La Casa Blanca recluta 'influencers' contra las mentiras de las vacunas

04.08.2021

Al fallar el miedo y los incentivos, el Gobierno estadounidense se gira hacia las redes sociales para utilizar las dosis que le quedan antes de que se caduquen y llegar a la deseada inmunidad del grupo

"¡Tu país te necesita!". Desde Lord Kitchener hasta el presidente Woodrow Wilson, las oficinas de reclutamiento han apelado siempre a la sociedad civil para ayudarles en sus campañas. La guerra contra el enemigo invisible del coronavirus no iba a ser menos, pero en lugar de pósters con el Tío Sam apuntándoles a la cara, la llamada que han recibido medio centenar de jóvenes en Estados Unidos ha llegado de la mano de agencias de marketing con un cheque en la mano. Los que la han recibido no eran cualquiera, sino 'influencers' con millones de seguidores en redes sociales como Tik-Tok, YouTube o Instagram.

A Ellie Zeiler, de 17 años, los ejecutivos de Village Marketing le explicaron que les había contratado la Casa Blanca para reclutar a medio centenar de 'influencers' que ayudasen a combatir las 'fake news' que distribuyen los anti vacunas, porque hay "una gran necesidad de crear conciencia entre las edades de 12 y18 años".

En realidad, el sector de la población estadounidense más reacio a la vacuna asciende hasta los 39 años. Entre estos, menos de la mitad se han vacunado, en comparación a casi el 70% de los mayores de 50 años. Son los jóvenes los que bajan significativamente el porcentaje medio de EE UU, que la semana pasada cayó por primera vez por debajo del nivel de vacunación europeo.

Con la variante Delta acaparando la mayor parte de los nuevos contagios, el Gobierno norteamericano se enfrenta a un otoño muy gris, aunque no llegue a ser tan negro como el año pasado. La famosa adolescente de TikTok tiene diez millones de seguidores y puede llegar a recibir hasta mil dólares al mes por promover entre ellos la vacuna contra la covid-19. Su mejor talento es parecerse a Charli D'Amelio, otra 'influencer' con más seguidores que los Oscar. Les basta con posar frente al espejo y grabarse videos de hasta un minuto máximo en el teléfono para ganar más que un curtido periodista en un medio local.

La prensa local, más reacia

Un estudio del New York Times señalaba a los periódicos locales más pequeños como y los lugares donde ganan credibilidad quienes fabrican las grandes mentiras del coronavirus. Al carecer de fondos y periodistas para generar información propia, publican los artículos gratuitos que escribe gente como el doctor Joseph Mercola, un prestigioso fabricante de suplementos que en el último año ha publicado en periódicos como 'The Freedom Phoenix' o 'The Atlanta Business Journal' artículos que califican erróneamente a la vacuna de "terapia genética" o acusan a Bill Gates de "controlar en la sombra al Organización Mundial de la Salud". Con esa publicación en la mano consiguen llegar hasta grandes canales como Fox News, donde multiplican la audiencia.

La confianza de los estadounidenses en los medios locales es del 45%, en comparación al 31% de las organizaciones nacionales, según Gallup, pero son los grupos de comunicación como Gannett, propietario del 'USA Today' y un centenar de diarios locales, los que les proporcionan esa credibilidad al unir fuerzas y dedicar recursos al periodismo y al 'fact-checking', departamentos que comprueban la veracidad de los artículos publicados. Los expertos en comunicación creen que nunca se podrá ganar la batalla a los difusores de noticias falsas con unos cuantos videos de 'influencers', porque los negacionistas convencidos dedican toda su fuerza y todo su tiempo a difundir sus teorías en páginas de Internet y redes sociales, mientras que los adolescentes de moda sólo lo harán de vez en cuando, mientras el gobierno les pague por ello.

Con todo, Cristina Najjar, otra 'influencer' de 30 años con cuatro millones de seguidores en TikTok a la que su manager informó el mes pasado sobre la petición de la Casa Blanca, señaló al diario 'The New York Times' que había aceptado el llamado por puro convencimiento.

Pero al Gobierno del Estado de Colorado, que ha iniciado un programa similar, solo le importa el corto plazo: le quedan dos meses para usar 350.000 dosis de la vacuna a punto de caducar. Después llegará el otoño del coronavirus.