Histórico: las grandes cadenas de supermercados trabajan a pérdida hace meses
Minoristas y mayoristas, todas las empresas de consumo masivo a gran escala reportan pérdidas significativas o resultados escuálidos, según reconocieron sus máximos ejecutivos. Desde 2001 no se registraba un proceso semejante.

El veredicto es unívoco, aunque reconocido sólo en reserva: las grandes cadenas de supermercados, tanto del segmento minorista como las mayoristas, trabajan a pérdida desde hace meses. En algunos casos sus responsables, a quienes contactó de forma individual El Destape, reconocen que se trata de una tendencia verificada desde mitad de año, en tanto que otros la identifican a partir de abril y, en algunos casos, mencionan incluso estar en rojo desde fines de 2024. Desde la crisis de 2001 que no se verificaba en la Argentina semejante desplome generalizado en la actividad.
Las razones para un rojo del resultado operativo sostenido en el tiempo son varias. La mayoría de ellas son atribuidas a la política económica del Gobierno, con una baja del consumo masivo sólo interrumpida ocasionalmente desde la asunción de Javier Milei enmarcada en un proceso inflacionario que recrudeció en el último cuatrimestre y en la caída del poder adquisitivo. También, a la tendencia creciente de compras digitales de productos cada vez de uso cotidiano, así como de los servicios de courier y puerta a puerta, y a una apertura desbocada de las importaciones.
La tendencia tiene unos pocos atenuantes: algunas empresas del rubro supermercadista logran mitigar las pérdidas gracias a negocios conexos, como la emisión de tarjetas propias o "real state" en los casos de aquellas con shoppings como parte de sus estructuras o alquiler de locales. Mientras que los negocios de proximidad, tanto supermercados de origen oriental como almacenes de barrio, exhiben una situación más desahogada producto de sus esquemas pequeños de costos fijos.

Algunos hitos individuales de cada compañía permiten vislumbrar la dimensión de la crisis. Al ya conocido proceso de venta de la cadena francesa Carrefour, con el interés manifiesto de la chilena Cencosud, Alfredo Coto y el empresario colomboargentino Francisco De Narváez (dueño de Changomás) debe agregarse el cierre de varios locales del mayorista de barrio Diarco. También, el reciente pase de manos de las tiendas mayoristas Makro al grupo Cencosud.
También fue llamativo el resultado que exhibió entre junio de 2024 y julio de este año el grupo La Anónima, de la familia Braun y con presencia marcada en el sur de la Argentina, con una caída estrepitosa de sus ganancias a menos de la mitad. Su beneficio en esos meses fue de 31 mil millones de pesos contra 77 mil millones que había logrado en el período 2023-2024. Casi como una leyenda urbana, circula entre los ejecutivos del sector la historia de una cadena mayorista que en abril debió descartar 570 toneladas de mercadería que había alcanzado su fecha de vencimiento.
La estadística valida el proceso de deterioro en la actividad. Un informe de Scentia, la consultora de mayor relieve en el rubro del consumo masivo, destaca el año 2024 como malo de punta a punta para el comercio en grandes superficies, con una caída de 14% a lo largo de los doce meses para el segmento minorista y 12% para el mayorista. En tanto que durante este año la situación apenas se alivió: en agosto último la consultora había marcado para los supermercados de cadena una caída de 5,1% contra el mismo mes del año pasado; una remontada de 2,2% contra el mes anterior, y una baja de 5,4% en el acumulado del año. En el caso de los mayoristas fueron todas bajas; 8,01 en la comparación interanual; 0,9% en la intermensual, y de 5,4% a lo largo de los ochos primeros meses de 2025. Para el comercio electrónico, en cambio, los tres períodos fueron positivos: 13,3%; 5,2%, y 10,2 por ciento, respectivamente.

El centro CEPA evidenció en julio una caída de las ventas en supermercados de 2,1% contra el mes anterior, según la medición desestacionalizada. Acumuló así una baja de cuatro meses consecutivos. El informe destacó que en lo que va de mandato de Javier Milei el segmento registró una caída de ventas de 10,1% contra los dos años previos. Guido Bambini, del CEPA, destacó que luego del primer trimestre del año quedó patente una dinámica de "caídas intermensuales en la que va empeorando el consumo" tanto en los minoristas como en los mayoristas. Incluso el Indec dio a conocer para el período septiembre-noviembre de este año una encuesta sobre expectativas de negocios entre los directivos de supermercados que marcó una caída en picada de 9,3 por ciento en el indicador de confianza empresarial.
El rojo generalizado en los supermercados es un dato inapelable incluso para el sindicato de Comercio, el de mayor número de afiliados con 1,2 millón en todo el país y el 10% de ellos bajo relación de dependencia con las grandes superficies. En el gremio que encabeza Armando Cavalieri admiten que el resultado operativo en esa actividad da pérdida desde hace meses y admiten que esa caída explica en buena medida la reticencia de las supermercadistas a convalidar los incrementos salariales firmados en los últimos bimestres por la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y la Confederación de la Mediana Empresa (CAME).
Info: Mariano Martín