El Tribunal para el Líbano concluye que Hizbolá no está involucrado en el asesinato de Hariri
El esperado veredicto se conoce seis años después que se iniciara el juicio en 2014

El Tribunal Especial para el Líbano en Leidschendam
El Tribunal Especial para el Líbano (TEL), respaldado por Naciones Unidas, encargado de juzgar a los tres sospechosos del asesinato en 2005 del primer ministro libanés, Rafic Hariri, ha concluido este martes que no hay evidencia de que Siria o líderes de Hizbolá estén involucrados en el suceso, en el marco de la lectura del fallo del juicio 'in absentia', que llega quince años después del atentado.
"La Cámara de Juicio es de la opinión de que Siria y Hizbolá puede que tuvieran motivos para eliminar al señor Hariri y a algunos de sus aliados políticos. Sin embargo, no hay pruebas de que la cúpula de Hezbolá tuviera ninguna implicación en el asesinato del señor Hariri y no hay pruebas directas de la implicación siria en el mismo", ha dicho el presidente del tribunal, David Re, según recoge la agencia de noticias -Bloomberg-.
El esperado veredicto se conoce seis años después que se iniciara el juicio en 2014. Hariri y otras 21 personas murieron el 14 de febrero de 2005 cuando un camión que contenía al menos una tonelada de explosivos estalló en el centro de Beirut, un hecho que conmocionó al mundo entero y provocó manifestaciones masivas por las calles libanesas y fuertes presiones internacionales que llevaron a la retirada de las tropas sirias después de tres décadas de presencia militar. A pesar de que la autoría del atentado fue reclamada por un grupo fundamentalista hasta entonces desconocido llamado Victoria y Yihad en la Gran Siria, la acusación considera que fue una reivindicación falsa para alejar las sospechas de Siria y Hezbolá.
La sentencia se dicta en un momento "particular y emocional" para el Líbano tras la explosión del 4 de agosto en el puerto de Beirut, que originó la dimisión en bloque del Gobierno y entre temores a una mayor «tensión sectaria» entre los seguidores de la familia Hariri, musulmán suní, y del grupo chií libanés Hizbulá, cuatro de cuyos miembros están acusados del crimen.
La explosión llevó a posponer la decisión del Tribunal al 18 de agosto, como muestra de "respeto a las innumerables víctimas de la devastadora explosión", que ha dejado al menos 178 muertos y más de 6.000 heridos.