Fred Machado amenaza al Gobierno: “Si hablo, se cae el país”

20.10.2025

La historia de Federico "Fred" Machado, el financista del jet set y de las campañas políticas, terminó en el mismo lugar donde comenzó: Viedma, a orillas del río Negro.

En sus últimas ocho horas en Argentina, antes de ser extraditado a Estados Unidos por lavado de activos y narcotráfico, el empresario dejó una serie de nombres, advertencias y revelaciones que sacuden al poder político.

La periodista Caro Fernández, en una crónica publicada en GPS, reconstruyó un encuentro cargado de tensión y promesas rotas. "No me dejes solo", le rogó Machado, consciente de que la Corte Suprema acababa de habilitar su extradición. La periodista lo describe entre perros, papeles rotos y silencios cargados de amenazas

"Si hablo, se cae el país", le advirtió a Fernández. Esa frase, dicha al borde de su caída, encierra más que desesperación: es una confesión cifrada sobre los vínculos políticos, empresariales y financieros que lo sostuvieron durante años. Entre los nombres que pronunció, aparecen José Luis Espert, Patricia Bullrich, Alberto Weretilneck, Claudio Cicarelli y Santiago Caputo, el estratega del gobierno libertario.

Fred Machado no fue un empresario marginal. Fue un engranaje fundamental de un circuito financiero que mezclaba aviones, campañas electorales y capitales turbios. "Vendió más de 50 aeronaves en Argentina", detalla Fernández, citando a compradores como el Grupo Neuss, el Grupo Frávega, Ricardo Fort y Sergio Mastropietro, este último vinculado a MACAIR, la aerolínea de la familia Macri.

El nombre de Lácteos Vidal también aparece en su entramado. La periodista documenta una triangulación millonaria entre empresas de Machado, Transportes El Nacional —propiedad de Alejandra Bada Vázquez y Cecilia Roncero— y los aportes a la campaña presidencial de Patricia Bullrich en 2023. Según los registros citados, al menos 215.000 dólares habrían fluido hacia la candidata a través de una ingeniería financiera diseñada para borrar rastros.

El vínculo se refuerza con la sociedad Eco Friendly, constituida por Claudio Cicarelli, primo y presunto testaferro de Machado, y la propia Roncero. Ese esquema empresarial —aparentemente ecológico— sería la fachada de una red de lavado con ramificaciones políticas.

Machado desembarcó en Argentina en 2016, durante el gobierno de Mauricio Macri. Su expansión coincidió con la gestión de Patricia Bullrich como ministra de Seguridad y el poder de Mastropietro en la aviación civil. Fernández escribe que ese contexto "le permitió operar dentro del sistema aeronáutico argentino con respaldo local y acceso a infraestructura clave".

En ese mismo período, según la periodista, Machado conoció a Espert. Lo acompañó en la campaña de 2019 y lo financió generosamente. Pero la relación terminó mal. "Espert no tendría que haberme negado", repitió una y otra vez, mientras rompía un documento frente a Fernández. "Una sola persona tiene ese contrato", agregó antes de destruirlo.

Su decepción no se limitó al economista liberal. También apuntó al entorno libertario: "Le mandé un mensaje a Santiago Caputo. Le dije: 'Yo no quiero ir a Estados Unidos. Si esto explota, yo fundo todo. Yo hablo y se cae el país mañana'. La respuesta fue: 'Mensaje recibido'". La periodista no encontró bravura en sus palabras, sino miedo y conciencia del poder que había perdido.

La conexión llega hasta el gobierno nacional. Hernán Núñez, funcionario del Ministerio de Capital Humano, figura como socio de Cicarelli en Gold and Sand, empresa que obtuvo tierras fiscales y permisos de explotación minera. Según la periodista, la candidata libertaria Lorena Villaverde, actual pareja de Cicarelli, es el nexo que une a Machado con el oficialismo de Javier Milei.

Fernández narra el final con precisión cinematográfica. Una camioneta azul se detiene frente a la casa de Viedma. Policías con chalecos antibalas forman un círculo. Machado abraza a sus perros y le dice a la periodista: "Gracias por todo". Minutos después es detenido.

"No se fugó porque no quiso, o porque tenía un pacto que no cumplieron", reflexiona Fernández. El financista cayó, pero su caída arrastra una red que sigue viva: empresarios, políticos, intermediarios y funcionarios que se enriquecieron al calor del dinero sucio. Su amenaza —"Si hablo, se cae el país"— no es sólo un gesto de soberbia: es la confirmación de que el poder político y el dinero narco se tocaron más de lo que nadie quiere admitir.

Caro Fernández cierra su nota con una imagen que vale por mil documentos: "El río Negro, hoy más negro que nunca, develará más de un entramado nacional y provincial. El sol no se tapa con la mano, y esta no será la excepción".

En su provincia natal, el caso desató un terremoto. Alberto Weretilneck, gobernador de Río Negro, negó cualquier vínculo con Machado, pero el empresario lo desmintió categóricamente. Fernández detalla que Claudio Cicarelli, socio y presunto testaferro de Machado, fue empleado del bloque oficialista provincial y beneficiario de licencias mineras otorgadas por la Secretaría de Energía, a cargo de Andrea Confini, pareja del gobernador.

Info: Caro Fernández, periodista y conductora en Splendid AM 990

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