Regresión

18.12.2020

La regresión en el ámbito del psicoanálisis puede abordarse desde dos perspectivas diferentes: desde el comportamiento y desde su uso como terapia. 

Según el propio fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud, la regresión es un mecanismo de defensa que consiste en el retroceso del yo a un estadio anterior del desarrollo. Con esto se consigue afrontar sucesos, pensamientos o impulsos que resultan inaceptables para el sujeto.

Sin embargo, son muchos los autores que consideran que el concepto de regresión debe ser abandonado y sustituido por el estudio de la persona en su conjunto ya que se basa la teoría de los estadios de Freud, un modelo de desarrollo que actualmente se considera obsoleto. No obstante, se sigue utilizando hoy en día como mecanismo de defensa.

Ejemplos típicos son el niño que vuelve a mojar la cama después de tener un hermano o de que sus padres se separen, las personas que fuman compulsivamente en momentos de estrés, o el joven que al irse a estudiar fuera se aferra a su peluche de infancia en los momentos de incertidumbre. Se trata de la búsqueda de un consuelo, evocando de forma inconsciente esos momentos vitales (normalmente de la infancia) en el que otra persona resolvía los problemas, acompañaba y aportaba seguridad.

En este sentido, las regresiones leves pueden formar parte de la vida cotidiana y ayudan a reducir los niveles de estrés. Sin embargo, su uso recurrente y prolongado puede acarrear problemas ya que aleja a la persona de la verdadera realidad. De ahí que se recomiende utilizar otro tipo de mecanismo para obtener los mismos resultados como la meditación o la práctica de deporte.

Terapia regresiva

Por este mismo motivo, la terapia regresiva no está recomendada para todas las personas. De hecho, está desaconsejada en aquellas personas con patologías caracterizadas por una pérdida de realidad como pueden ser la psicosis, la esquizofrenia o el trastorno bipolar, entro otras, ya que puede cronificar sus síntomas.

La terapia regresiva consiste que una persona alcance un estado alterado de consciencia de modo que revivan situaciones profundamente escondidas en su mente. De este modo puede, no solo recordar, sino relativizar los peligros que ese recuerdo implica y controlar la emoción que desencadena ese recuerdo reprimido.

Beneficios

  • Ayuda a superar situaciones traumáticas del pasado
  • Favorece el crecimiento personal
  • Ayuda a reconocer fortalezas y debilidades personales
  • Reduce miedos y sufrimientos
  • Libera emociones bloqueadas
  • Reduce el estrés

Riesgos

  • Vienen de la mano de personas que realmente no son terapeutas profesionales
  • Puede favorecer trastornos de personalidad
  • No es magia, ni la máquina de la verdad
  • Puede cronificar padecimientos de salud mental
  • Puede inducir falsos recuerdos que lleven al paciente a adoptar decisiones con graves consecuencias