Detienen a una enfermera británica por matar a ocho niños e intentarlo con otros diez
Los cargos presentados contra ella se corresponden al período entre junio de 2015 y junio de 2016

Lucy Letby, una enfermera infantil de un hospital de Chester, al noroeste de Inglaterra, fue arrestada el pasado martes como presunta culpable de la muerte de ocho bebés y del intento de asesinar a otros nueve, según informó la policía en un comunicado.
Los menores fueron asesinados entre el 2015 y el 2016, pero Letby fue arrestada por primera vez hasta dos años después, y una más el año pasado. "En julio de 2018, una profesional de la salud fue arrestada bajo sospecha de asesinato en relación con la muerte de ocho bebés y el intento de asesinato de seis bebés en la unidad neonatal del Hospital de Chester", explicó el inspector Paul Hughes, que está a cargo de la investigación, quien agregó que "posteriormente fue puesta en libertad bajo fianza en espera de nuevas investigaciones" y ahora «hemos vuelto a detenerla bajo sospecha de asesinato en relación con la muerte de ocho bebés y el intento de asesinato de nueve».
La enfermera, de 30 años y nacida en Hereford, compareció ante la justicia el jueves, tres años después de que diera inicio la investigación. Todo empezó cuando el hospital dio la voz de alarma en el 2017, debido al elevado número de fallecimientos de bebés entre marzo de 2015 y julio de 2016. Una investigación interna concluyó que los menores fallecieron debido a una insuficiencia cardíaca y pulmonar de la que no encontraron las causas, por lo que llamaron a la policía.
En internet es posible encontrar algunas fotos de Letby con un bebé en brazos, ya que tras empezar a trabajar en el hospital fue entrevistada por un periódico local en el 2013 ya que era la cara visible de una campaña de recaudación de tres millones de libras para construir una nueva unidad pediátrica en el hospital. La enfermera explicó entonces al periódico que su función consistía en "cuidar de una amplia gama de bebés que requieren varios niveles de apoyo" y añadió: "Algunos están aquí por unos días, otros por muchos meses y disfruto verlos progresar así como apoyar a sus familias".
El inspector Hughes declaró que las familias han sido informadas en todo momento de los avances en la investigación del caso, que calificó como «altamente complejo y muy sensible». "Este es un momento extremadamente difícil para todas las familias y es importante recordar que, en el corazón de todo esto, hay varias familias dolientes que buscan respuestas sobre lo que les sucedió a sus hijos", afirmó.
Antecedentes:
No muy lejos, en Alemania, el caso más terrorífico fue el del enfermero Niels Högel, condenado a cadena perpetua tras haber provocado la muerte a 86 personas. Con sobredosis de medicamentos, Högel causaba colapsos respiratorios y cardíacos a sus pacientes, a los que luego asistía. Se trataba de una treta para escalar puestos entre sus compañeros. Cuando conseguía salvar las vidas que él mismo había puesto en peligro, recibía las felicitaciones del resto del personal. En los demás casos, los pacientes se apagaban sin remedio, por su culpa. Mientras se presentaba como un tipo de temperamento afable y profesionalidad sin tacha, el enfermero era en realidad un asesino. "Yo quería que me valoraran y con el trabajo rutinario no era posible", intentó justificarse durante el juicio. En su caso, los psicólogos determinaron que sufría un problema de narcisismo severo.
En este siniestro recorrido, mención aparte merece el caso del doctor Harold Shipman, tristemente célebre por ser uno de los mayores asesinos en serie de la historia del Reino Unido. Shipman, que al parecer arrastraba una carga de malestar, problemas con las drogas y odio de tipo explosivo, fue el responsable del asesinato de más de 200 personas durante varias décadas, hasta su detención en el año 2000. Su método no era muy distinto del resto de casos citados -para matar, inyectaba sobredosis de morfina-, pero sí lo parecen sus motivaciones: su objetivo era deshacerse de ancianas que le caían mal. Tras pasar algún tiempo en la cárcel, apareció ahorcado en 2004.
A pesar del asombro que producen estos sucesos, donde personas encargadas de cuidar a los enfermos terminaron por convertirse en los responsables de su muerte, los casos, por suerte, son pocos, y nada representativos de una profesión entregada a salvar vidas.