez, resultan de la interacción entre el contexto social, ambiental y los patrones de conductas.
1. Definición
Para aclarar ambos términos, lo haremos desde el conductismo más ortodoxo, con el objetivo de resaltar una distinción más marcada que, en la práctica, como hemos mencionado, se difumina mucho. La conducta es, pues, un conjunto de respuestas ante estímulos ambientales (externos) u orgánicos (internos).
Por su parte, el comportamiento, que es una categoría más amplia, consiste en un conjunto de conductas que se tienen ante un escenario particular. No se limita solo a una serie de respuestas inmediatas ante diversos estímulos, sino que también abarca patrones de acción y reacción que cambian en sintonía con variabilidad de las interacciones sociales.
2. Procesos observables y no observables
La conducta está vinculada a procesos más medibles y observables, como caminar, hablar, gesticular. Su base son actos que otros pueden ver en un entorno específico.
Por su parte, el comportamiento, al ser una dimensión más amplia, incluye aspectos no observables de las acciones, como los pensamientos, las emociones, las creencias, las motivaciones. Abarca de manera más completa la actividad humana en relación con su entorno.
3. Individualidad y sociabilidad
A pesar de estar mediada por el ambiente, la conducta se enfoca en cómo un individuo actúa ante un estímulo. Es un poco más específica, ya que se centra en el organismo en relación con un agente que lo incita a reaccionar.
En cambio, el comportamiento no solo apunta a cómo actúa un individuo, sino también a la manera en que sus acciones repercuten en otros y cómo los demás (el contexto social), a su vez, lo afecta a él. Hay, en mayor medida, un componente social que moldea su proceder.
4. Cambio y adaptabilidad
Otra distinción entre conducta y comportamiento, radica en que la primera es más sencilla y rápida de cambiar, ya que se altera en respuesta a las modificaciones del contexto o el estado interno del organismo.
Mientras que el comportamiento es un poco más difícil de modificar, porque contempla un conjunto de conductas y patrones incrustados en un contexto social complejo.
Ejemplos de conducta y comportamiento
Teniendo en cuenta los puntos anteriores, a continuación, presentamos cuatro ejemplos que pueden ser de utilidad para afianzar las diferencias ente conducta y comportamiento.
1. Ir a clases
2. Reacción temerosa ante una película de miedo
3. Participar en una reunión social
4. Utilización de las redes sociales
Dos conceptos imprescindibles en la psicología
En este artículo, aprendimos que, aunque conducta y comportamiento se usan de manera intercambiable en la cotidianidad, tienen sus diferencias sutiles cuando se examinan con detalle. Desde la psicología hasta la educación, la intervención sobre ambas ha sido esencial.
El análisis breve aquí hecho nos invita a reflexionar sobre la manera en que usamos los conceptos para representar y definir las acciones de las personas. Esperamos que con el contraste realizado ahora tengas más sustento teórico para clasificar mejor tus actos y los de los demás.
Info: José Padilla. Psicólogo