Boris Johnson apoya a su asesor Cummings mientras diputados -tories- piden su dimisión

26.05.2020

El todopoderoso consejero se saltó el confinamiento para viajar a casa de sus padres cuando él y su esposa tenían síntomas de coronavirus

Dicen en el Reino Unido que el todopoderoso Dominic Cummings, padre del Brexit y mano derecha del primer ministro Boris Johnson, es la mano que mueve los hilos del poder en el país. Le llaman el -Rasputín- británico. Y la nueva polémica de la que es protagonista no deja mucho lugar para las dudas.

Tras conocerse que se saltó el confinamiento para viajar a casa de sus padres cuando él y su esposa tenían síntomas de coronavirus para que, según justificó, cuidaran de su hijo de tres años, este domingo otros medios locales publicaron que rompió la cuarentena en más ocasiones, información que él califica como "falsa".

Al menos una decena de diputados de su propio partido pidieron a lo largo del día la dimisión inmediata de Cummings, acusándolo de violar la ley, mientras que Johnson dio la cara por él, diciendo que tras "conversar cara a cara" sobre lo sucedido, concluyó que "no tenía otra alternativa", que actuó así por su "instinto de padre" y que "en todos los aspectos actuó de manera responsable y legal, con integridad y con el objetivo de detener la propagación del virus y salvar vidas".

El líder la oposición, el laborista Keir Starmer, manifestó por su parte que al defender a Cummings, Johnson ha insultado "los sacrificios hechos por el pueblo británico» y añadió que la gente pensará «que hay unas reglas para el asesor más cercano del primer ministro y otra para el pueblo".

Así es Dominic Cummings, el "Rasputín "de Johnson

El llamado "arquitecto del Brexit", ya que fue no solo uno de los principales promotores del divorcio entre Reino Unido y la Unión Europea, sino su principal estratega, nació en Durham, al noreste de Inglaterra, en 1971. Está casado con la periodista Mary Wakefield, editora de la revista -The Spectator-, donde también trabajó Johnson, y se convirtieron en padres de un niño en el 2016. Fanático de Rusia y de su cultura, habla perfectamente el idioma y es un ávido lector de novelistas como Dostoievski.

Según el periodista de -The Guardian- Patrick Wintour, está obsesionado con Anna Karenina, Bismarck y las matemáticas. Quizá de ahí viene su paciencia para hacer cálculos, tanto matemáticos como políticos. El último que le ha salido bien fue la ruptura del llamado «Muro rojo», las regiones tradicionalmente votantes del Partido Laborista que en las pasadas elecciones eligieron a los tories. Y les sirvieron el triunfo en bandeja.

También es un amante de la ciencia y la tecnología, y se cree que, también por influencia suya, Boris Johnson le ha dado una gran importancia a estas áreas en sus discursos. La idea de convertir al Reino Unido en una potencia científica en la era post-Brexit fue una de las grandes promesas del "premier", que incluso ha dicho que, pese a sus planes de regular la inmigración con un estricto sistema de puntos, los científicos de alto nivel tendrán «vía libre» para vivir y trabajar en el país.

Graduado en Historia Moderna por la Universidad de Oxford, Cummings tuvo su gran incursión en el Gobierno británico en 2007 bajo la protección del entonces secretario de educación Michael Gove. Y desde entonces se ha labrado un camino con pocos amigos, cada vez más enemigos y grandes victorias. Pese a ser tan inteligente como creativo, algo que nadie niega, sus formas ponen de los nervios a más de uno, ya que puede ser tan carismático como explosivo.

En todo caso, la mejor forma de conocerlo -o no- es leer su blog, en el que no se corta un pelo con sus opiniones. O leer lo que piensan otros de él. Como el ex primer ministro David Cameron, que en 2014 lo llamó "psicópata profesional". Boris Johnson, sin embargo, es su más fiel protector.