Bolsonaro se estrena con un gesto a la industria agrícola y contra el medio ambiente

04.01.2019

El nuevo presidente de Brasil entrega al ministerio de Agricultura el poder de delimitar las reservas indígenas

El presidente Bolsonaro durante la toma de posesión de sus ministros este miércoles en Brasilia

El nuevo presidente de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, ha comenzado su mandato con un regalo a la poderosa industria agropecuaria que supone un duro golpe al millón de indígenas brasileños y a los intereses medioambientales en el mayor pulmón del mundo. El ultraderechista firmó un decreto que da al Ministerio de Agricultura el poder de delimitar las reservas indígenas.

Bolsonaro también ha dedicado una de sus primeras reuniones con representantes extranjeros al jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, impulsando la naciente alianza entre los mandatarios, nacionalpopulistas, de los países más poblados de América.

Bolsonaro, además de aprobar una batería de decretos, ha estrenado un Gabinete de 22 ministros. En el nuevo Ejecutivo destacan los siete militares retirados, incluidos Bolsonaro (un capitán que dejó el Ejército a finales de los ochenta) y su vicepresidente, Hamilton Mourão (general hasta el año pasado), además de dos mujeres y el juez que condenó a Lula por corrupción.

La competencia de delimitar las tierras indígenas correspondía a la Funai, la agencia para los asuntos indígenas. Ahora "identificar, delimitar, demarcar y registrar las tierras tradicionalmente ocupadas por los pueblos indígenas" pasa a manos de la ministra de Agricultura, Tereza Cristina Dias, que hasta las últimas elecciones era la diputada al frente de la bancada que representa los intereses de la industria agroganadera.

Este decreto de Bolsonaro satisface una vieja demanda de la industria pecuaria y de la soja, que con los evangélicos fue uno de los apoyos clave para que el exmilitar alcanzara la presidencia. Ya en campaña anticipó su intención de abrir más tierras a la explotación comercial.

El brasileño, emulando a su homólogo Donald Trump, ha explicado su decisión en un tuit en el que, una vez más, ha dejado claro su desdén por las minorías -hoy a cuenta de los indígenas como en ocasiones anteriores los negros, las mujeres o los homosexuales-. "Menos de un millón de personas viven en estos lugares verdaderamente aislados de Brasil, explotadas y manipuladas por las ONG. Juntos vamos a integrar a estos ciudadanos y poner en valor a todos los brasileños", ha tuiteado. La decisión presidencial es temporal, deberá ser ratificada en 120 días por el Congreso.

Un millón de los 209 millones de brasileños son indígenas; viven en tierras que suponen un 12,5% del territorio nacional, sobre todo en la frágil Amazonia. Sonia Guajajara, una de sus líderes, que fue candidata a la vicepresidencia por un pequeño partido de izquierda, respondió con un tuit indignado de condena: "La destitución ya ha comenzado, la Funai ya no es responsable de la identificación, delimitación, demarcación y registro de Tierras Indígenas, salió hoy en el Diario oficial de la Unión. ¿Alguien todavía tiene dudas de las promesas de exclusión de la campaña?". Ya de candidato y en su trayectoria como diputado Bolsonaro ha minusvalorado la protección medioambiental y ha anunciado su intención de abandonar, siguiendo los pasos de Estados Unidos, el Acuerdo de París contra el cambio climático.