El éxito de las "barras sobrias", los bares para millennials donde no se sirve alcohol
Los bares son sinónimos de alcohol, aunque algunos están cambiando esa tendencia.

Cuando entras a Getaway, un elegante bar en una avenida principal en Brooklyn, Nueva York, puede que te sientas como en uno de los tantos sitios bonitos de cócteles que aparecen en innumerables cuentas de Instagram.
Pero este bar cuenta con una diferencia crucial: es totalmente libre de alcohol. Una barra sin alcohol suena como un oxímoron, como un acuario sin pescado o una panadería que no sirve pan. Pero en ciudades como Nueva York y Londres, una opción de vida nocturna sin alcohol puede atraer a las personas que, por cualquier motivo, prefieren no beber.
Sam Thonis, quien es dueño del bar junto a Regina Dellea, tuvo la idea de Getaway hace tres años, cuando él y su hermano, que no bebe, intentaban encontrar un lugar para salir juntos por la noche. "No había muchas opciones de vida nocturna en Nueva York que no giraran en torno al alcohol o que no trataran de presionarte de alguna manera", dice Thonis.
Así que Thonis y Dellea hicieron de su bar un espacio libre de alcohol, lo que significa que ni siquiera venden cervezas sin alcohol porque tienen una cantidad mínima de esa sustancia.

Existe una creciente ola mundial de locales nocturnos que atienden a personas que evitan el alcohol.
En EE.UU. el término "sin alcohol" se puede aplicar a las bebidas hasta con un 0,5% de alcohol o menos, lo que significa que muchas cervezas populares sin alcohol no lo son en realidad.
"Si eres abstemio y el alcohol es un problema para ti, o si ni siquiera quieres el olor a alcohol a tu alrededor, este es tu lugar", dice Thonis.
Getaway, que se inauguró en abril, es parte de una creciente ola mundial de locales nocturnos que atienden a personas que evitan el alcohol, pero que aún quieren salir y socializar en espacios que tradicionalmente han estado dominados por la bebida.
En Londres, el bar Redemption ahora tiene tres ubicaciones y en enero, The Virgin Mary, un pub sin alcohol, abrió en Dublín.
Zonas de templanza
Las barras sin alcohol no son un concepto nuevo.
A finales del siglo XIX, una serie de bares sin alcohol conocidos como barras de templanza se establecieron en Reino Unido a raíz del movimiento por la templanza o temperancia, que abogaba por no consumir alcohol.

La consultora AMR valoró el mercado de bebidas no alcohólicas en US$1.548 millones en 2015 y estimó que crecerá hasta alcanzar US$2.090 millones para 2022.
El Bar Temperance de Fitzpatrick, fundado en 1890 en Rawtenstall, en el norte de Manchester, todavía hoy vende cerveza de raíz (una cerveza fermentada elaborada con una combinación de vainilla y varias raíces, entre otros ingredientes) y vasos de diente de león y bardana (dandelion and burdock, en inglés), un refresco británico elaborado con raíces fermentadas de esas plantas.
Pero lo que es diferente de esta ola actual de bares sin alcohol es que no son promotores de la idea de la abstinencia total del consumo. En Getaway, por ejemplo, los clientes no son solo no bebedores, sino cualquier persona que busque un ambiente divertido sin la amenaza de una resaca al día siguiente.
"Nada en nuestro espacio dice que debes estar sobrio, o no debes ir a otro bar y tomarte un shot de tequila", opina Thonis. Getaway se acerca así a un movimiento que hace que los millennials urbanos reconsideren el lugar que ocupa el alcohol en sus vidas.
Lorelei Bandrovschi, de 32 años, se identifica con esa categoría. El año pasado, comenzó a organizar eventos sin alcohol con el nombre de Listen Bar para personas que querían divertirse sin que el alcohol estuviese presente.
Solía trabajar como consultora para marcas como YouTube y el Museo de Arte Moderno de Nueva York, pero ahora Listen Bar es su ocupación a tiempo completo.
"Los bares son un espacio de relajación y se nos hizo creer que el alcohol tiene que ser parte de eso", dice Bandrovschi. "Es realmente liberador crear espacios donde una fiesta alborotada no significa resaca y recuerdos borrosos".
Bandrovschi, sin embargo, no es abstemia, pero después de dejar de tomar por un mes notó la falta de opciones para las personas que querían salir con sus amigos y no tomar alcohol.
"Creo que la cultura de la barra, desde el menú hasta el personal y los clientes, tiende a hacer que quienes no tomen se sientan fuera de lugar", opina.
"Mi filosofía personal es que beber sea una opción. Debe tener espacio tanto el que quiere beber alcohol como el que no en lugares divertidos y que a los que deseen ir".