Por la devaluación en 2018 se redujo a la mitad el costo salarial para la industria
De acuerdo a Abeceb, Argentina mejoró su productividad y pasó del puesto 25 al 15 en el ranking de los países más competitivos.
El costo laboral para la industria cayó desde el año pasado a la mitad por la devaluación del peso, según se desprende del Ranking de Costo Laboral Unitario Global de Manufacturas (CLU) de la consultora Abeceb, donde Argentina pasó del vigésimo quinto puesto a la decimoquinta posición en la lista de los países más competitivos para la producción fabril de un total de 25 países con condiciones similares.
La fuerte devaluación mejoró la competitividad cambiaria y le permitió a Argentina mejorar diez escalones su posición en el ranking: "desde diciembre último hasta la fecha el tipo de cambio avanzó cerca de 110%", destacó un informe de la consultora que presidía el ahora ministro de Producción, Dante Sica, aunque con la caída del dólar en lo que va de octubre, el salto del dólar se acotó al 99%.
"En la vereda opuesta, varias economías experimentaron una apreciación de sus monedas en el último año, especialmente aquellos países pertenecientes a la Eurozona y algunos de Europa oriental como República Checa y Polonia", señaló el reporte.
El trabajo destaca que, entre los 25 países en la muestra, Taiwán es el más competitivo en costos manufactureros, seguido por Indonesia, México, Tailandia y China. En cambio, los puestos finales son ocupados por Francia, Brasil, Italia, Suiza y, por último, Australia.
A nivel regional, la Argentina redujo su costo laboral un 52%, mientras que Brasil lo bajó un 20% también mejoró su competitividad gracias a la depreciación del real en un año de alta volatilidad cambiaria para los medas emergentes al que se le sumó un contexto de creciente incertidumbre electoral.
Argentina redujo en 2018 su costo laboral un 52%, mientras que Brasil lo bajó un 20% también mejoró su competitividad gracias a la depreciación del real en un año. Así, ambos dejaron de ser los países con los costos salariales fabriles más elevados.
Así, en 2018 tanto Brasil como Argentina dejaron de ser los países con los costos salariales fabriles más elevados por encima de Australia, Suiza e Italia.
Cabe recordar que este ranking se enfoca en el sector industrial de la economía, que consiste en los sectores dedicados a la transformación de materias primas en productos manufacturados y no tiene en cuenta sectores como la agricultura, la minería, el petróleo y gas no industrializado ni la construcción.
De acuerdo a Abeceb, "la mejora en el ranking debe ser considerada como temporaria hasta que se establezca una nueva relación entre tipo de cambio y costos salariales. Esto se debe a que el camino hacia una economía competitiva e integrada al mundo es largo y debe superar los problemas estructurales que tiene el país".
Entre otras recomendaciones para avanzar sobre las dificultades, Schuster consideró que se debe avanzar en la modernización de la regulación laboral que "es una de las prioridades para reducir costos ineficientes, mejorar la productividad y atacar la elevadísima tasa de informalidad que actualmente deja a más de un 30% de los trabajadores en una situación de vulnerabilidad".
Al mismo tiempo, agregó que la infraestructura debe volver a escena, junto a insumos energéticos a costos competitivos y tasas de interés, mercado de capitales y una estructura impositiva razonables que permitan profundizar la política comercial de integración al mundo.
De acuerdo al informe, "estructuralmente, existe una correlación entre la competitividad de un país y su nivel de productividad. Un país es más productivo que otro cuando mediante la combinación de factores de capital, trabajo y eficiencia en el uso de esos factores obtiene, por unidad de trabajo, un mayor producto".