Los infectados siguen segregando el virus durante 90 días tras curarse

17.09.2020

La directora del órgano de control ruso Rospotrebnadzor, Anna Popova, dijo ayer durante una reunión del presídium de la Academia de Ciencias de Rusia que "tenemos constancia de que una persona que ya se ha recuperado de la covid-19 sigue excretando el virus hasta durante 90 días".

Popova matizó que "las observaciones realizadas en Rusia indican que el paciente curado de la enfermedad sigue segregando el virus unos 48 días, aunque científicos de otros países han determinado que tal plazo puede extenderse hasta los 90 días". Por eso, la responsable de Rospotrebnadzor recomendó establecer un periodo de por lo menos 90 días de prevención ante los contagios presumibles que puedan causar quienes padecieron la covid-19. Popova explicó que los pacientes recuperados "son personas que no presentan síntomas, los indicadores de sus análisis de sangre son excelentes, pero segregan el virus por la nariz".

En declaraciones a la agencia RIA-Nóvosti, el virólogo ruso, Anatoli Alstéin, señaló que un antiguo enfermo de coronavirus «sigue siendo peligroso para su entorno durante una media de dos semanas, pero existen excepciones. Los hay que conservan la capacidad de seguir infectando durante mucho más tiempo». Según Alstéin, "ni siquiera hay garantías totales contra la reinfección después de vacunarse (...) la vacuna solo aumenta las posibilidades de evitar el contagio".

Popova hizo ayer también referencia a la posibilidad de que la Covid-19 se convierta en una enfermedad estacional y nos acompañe cada año. Según sus palabras, "la covid está adquiriendo estacionalidad (...) por ahora es un pronóstico que llegue a confirmarse tal suposición, pero es bastante objetivo. En el hemisferio sur aumentó la incidencia de la enfermedad durante el invierno mientras que en el hemisferio norte los momentos álgidos han sido durante la primavera y ahora en otoño".

Por otro lado, el ministro ruso de Sanidad, Mijaíl Murashko, aseguró ayer que más de 300 personas han sido ya vacunadas en Rusia de forma voluntaria con la Spútnik V y, según sus palabras, "aproximadamente un 14 % de ellas se quejaron de cierta sensación de debilitamiento general, leves dolores musculares y fiebre en algunos casos". Sin embargo, Murashko afirmó que todos esos efectos secundarios "son reacciones previsibles".

Mientras tanto, en Rusia siguen aumentando los contagios. Desde ayer martes se han registrado 5.670 nuevos casos positivos, que son 141 más que el día anterior. El número total de infectados en Rusia desde el comienzo de la pandemia asciende así a 1.079.519 pacientes, de los que 890.114 se curaron. Desde ayer se han contabilizado además 132 nuevos fallecimientos, lo que sitúa el total de muertes en 18.917. Supone, según fuentes oficiales, una mortalidad del 1,7%, que es 17 veces superior a la de la gripe estacional (0,1%).