Una gamba con cinco ojos y 520 millones de años de antigüedad revela el origen de los artrópodos

10.11.2020

Unos fósiles hallados en China han permitido estudiar una nueva especie y vincular a los artrópodos con sus antepasados

El 80% de las especies de animales de la Tierra pertenece al grupo de los artrópodos o animales con patas articuladas. Ellos están entre los animales más abundantes del planeta, en términos de biomasa, y son los que más han influido en su ecología en los últimos 500 millones de años. Su esplendor comenzó a principios del Cámbrico, hace unos 541-485 millones de años, cuando los océanos se llenaron de trilobites, hasta que, desde hace unos 300 millones de años, se impusieron los crustáceos. En tierra, otros representantes de los artrópodos, los insectos y los arácnidos, son en la actualidad las especies más abundantes y las más fáciles de encontrar.

La historia de los artrópodos está lejos de ser clara, en parte porque solo llega hasta nosotros a través de un puñado de yacimientos de fósiles. No obstante, queda claro que los primeros artrópodos, con su caparazón duro y sus eficientes y versátiles patas, fueron una revolución para la naturaleza, porque introdujeron un nuevo modo de organización corporal que se pudo diversificar en todas direcciones, como si fueran una nueva y revolucionaria tecnología, dando lugar a muchas nuevas especies, algunas de las cuales hoy parecen extravagantes.

Esta semana, una investigación realizada por científicos del Instituto de Geología y Paleontología de la Academia China de Ciencias (NIGPAS) ha publicado los resultados de su estudio de una nueva especie de artrópodo del Cámbrico, a partir de fósiles hallados en el yacimiento de Chengjiang, en China. Su nombre es Kylinxia zhangi, y es un animal con un aspecto similar al de una gamba, con cinco ojos, cuyo estudio aporta importantes revelaciones sobre el origen de los artrópodos. Estos hallazgos se han publicado en -Nature-

"Kylinxia es una especie quimérica muy extraña", ha dicho en un comunicado Huang Diying, coautor del artículo. "Combina rasgos morfológicos de diferentes animales, como el "kylin", una criatura quimérica de la mitología tradicional china". De ahí su nombre, que también incluye el término que en chino significa gamba.

El ensayo y error de la evolución

Dejando a un lado a esa criatura conocida como "kylin", lo cierto es que el propio concepto de quimera proviene de la mitología clásica: Quimera era un monstruo híbrido con cuerpo de cabra, cola de serpiente y cabeza de león, que fue derrotado por Belerofonte, con la ayuda del caballo alado Pegaso. Por eso, este monstruo describe bien Kylinxia zhangi, un artrópodo que tuvo rasgos propios de varios grupos diferentes.

Para entender cómo algo así puede ocurrir conviene no olvidar que K. zhangi vivió a comienzos del Cámbrico, una época en la que la competencia en los mares primitivos era baja y los animales, hasta los más extraños, tenían más fácil la supervivencia. Sin embargo, con el posterior endurecimiento de las condiciones, las formas más antiguas y experimentales fueron reemplazadas por otras, más perfeccionadas y que recuerdan más a las actuales, por medio del ensayo y error que da forma a la evolución.

Un artrópodo verdadero, pero muy extraño

Kylinxia zhangi quizás no representaba el diseño más exitoso, pero tenía los rasgos típicos de los artrópodos verdaderos, como una cutícula (o "piel") endurecida, un tronco dividido en segmentos y patas articuladas.

Pero, además, tenía cinco ojos, como el extraño Opabinia, un fósil hallado en el yacimiento de Burgess Shale; una estructura corporal similar al del grupo Megacheira, también extinto; y unos apéndices delanteros con los que sujetaba la comida, y que son muy similares a los que tenía Anomalocaris, un depredador de gran tamaño que no se considera como artrópodo verdadero. Por eso, tanto Kylinxia como Anomalocaris son criaturas cruciales para encontrar los «eslabones perdidos» entre artrópodos y sus ancestros.

"Kylinxia es un fósil de transición crucial predicho por la teoría de la evolución de Darwin", ha explicado Zeng Han, primer autor del estudio. "Es un puente que cierra el hueco evolutivo entre Anomalocaris y los artrópodos verdaderos", y es un "eslabón perdido en el origen de los artrópodos"

Estos resultados han sido posible gracias a estudios anatómicos muy detallados de fósiles encontrados en el yacimiento de Chengjiang, en China, donde se han hallado cientos de fósiles de animales blandos. De hecho, éste es uno de los yacimientos más importantes descubiertos este siglo para comprender la evolución de la vida en la Tierra, en especial durante la explosión del Cámbrico.

Los investigadores hicieron un detallado estudio anatómico de seis fósiles de Kylinxia, en los que se puede observar parte del tejido nervioso, los ojos o el sistema digestivo. Después, demostraron que sus apéndices son homólogos a los de Anomalocaris, y afines a los de artrópodos actuales.

"Nuestros resultados indican que la posición evolutiva de Kylinxia está justo entre Anomalocaris y los artrópodos verdaderos", ha añadido Zhu Maoyan, otro de los coautores del trabajo. "Por tanto, nuestro trabajo ha llegado a las raíces evolutivas de los artrópodos verdaderos". Por eso, K. zhangi es una oportunidad para comprender el origen de todos esos rasgos con los que los artrópodos conquistaron el planeta.