¿Por qué algunos recuerdos se graban a fuego en nuestra mente?

26.08.2020

Rememorar eventos con frecuencia hace que sea más fácil «guardarlos» en nuestra memoria

Puede que los recuerdos sean nuestro mayor tesoro. Por ello, nos esforzarnos en dejarlos guardados en cualquier lugar, por si en algún momento se nos van de la memoria. Hacemos fotos constantemente, dejamos escritas nuestras vivencias y rememoramos con asiduidad historias y eventos con amigos y familiares. Los recuerdos, a fin de cuentas, es lo único que nos va quedando de lo vivido, y preservarlos es uno de los fines últimos. Pero, vivimos tantos años, y nos pasan tantas cosas, que muchas vivencias terminan escurriéndose por nuestros dedos y no somos capaz de recordarlas. Hay veces que nos cuentan algo que hemos vivido, y nosotros ya no recordamos.

Recordar es un mecanismo de nuestro cerebro. Explica Paula Mella, psicóloga, que cuando recordamos algo "nuestra mente activa un circuito neuronal y "abre el cajón" que contiene ese recuerdo". "Una vez abierto el "cajón" durante el recuerdo, sacamos su contenido y lo volvemos a guardar junto con los matices de la situación actual (con quién estamos, dónde, qué partes del recuerdo hemos sacado concretamente, la forma en la que lo hemos narrado...)" explica la profesional.

Este mecanismo se puede desgastar por el uso, y por ello, como se suele decir, puede hacer que los recuerdos "mueran en el olvido". Lo explica la psicóloga: "Cada vez que recordamos algo y cuánto más se recuerda eso en concreto, más fuerte se hace el circuito mencionado, y más accesible es. Sin embargo, cuando pasa bastante tiempo y no se activa ese circuito neuronal puede llegar a morir, es decir, hacerlo cada vez más complicado de recordar".

Mente despierta para recordar mejor

También, se debe tener en cuenta que hay personas con mayor facilidad para retener recuerdos que otras. "Si estás continuamente ejercitando el cerebro, más circuitos neuronales tienes en funcionamiento y menos muerte neuronal tendrás, por lo que será más fácil acceder a los recuerdos" apunta. Además, dice que, si con frecuencia llevamos a la mente un recuerdo, este irá siendo cada vez más accesible y vendrá a nuestra mente incluso cuando no queremos. "Un caso cotidiano de este fenómeno son esas molestas canciones que durante un tiempo parecen perseguirnos y parece casi imposible deshacerse de su melodía", pone como ejemplo.

Otro factor importante a la hora de entender porque hay recuerdos que se graban en nuestra mente y otro no, es la carga emocional que tengan estos. Si hablamos de nacimientos, muertes, bodas o momentos en los que se ha puesto de manifiesto un momento muy emocional, hablamos de vivencia que es más fácil que recordemos a lo largo de los años.

Recuerdos inventados

Por otro lado, un fenómeno común en distorsionar los recuerdos, y así terminar con una vivencia que no ocurrió tal como creemos. "Al recordar un evento, se añaden nuevos matices. Cuando se vuelve a "guardar" el recuerdo, este no es el mismo que era originalmente. Si se repite este proceso varias veces, podríamos obtener un pensamiento distorsionado", explica Paula Mella.

Relacionado con este fenómeno, también puede ocurrir que lleguemos a confundir sueños que hemos tenido con recuerdos. Esto ocurre porque, los sueños, en buena parte están compuestos de nuestras vivencias pasadas. Comenta la psicóloga que, durante la noche, todos los recuerdos del día pasan a la memoria a largo plazo y es probable que algunos de esos recuerdos durante este "viaje" salgan en el plano onírico. "Es por ello que al despertar podemos confundir realidad y ficción, aunque no es un fenómeno que se dé con mucha frecuencia, dado que los recuerdos en los sueños aparecen junto con muchos otros matices propios de la "ficción"", concluye.