Hallan a un nuevo neandertal enterrado junto a la “tumba de las flores”

20.02.2020

Descubierto en la famosa cueva iraní de Shanidar, puede arrojar luz sobre los ritos funerarios de esta especie humana extinta

El cráneo aplastado de un neandertal hallado en Shanidar

Durante los años 50, el arqueólogo estadounidense Ralph Solecki descubrió los esqueletos fosilizados de ocho neandertales adultos y dos bebés que habían vivido hace decenas de miles de años en los paisajes de la cueva de Shanidar, actualmente el norte de Irak. Algunos de ellos yacían agrupados, rodeados de polen antiguo, lo que llevó al investigador a pensar que esta especie extinta enterraba a sus muertos y, además, realizaba ritos funerarios con flores.

Aunque el significado de la presencia de las flores sigue siendo controvertido, Solecki ayudó a desacreditar la idea de que los neandertales eran bestias, más cercanos a los animales que a los humanos. Muy al contrario, estos y otros descubrimientos han confirmado que, en realidad, eran muy parecidos a nosotros: rendían culto a los muertos, tenían lenguaje e incluso, dicen, fueron artistas.

Ahora, un equipo británico ha desenterrado en Shanidar el esqueleto muy bien conservado de otro neandertal de hace unos 70.000 años, un hallazgo inesperado que, según sus descubridores, ofrece una oportunidad incomparable para investigar las prácticas mortuorias de estos homínidos a la luz de las nuevas tecnologías.

Los huesos de la mano izquierda del neandertal emergen de los sedimentos

Cráneo aplastado

Según explican en un artículo publicado en la revista -Antiquity»- los investigadores de las universidades de Cambridge, Birkbeck y John Moores en Liverpool abrieron la antigua trinchera de Solecki para recolectar nuevas muestras de sedimentos, pero lo que encontraron iba mucho más allá: el cráneo aplastado y los huesos del torso de otro neandertal.

"Mucha de la investigación de cómo los neandertales trataron a sus muertos implica regresar a los hallazgos de hace sesenta o incluso cien años, cuando las técnicas arqueológicas eran más limitadas", comenta Emma Pomeroy, del Departamento de Arqueología de Cambridge y autora principal del nuevo artículo. Por eso, los nuevos hallazgos "permitirán utilizar tecnologías modernas para explorarlo todo, desde el ADN antiguo hasta las preguntas sobre cómo morían y si se parecían a las nuestras".

Entrada de la cueva de Shanidar

Ralph Solecki intentó varias veces volver a excavar en Shanidar, pero nunca lo logró. En 2011, el gobierno regional kurdo se acercó al profesor Graeme Barker del Instituto de Arqueología McDonald en Cambridge para volver a visitar la cueva de Shanidar. Con el apoyo de Solecki, la excavación comenzó en 2014, pero se detuvo dos días después por temor a que los terroristas del ISIS se acercaran demasiado. Se reanudó al año siguiente.

En 2016, en una de las partes más profundas de la zanja, una costilla emergió de la pared, seguida de una vértebra lumbar, luego los huesos de una mano derecha apretada. Durante 2018 y 2019 descubrieron un cráneo completo, aplastado por miles de años de sedimentos y huesos de la parte superior del cuerpo casi hasta la cintura, con la mano izquierda doblada debajo de la cabeza como si fuera un pequeño cojín.

Posición del neandertal hallado en Shanidar. En gris, la roca colocada junto a su cabeza

Mediana edad

Los primeros análisis sugieren que se trata de un adulto de mediana edad, aunque el sexo aún no se ha determinado. Shanidar Z, como ha sido bautizado, ha sido prestado a los laboratorios arqueológicos de Cambridge, donde se escanea para ayudar a construir una reconstrucción digital.

El equipo también está trabajando en muestras de sedimentos de todo el nuevo hallazgo, buscando signos de cambio climático en fragmentos de conchas, huesos de ratones y caracoles antiguos, así como rastros de polen y carbón que podrían ofrecer información sobre actividades como cocinar y el famoso "entierro de flores".

Cuatro de los neandertales, incluido el del «entierro floral» y el último hallazgo, formaron lo que los investigadores describen como un «conjunto único» que les lleva a preguntarse si los neandertales regresaban una y otra vez al mismo lugar dentro de la cueva para enterrar a sus muertos.

Mapa de la cueva de Shanidar

Lugar de memoria

Una roca prominente junto a la cabeza de Shanidar Z puede haber sido utilizada como marcador para que los neandertales depositaran allí repetidamente sus muertos, aunque será difícil determinar si el tiempo entre muertes era de semanas, décadas o incluso siglos.

"La nueva excavación sugiere que algunos de estos cuerpos fueron colocados en un canal en el piso de la cueva creado por el agua, que luego fue excavado intencionalmente para profundizarlo", dice Barker. "Existe evidencias sólidas de que Shanidar Z fue enterrado deliberadamente".

Las tomografías computarizadas en Cambridge han revelado que el hueso petroso, situado en la base del cráneo y uno de los más densos del cuerpo, parece estar intacto, lo que ofrece la esperanza de recuperar el ADN de los neandertales de la región seca y caliente donde probablemente se cruzaron con los humanos modernos cuando salieron de África.

Flores a los difuntos

Solecki creía que las flores de Shanidar fueron colocadas de forma ornamental y elegidas por sus propiedades terapéuticas, pero nunca estuvo claro si los neandertales eran realmente capaces de tal sofisticación cultural. Si así fuera, la práctica de llevar flores a nuestros difuntos sería mucho más antigua de lo que creíamos. "En los últimos años hemos visto una creciente evidencia de que los neandertales eran más sofisticados de lo que se pensaba anteriormente, desde las marcas de cuevas hasta el uso de conchas decorativas y garras de rapaces", dice Pomeroy. "Si los neandertales estuvieran usando la cueva Shanidar como un sitio de memoria para el entierro ritual repetido de sus muertos, sugeriría una complejidad cultural de alto orden"