Bonistas: ¿quién es quién en la negociación de la deuda?

15.07.2020

Los fondos más hostiles y los que ya aceptaron la propuesta. La estrategia oficial para romper las alianzas. Pese a la suba de la oferta, qué cambios reclaman los más duros

Pese a que el Gobierno elevó en más de USD10.000 millones los pagos ofrecidos a los bonistas desde la propuesta inicial de abril, la pulseada por la reestructuración de los USD66.200 millones de deuda externa aún no está terminada. La oferta formalizada la semana pasada en la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC por su sigla en inglés), valuada en un promedio de USD53,5, recibió el apoyo del grupo de acreedores más dialoguista pero los sectores más hostiles sostienen su rechazo. ¿Quién es quién en la negociación?

Blackock

La firma conducida por el magnate Larry Fink parece tener la llave para un acuerdo con mayorías y sin riesgo de litigios. BlackRock es el mayor administrador de fondos de inversión del mundo. Gestiona activos por más de USD6 billones, casi 14 veces el PBI de Argentina. Fink es el lobo de lobos en Wall Street y tiene acceso ilimitado a la Casa Blanca. En marzo, su firma fue seleccionada por la Reserva Federal de EE.UU. para ejecutar su programa de recompra de activos corporativos, un salvataje en medio de la coronacrisis.

Por su peso económico, simbólico y político, en otras palabras, por su capacidad de arrastre, es determinante en la negociación en curso. No tanto por sus tenencias específicas de deuda soberana argentina: si bien es uno de los principales acreedores, no llega al 5% del stock a reestructurar.

En la pulseada con el ministro de Economía, Martín Guzmán, los emisarios de Fink fueron los más hostiles. Incluso presionaron por distintas vías para Alberto Fernández desplace a su funcionario y encabece él mismo la negociación.

Ad Hoc y Exchange

BlackRock lidera el grupo Ad Hoc, integrado por Fidelity, Ashmore, Autonomy, T. Rowe, AllianceBernstein y Wellington, entre otros grandes fondos. Desde hace ya varios meses, este agrupamiento se mueve en conjunto con el segundo núcleo más grande: el Exchange Bondholders Group, comandado por Monarch e integrado por tenedores de bonos ya reestructurados en 2005 y 2010.

En conjunto, aseguran tener el 32% de la deuda elegible y, por ende, poder de bloqueo en los bonos del canje y en algunas series de títulos Globales emitidos por Mauricio Macri.

En un comunicado conjunto, el miércoles pasado rechazaron la nueva oferta aunque fueron más conciliadores de lo esperado. Una actitud que muestra que los líderes de estos grupos también privilegian un acuerdo y que también exhibe las diferencias internas entre sus integrantes. Sin embargo, continúan presionando en busca de aumentar un poco más los pagos comprometidos, algo que el Gobierno rechaza, y para conseguir algunos beneficios legales.

Sobre este último punto, el que hoy por hoy está en debate, la pretensión de Ad Hoc es que todos los nuevos bonos que se emitan como parte del canje reciban el contrato legal de 2005, inclusive los tenedores de bonos Globales que tienen el contrato de 2016.

El contrato (o indenture) 2005 tiene dos aspectos más problemáticos para el país: por un lado, tiene cláusulas de acción colectivas (CAC) más exigentes que le da mayor capacidad de bloqueo a sus tenedores en caso de reestructuración; por otro, brinda a los bonistas más facilidades para litigar en caso de default al permitir las demandas individuales.

El indenture 2016 forma parte del nuevo estándar internacional definido en 2014. En la oferta original, Guzmán dispuso que este contrato se aplicara a todos los nuevos títulos, inclusive los que recibirían los tenedores de bonos del canje pasado. Pero en busca de traccionar al grupo Exchange concedió que estos últimos conserven sus derechos legales, pero rechazó que se hagan extensivos a los bonos M.

Real Money

Con todo, el afán de muchos de los principales tenedores no es terminar en nuevo juicio. Es el caso de los fondos conocidos como "real money", que administran dinero de fondos de pensión, de empresas o inversores individuales y que rigen sus carteras con una perspectiva de largo plazo. Entre ellos están BlackRock y Fidelity.

Pese a que presionan para conseguir mejores condiciones y tienen peso específico como para traccionar voluntades y bloquear un acuerdo generalizado, lo cierto es que no está entre sus costumbre visitar los tribunales de Nueva York.

Hedge Funds

Existe un tipo de fondos intermedio, acostumbrado a apuestas más agresivas de inversión de corto plazo: los llamados hedge funds o fondos de cobertura. Si bien no son los mayores especialistas en litigios por default, tienen experiencia en el rubro. Se caracterizan por apuestas especulativas y más riesgosas, por ejemplo con carteras muchas veces volcadas a mercados emergentes, en busca de ganancias rápidas.

Entre ellos, hay varios integrantes de Ad Hoc, como Ashmore, uno de los negociadores más agresivos, y T. Rowe. Aunque también los hay entre los dialoguistas: Greylock, un típico hedge fund y litigante contra el país por el default de 2001 hasta que aceptó el segundo canje en 2010, ya manifestó su adhesión a la oferta.

Distress

Hay otros aún más volcados a las estrategias judiciales. No necesariamente buitres pero sí asesorados por poderosos bufetes de abogados.

La mayoría de ellos, como Monarch y VR, integra el grupo Exchange. Prueba de eso es que los bonistas del canje contrataron como asesor jurídico a Dennis Hranitzky, el exabogado de Paul Singer en el juicio contra el país que terminó con la sentencia del fallecido juez neoyorkino Thomas Griesa a favor de los buitres. Hranitzky se hizo famoso en 2012 por el embargo a la fragata libertad en el puerto de Ghana como parte de la causa.

Sin embargo, hoy por hoy, la brecha entre la propuesta oficial y las exigencias de estos bonistas es escasa. Es que el Gobierno focalizó buena parte de las últimas mejoras en sus tenencias con la intención de quebrar su alianza con Ad Hoc: por caso, elevó a USD60 el valor presente ofrecido para los bonos Discount y les reconoció a sus tenedores y a los de los Par el contrato de 2005.

"Amigables"

Guzmán ya cuenta con algunas adhesiones de peso, aunque insuficientes para abrochar el canje. Los primeros en dar el sí a la nueva oferta fueron Gramercy y Fintech, el fondo liderado por el empresario mexicano David Martínez, un hombre con importante participación en grandes empresas argentinas, como Telecom, y de buen diálogo con Alberto Fernández.

A ellos se sumó rápidamente Greylock, la firma que lidera el Comité de Acreedores de Argentina, el tercer grupo de bonistas. Su CEO, Hans Humes, dijo que la oferta es razonable y que será dificil rechazarla para los grandes fondos.

Este grupo se suma a los bonistas que habían aceptado la oferta original, principalmente inversore argentinos con tenencias de deuda bajo ley extranjera. En conjunto, representan alrededor del 25% de los bonos a reestructurar.

Por eso, Guzmán necesita nuevas adhesiones. La participación mínima para hacer efectivo el canje es del 50% de los bonos emitidos por Macri y los títulos del canje 2005. Y para activar las CAC y lograr una reestructuración generalizada necesita el 66% y el 85% respectivamente.

Minoristas

Una de las claves para reunir los votos necesarios será la venta de la oferta que realizan por estos días los bancos colocadores contratados por el Gobierno, el HSBC y el Bank of America, entre los tenedores minoristas, que no integran los grupo de negociación. Estos tenedores de deuda argentina dispersos tienen más de la mitad de los títulos en juego y, según los cálculos oficiales ostentan hasta el 60%.

Pimco

En el afán de arrastrar acreedores minoristas podría ser clave el rol de Pimco, un fondo real money californiano con peso en el establishment financiero internacional. Con alrededor de USD2.000 millones, es el mayor tenedor de bonos elegibles no agrupado.

El Gobierno encaminó su relación con esta firma el mes pasado cuando Economía anunció una nueva estrategia para darle salida a los fondos extranjeros que aún estaban posicionados en pesos: la realización de subastas de bonos en dólares por USD1.500 millones en lo que resta de 2020. Esto benefició particularmente a Pimco que era el principal tenedor del Botapo, un título en moneda local por $130.000 millones que venció el 21 de junio y que tras esta jugada se refinanció.

Días atrás, Mohamed El-Erian, jefe de asesores de Allianz, dueña de Pimco, hizo un guiño importante a la oferta oficial. Dijo que la propuesta argentina "ofrece un gran avance" y que "merece apoyo".