Estudios confirman que escuchar el sonido de las aves disminuye los síntomas de ansiedad y depresión

19.12.2025

Los científicos postulan que la exposición a la naturaleza reduce la actividad en partes del cerebro asociadas con el estrés.

Un gorrión garganta blanca (Zonotrichia albicollis) canta en Manitoba, Canadá. Créditos: Glenn Bartley.
Un gorrión garganta blanca (Zonotrichia albicollis) canta en Manitoba, Canadá. Créditos: Glenn Bartley.

La depresión y la ansiedad son los trastornos de salud mental más comunes del mundo. Según la OMS, afectan a alrededor del 4 por ciento de la población, es decir a más de 300 millones de personas, y prevalecen más en mujeres que en hombres. En ese marco, la ciencia continúa buscando estrategias para afrontar estos trastornos y ya son varios los estudios que demuestran que escuchar el sonido de los pájaros disminuye los síntomas al incrementar la sensación de bienestar y claridad mental, y disminuir la rumiación –pensamiento repetitivo y excesivo sobre un tema en particular– y el estrés.

Por ejemplo, para un trabajo publicado en la prestigiosa revista Scientific Reports, los investigadores pidieron a 1.300 personas que registraran información sobre su entorno y cómo se sentían tres veces al día durante dos semanas. Allí, se encontró que las personas que escuchaban o veían pájaros, reportaban una sensación de bienestar mental significativamente mayor que si no lo hacían, incluso aún más que al estar en contacto con áreas verdes o con el agua. A su vez, este efecto se prolongaba durante horas.

En este sentido, otro estudio, publicado en la misma revista y llevado a cabo por la Universidad de Hamburgo y el Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano en Berlín, Alemania, evaluó el contraste entre escuchar los sonidos de la naturaleza y los entornos urbanos. Así, entre los 295 participantes, aquellos que oyeron durante 6 minutos ruido de tráfico mostraron altos niveles de depresión. En tanto que, quienes estuvieron expuestos a 6 minutos de canto de pájaros, se sentían menos ansiosos, deprimidos y paranoicos.

Resulta que, según sugieren los investigadores, el cerebro asocia el canto de los pájaros con el buen estado en el que se conserva la naturaleza. Mientras que, el sonido de las ciudades se relaciona con factores estresantes y amenazantes de la vida diaria. Además, la hipótesis que manejan es que la exposición a la naturaleza reduce la actividad en partes del cerebro asociadas con el estrés y la rumiación, así como también permite centrarse en el momento presente.

Por su parte, la Universidad Politécnica Estatal de California realizó en 2020 un estudio que consistió en colocar altavoces que reprodujeron el sonido de un coro de aves a lo largo de dos rutas de senderismo en Boulder, Colorado, Estados Unidos. Al finalizar la caminata, que sólo duró diez minutos, los participantes del estudio advirtieron que sintieron una mayor sensación de claridad mental, a diferencia de aquellos que caminaron con los altavoces apagados.

De todas maneras, no es la primera vez que la ciencia pone el ojo en los efectos positivos que tiene la naturaleza sobre la mente. Ya en 2018, por ejemplo, investigadores japoneses examinaron si caminar por el bosque traía efectos relajantes en las personas. Así, 585 participantes divididos en dos grupos caminaron por zonas boscosas y urbanas. Luego, los científicos les dieron cuestionarios para evaluar cómo se sentían y los resultados evidenciaron que caminar por el bosque disminuyó los estados de ánimo negativos, los síntomas de depresión, ansiedad, ira, fatiga y confusión.

Así, la ciencia demuestra que, con ayuda de la naturaleza, los síntomas de la ansiedad y la depresión pueden disminuir, así como los niveles de estrés.

Info: Luciana Mazzini Puga

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