El asombroso poder de los bebés: aprenden idiomas antes de nacer
Investigadores descubren que los recién nacidos procesan idiomas que escuchan en el útero. El hallazgo podría transformar la comprensión del aprendizaje desde el embarazo.

Antes de que un bebé dé su primer grito, ya está comenzando a aprender el idioma del mundo. Dentro del útero, su cerebro en desarrollo está absorbiendo todo lo que escucha, sentando las bases de su comprensión del lenguaje. Este proceso no es pasivo: es un trabajo activo. El bebé no solo oye sonidos, sino que está procesando idiomas, reconociendo tonos y distinguiendo voces, como si escuchara una sinfonía en su mente. Aunque invisible para el ojo humano, esta actividad crea un mapa neuronal único, que más tarde guiará su capacidad para entender y hablar.
Un estudio revela que, incluso antes de nacer, los bebés ya pueden procesar y reconocer idiomas, una capacidad que cambia radicalmente la comprensión sobre el aprendizaje en las primeras etapas de la vida. Este hallazgo puede modificar la visión tradicional sobre cómo se desarrolla el cerebro humano y cómo los bebés comienzan a interactuar con el entorno.
El trabajo, publicado en Nature Communications Biology, fue realizado por un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Montreal y demostró que, en las últimas semanas de gestación, reconocen la lengua materna y pueden procesar sonidos de otros idiomas. A través de una serie de pruebas, los científicos expusieron a las madres de 60 fetos a historias en tres idiomas diferentes: francés, hebreo y alemán, lenguas con sonoridades muy distintas entre sí. Cuando los bebés nacieron, los investigadores utilizaron la técnica de espectroscopia funcional de infrarrojo cercano (fNIRS) para medir la actividad cerebral de los recién nacidos al escuchar esos mismos idiomas.
La espectroscopia funcional de infrarrojo cercano es una herramienta innovadora que permite estudiar la actividad cerebral de los recién nacidos de manera no invasiva. Funciona enviando luz infrarroja a través del cuero cabelludo para medir cómo la luz se absorbe y se dispersa en el cerebro, lo que permite detectar el consumo de oxígeno y evaluar la actividad neuronal. Esta técnica es clave para estudiar la actividad cerebral en condiciones de bajo oxígeno, lo cual es común en los recién nacidos. Al medir los niveles de oxígeno en el cerebro, la fNIRS proporciona información esencial sobre el funcionamiento cerebral temprano, lo que es clave para entender el desarrollo cognitivo y motor de los bebés.

Neurociencia en el útero
En la investigación, los resultados fueron sorprendentes: los cerebros de los bebés mostraron una mayor respuesta al francés, el idioma que habían escuchado más frecuentemente durante el embarazo. Sin embargo, también se detectó una respuesta significativa al hebreo y al alemán, a pesar de no haber tenido tanta exposición a esos idiomas. Este patrón indica que el cerebro del bebé ya está procesando y registrando los sonidos, como si se estuviera preparando para reconocerlos una vez fuera del útero.
El análisis sugiere que, durante los últimos meses del embarazo, el cerebro fetal comienza a familiarizarse con los sonidos, creando una especie de "mapa" que lo prepara para el lenguaje que escuchará al nacer. Los bebés que no estuvieron expuestos a esos idiomas extranjeros mostraron una respuesta cerebral completamente diferente, con menos actividad en las áreas del cerebro dedicadas al procesamiento del lenguaje y más en las áreas encargadas de procesar el sonido. Esto demuestra que, incluso antes del nacimiento, el cerebro está organizando y afinando su capacidad para procesar el lenguaje.
Aunque no se puede afirmar que los bebés "aprendan" un idioma en el sentido convencional, los investigadores revelaron que el cerebro comienza a adaptarse a los sonidos del lenguaje mucho antes de la interacción consciente con las palabras. Es como escuchar una canción repetidamente hasta poder reconocerla, aunque no se haya memorizado la letra. De forma similar, el cerebro fetal ya está creando conexiones neuronales que le permitirán reconocer y procesar el lenguaje con una precisión asombrosa.
La voz de mamá
El estudio también destaca la importancia de la voz materna, que no solo se graba en la memoria del bebé, sino que influye directamente en su desarrollo cerebral. Los sonidos a los que el bebé está expuesto durante el embarazo son cruciales para la formación de sus capacidades lingüísticas. Además, este descubrimiento refuerza la idea de que el aprendizaje comienza mucho antes del nacimiento y que todo lo que ocurre en el entorno fetal tiene un impacto significativo en el desarrollo cerebral.
El hallazgo desafía la idea tradicional de que el aprendizaje solo comienza después del nacimiento y abre nuevas posibilidades para entender cómo el cerebro humano se prepara para la vida fuera del útero. Así, la ciencia demuestra que los bebés no solo son receptores pasivos, sino que están activos desde el primer momento, procesando, aprendiendo y registrando información clave para su desarrollo posterior.
Esto cambia la visión sobre el desarrollo cerebral y podría influir en la forma en que se perciben los métodos educativos, los entornos de estimulación temprana e incluso el enfoque hacia la importancia del lenguaje durante el embarazo. Tal vez, en un futuro, los bebés no solo serán capaces de reconocer varios idiomas desde el nacimiento, sino que el aprendizaje de lenguas se podría considerar una capacidad integrada desde sus primeros momentos de vida.
Con todo, el poder del cerebro humano para adaptarse y aprender no tiene límites, y los descubrimientos sobre el aprendizaje fetal son solo el principio de una nueva era en la neurociencia, donde la comprensión de cómo el cerebro se desarrolla antes de nacer sigue siendo un campo lleno de misterio y potencial.
Info: María Ximena Perez - Agencia de Noticias Científicas