El fenómeno Marie Kondo y la búsqueda de la perfección

La japonesa Marie Kondo, gurú del orden
Con su franja de corte preciso y vistiendo una blusa blanca, Marie Kondo está frente a una pila de ropa de la altura de su cintura, en una residencia en un suburbio de Estados Unidos. "Estoy tan entusiasta, amo el desorden", afirma la experta en organización personal, antes de anunciar a la pareja que vive en la casa: se deshagan de todo lo que no les trae alegría; el resto se doblará en pequeños rectángulos y ganará un lugar determinado. Se llama a este método de KonMari.
La japonesa no es la única bloguera que ha desarrollado y comercializado conceptos de almacenaje en los últimos años. Pero, con 7 millones de libros vendidos en 27 idiomas diferentes, ella se muestra como una de las más exitosas.
Desde el comienzo del año, Marie Kondo tiene su propia serie en Netflix, en la que visita a familias estadounidenses y las ayuda a organizar sus casas. Además, entrena a consultores (hasta ahora más de 200 mujeres y tres hombres) para usar su método y ayudar a poner orden en domicilios alrededor del mundo. Por un año, la alemana Jasmine Dünker, de Colonia, fue una de ellas.
Dünker tiene una conjetura sobre por qué tantas personas se han interesado por el método de organización personal. "Estamos sobrecargados con tanta información, tantos correos electrónicos y redes sociales, estamos tan llenos por dentro que muchos de nosotros buscamos maneras de organizarnos", afirma.

Marie Kondo enseña a arreglar el armario
En cuanto al método KonMari, Dünker considera particularmente interesante el concepto de que, en lugar de simplemente deshacerse de lo superfluo, es necesario primero tener conciencia de lo superfluo. Una manera de hacer esto es agradecer en voz alta por las cosas que se posee, en un signo de respeto. "Necesitamos ser agradecidos por vivir en medio de tanta riqueza", explica la alemana.
Dünker trabajó con marketing y luego estudió diseño de interiores. Por ser simple y eficiente, ella considera el método de almacenaje de la gurú japonesa tan convincente que gastó miles de euros en su entrenamiento en Nueva York.
Según Marie Kondo, las personas acumulan demasiadas cosas y, por lo tanto, necesitan descartar el excedente. Como criterio principal de elección, se usa la propia felicidad. "¿Me trae alegría?" es la pregunta que se hará al sostener en la mano cada objeto. Si es así, se mantiene; si no, es descartado. Lo que se debe doblar en pequeños rectángulos y guardado verticalmente (para mejorar la visualización de todo lo que se tiene) en un lugar determinado, separado por categorías.
Antes de reducir el volumen de cosas y reorganizar su casa usando el método KonMari, Dünker perdía horas con almacenaje. Ahora que cada objeto tiene un lugar propio y permanente, y que se devuelven a su debido lugar después de su uso, su tiempo libre es mucho mayor, afirma la alemana.
Estas pequeñas reglas son la principal razón por la cual la técnica de organización personal es tan inspiradora, afirma la psicóloga alemana Uschi Grob. Según ella, es útil mantener el orden porque la gente simplemente no necesita más pensar dónde está qué. Al igual que limpiar la casa, los resultados son inmediatamente visibles. Además, las casas organizadas traen más estructura y seguridad y ahorra energía, dice Grob
Los críticos temen, sin embargo, que el éxito de la serie de Netflix, llamada Orden en la casa con Marie Kondo, pueda aumentar la presión por la búsqueda de la perfección -algo que la consultora Dünker dice comprender. Sin embargo, afirma que esta crítica se refiere más a la serie de la serie que al método KonMari.
Según la alemana, cuando ella misma está en la carretera prestando consultorías, no hace visitas rápidas a sus clientes, ni explica las reglas de un modo general o espera resultados impecables en la próxima visita. Además, las familias suelen donar las ropas y utensilios de casa que fueron descartados, y no simplemente los tiran fuera, como sucede en la serie, afirma.
"No necesitamos ser perfectos, eso sería muy aburrido", dice Dünker, recordando que la organización debería simplificar la vida de las personas, y no dejarla más complicada.
La psicóloga Grob está de acuerdo en que los métodos de almacenaje no pueden considerarse como una religión. "Ellos deben ser usados sólo para ayudar a las personas a lidiar con el día a día y adquirir autoconciencia", afirma.
A los ávidos de una casa en orden, ella sugiere que no se sujetan a técnicas específicas. "Tal vez usted se involucra con una u otra, pruebe una tercera, y luego vuelva a organizar sus sujetadores siguiendo un método anterior, porque él también era bueno", afirma.
Y, si acabe el placer en arreglar, todo bien también. "Afortunadamente el guardarropa tiene puertas, y no hay policía para controlarlos", dice la psicóloga.

Los pasos del método Marie Kondo
El método Marie Kondo comprende nueve pasos. Cada uno de ellos debe completarse totalmente, antes de pasar al siguiente. Ella y sus miles de seguidores aseguran que sí funciona. Solo se requiere un poco de decisión para llevarlo a cabo. Los pasos a seguir son:
- Desechar. Tirar todo lo que no nos hace felices o tiene un sentido profundo para nosotros.
- Almacenar solo aquello que aporte alegría a nuestras vidas.
- Ordenar por categoría, no por lugar. Esto quiere decir que debes decidir ordenar TODA la ropa y no ordenar la habitación, por ejemplo.
- Comenzar siempre por la ropa. La ropa es más fácil de tirar porque rápidamente se sabe si se usa o no.
- Organizar verticalmente la ropa que quede. Formar pequeños rectángulos con la ropa. Luego, guardarla verticalmente. El resultado final es algo así como una biblioteca de prendas.
- No dejar para después. Lo mejor es comenzar y terminar de una vez con cada categoría. No dejar para más adelante.
- Otorgar valor a los objetos que conserves. Si no tienen un significado, tampoco tienen por qué estar en tu casa.
- Hacer la limpieza en soledad. Si buscas compañía, seguro que te persuadirán para no deshacerte de lo que debes tirar.
- No compres nuevos muebles para almacenar. Esto solo se debe hacer si no se cuenta con ellos. De lo contrario, los muebles que hay son suficientes.