Investigadoras de la UNQ desarrollan un producto que elimina el glifosato del agua y los alimentos

06.09.2023

A través del proceso de biorremediación buscan combatir su toxicidad. El pesticida, que causa impactos negativos en la salud y el ambiente, es el más utilizado en Argentina.

Lorena Rojas y Yamila Santillán, investigadoras del proyecto. Créditos: Camila Cando.
Lorena Rojas y Yamila Santillán, investigadoras del proyecto. Créditos: Camila Cando.

Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes desarrollan un método para descontaminar el agua y los alimentos que contienen pesticidas, particularmente el glifosato. A través de una técnica conocida como biorremediación, ayudan a degradar de forma natural este insumo destinado al agro que puede ser perjudicial para el ambiente y la salud humana. El objetivo de las investigadoras es que, a través de la asociación público-privada, se diseñe un producto que pueda escalar en la producción y fabricarse de forma industrial para llegar a la mayor cantidad de personas.

"Encontramos organismos que eran capaces de degradar ciertos pesticidas, particularmente glifosato. Como es el herbicida de mayor uso en nuestro país y cuyo impacto sobre el ambiente y sobre la salud es muy fuerte, trabajamos en el desarrollo de sistemas enzimáticos para la biorremediación de aguas y alimentos contaminados con este compuesto químico", señala Lorena Rojas, directora de la Licenciatura en Biotecnología y directora del proyecto, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.

El método diseñado a base de enzimas se puede utilizar sobre aguas que provienen de zonas contaminadas con pesticidas y se utilizan para el consumo. Además, puede aplicarse sobre alimentos que estuvieron expuestos al glifosato para "limpiarlos" de dicha sustancia.

"Hay muchos estudios que indican que los alimentos que consumimos tienen un nivel de pesticidas bastante alto. Entonces, la idea es poder contribuir a los procesos de lavado de frutas y verduras con estas enzimas que son biodegradables, seguras y liberan a los alimentos de todo el pesticida", destaca Rojas. En este caso, la presentación del insumo es a través de un polvo formulado para agregar al momento del lavado.

Una técnica natural y efectiva

En este caso, la biorremediación consiste en enzimas (proteínas generadas por microorganismos) que ayudan a degradar de forma natural el glifosato. Aunque existen sistemas físicos y físico-químicos de remediación para estos productos, muchas veces son costosos, no siempre son tan eficientes y pueden generar más contaminación que la original.

En cambio, la remediación biológica es una herramienta que permite utilizar bacterias, hongos y plantas que convierten al pesticida en productos que no son tóxicos para el ambiente y las personas.

"Los microorganismos consumen el pesticida y lo transforman en nuevos productos que permanecen en el agua y en el suelo, pero que no son tóxicos y no afectan a las personas. A través de la biología se reduce la contaminación y se transforma el glifosato en algo nuevo que ya no es perjudicial", señala Yamila Santillán, biotecnóloga de la UNQ e integrante del proyecto.

Una técnica natural y efectiva

En este caso, la biorremediación consiste en enzimas (proteínas generadas por microorganismos) que ayudan a degradar de forma natural el glifosato. Aunque existen sistemas físicos y físico-químicos de remediación para estos productos, muchas veces son costosos, no siempre son tan eficientes y pueden generar más contaminación que la original.

En cambio, la remediación biológica es una herramienta que permite utilizar bacterias, hongos y plantas que convierten al pesticida en productos que no son tóxicos para el ambiente y las personas.

"Los microorganismos consumen el pesticida y lo transforman en nuevos productos que permanecen en el agua y en el suelo, pero que no son tóxicos y no afectan a las personas. A través de la biología se reduce la contaminación y se transforma el glifosato en algo nuevo que ya no es perjudicial", señala Yamila Santillán, biotecnóloga de la UNQ e integrante del proyecto.

Info: Nicolás Retamar