Por qué la voz de algunas personas nos agrada y la de otras nos molesta

29.05.2020

El instrumentalista especializado en la voz Xevi Gata explica las claves del poder transformador del sonido

"Hay muchas cosas que puedo ver y reconocer cuando una persona canta. Puedo ver el nivel de técnica de su instrumento y de su conocimiento musical. También puedo sentir su carácter, sus sentimientos, sus debilidades, sus virtudes, sus necesidades, sus miedos y sus alegrías". La voz tiene un gran poder de transformación sobre las respuestas emocionales, según afirma Xevi Gata, músico, instrumentalista especializado en la voz y cantante que investiga desde hace más de 20 años el poder transformador del sonido.

El experto defiende que la voz es "el espejo de la persona y de su alma" y que, de alguna manera, es la extensión del "yo" a la que también puede llamarse "centro" o "esencia". Así, según explica, dependiendo de las similitudes de nuestros "centros" podemos sentirnos más cercanos o menos hacia otras personas. Por eso no a todo el mundo le gustan los mismos timbres de voz ni le hace sentir lo mismo.

A grandes rasgos puede decirse que una voz nos relaja porque su "rango hablado" oscila en unos hercios que estimulan la relajación. También esa sensación agradable que nos provoca una voz podría estar relacionada con la forma de expresarse de esa persona, sus gestos, su ritmo en las palabras, su mirada, su escucha o incluso la seguridad que expresa.

Pero a la hora de buscar una explicación sobre por qué algunas voces nos irritan o nos alteran Xevi Gata hace referencia a cuestiones como que el timbre de esa voz nos pueda recordar inconscientemente a alguien con quien no tuvimos una buena experiencia. Ese cierto desagrado puede también estar motivado por el hecho de que el ritmo sea demasiado rápido o demasiado lento o que no esté en consonancia con nuestro momento a la hora de comunicarnos.

Otros factores que pueden influir en si una voz nos resulta o no agradable son, por ejemplo, que la estructura hablada sea difícil de seguir o de entender, que las "micro melodías" que genera esa persona al hablar no resulten de nuestro agrado, o que sus palabras estimulen de alguna manera el pensamiento y no nos permita centrarnos en la escucha ni en la atención.

Aunque estos pueden ser algunos ejemplos, el experto indica, no obstante, que esa percepción depende más de la conexión o empatía entre el "centro" o esencia del que habla y el nuestro.

Cómo entrenar la voz para transmitir calma

Escuchar nuestra voz y utilizarla como herramienta de auto aprendizaje nos conectará con nuestra esencia y podremos transmitir más calma. Para Xevi Gata, que enseña estas técnicas en su escuela explica que no se trata de querer aparentar algo que no forme parte de nuestra esencia, sino de transmitir "lo que uno es, en el aquí y en el ahora".

Por eso cree que el estudio de uno mismo, la escucha interna, la aceptación de la esencia, el entendimiento y la capacidad para discernir lo que es esencial de cada uno serán las claves para que la voz refleje lo que somos. "Si uno mismo está conectado con su paz interna con su aceptación, reconociendo sus partes egocéntricas y dejando de lado lo que no forma parte de su esencia podrá expresarse y transmitir buenas sensaciones con su voz", revela.

La voz, un bálsamo para el cerebro

La ciencia afirma que cuando una persona está en contacto con la música, la voz y la escucha interna emocional o física su cerebro disminuye las ondas cerebrales y se transporta a un estado menos mental que contribuye a situarnos, según revela Xevi Gata, en un estado de relajación y, en momentos puntuales, de profunda calma.

La explicación está, según precisa el experto, en la siguiente secuencia: el cerebro recibe las sensaciones del tono hablado o cantado en el córtex prefrontal, el ritmo y patrones constantes se trasladan al córtex frontal izquierdo, el entendimiento de la palabra, las letras, vocales y consonantes se dirigen a el área de Wernicke's situada en la parte posterior del córtex izquierdo. Y mientras, la actividad cerebral se encuentra en constante plasticidad ayudando a que los neurotransmisores hagan sus funciones (controlar el estado de ánimo y el deseo sexual, reducir el dolor, potenciar el sistema inmunitario, regular la ansiedad, estimular los músculos...) de una forma fácil y coherente.

Por eso el experto insiste en la importancia de mantener un estado de relajación a través de la voz y la música, pues eso permite al cuerpo dejar de generar constantemente neurotransmisores para reequilibrarse ante la ansiedad o el malestar.