Juegos “Evita”

30.07.2025

Los Juegos Evita no son solo una historia de triunfos deportivos. Son una celebración del espíritu solidario, del acceso igualitario, del derecho al juego, a la salud y a la inclusión. Son una política pública convertida en fiesta popular

Por: Prof. Enrique Horacio Haidar*

Durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón, se destacó la figura del doctor Ramón Carrillo, médico neurocirujano, neurobiólogo y sanitarista, quien se convirtió en el primer ministro de Salud de la Argentina. En su primer encuentro con el presidente, Carrillo propuso una idea revolucionaria: la implementación de un tren sanitario que recorriera el país durante cuatro meses al año, brindando atención médica, odontológica, análisis clínicos y radiografías incluso en los rincones más remotos donde jamás había llegado un médico.

Esa visión transformadora fue respaldada con fuerza por Eva Perón. Evita, comprometida con la salud y el bienestar del pueblo, coordinó con Carrillo para potenciar esa obra sanitaria y, a la par, sumó una dimensión social y deportiva: la creación de los Campeonatos Deportivos Infantiles "Evita", que comenzaron en 1949.

Estos campeonatos no fueron solo una competencia deportiva. Por primera vez, niñas y niños de todo el país pudieron acceder a una experiencia que combinaba el juego, la salud y la integración social. Durante esos torneos recibían sus primeras atenciones médicas preventivas y, sobre todo, sentían la presencia protectora de un Estado que no los olvidaba. En cada cancha, en cada pueblo, se sembraba una semilla de dignidad y pertenencia. Sin distinción de clase ni origen, todos podían competir, aprender y crecer.

A pesar de las interrupciones sufridas durante las dictaduras militares, los Juegos "Evita" dejaron una huella profunda en la memoria colectiva. En 1973, durante su regreso, ocurrió uno de los episodios más recordados: el equipo de Los Cebollitas, con un joven Diego Maradona como figura, cayó por penales en semifinales ante un equipo santiagueño. Fue su primera gran derrota, cortando una racha de 94 partidos invictos, y con Diego errando su penal en Embalse. Pero la revancha llegó un año después: en 1974, los Cebollitas dieron la vuelta olímpica ganando la final ante Misiones, también en Embalse. Ese mismo año, Diego conseguiría su primer título oficial con la Novena División de Argentinos Juniors.

Décadas después, en las finales nacionales de los Juegos Evita 2009 en Mar del Plata, emergió otra figura: Brian Toledo, lanzador de jabalina, quien al año siguiente ganaría la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur.

Los Juegos Evita no son solo una historia de triunfos deportivos. Son una celebración del espíritu solidario, del acceso igualitario, del derecho al juego, a la salud y a la inclusión. Son una política pública convertida en fiesta popular. Por eso, resulta alarmante que hoy se intente minimizar su importancia, recortando presupuesto, limitando su alcance o incluso intentando borrar su nombre, como si eliminar a Evita del título pudiera hacer desaparecer su legado.

Pero su memoria vive en cada niño que alguna vez jugó sintiéndose parte de algo más grande. En cada entrenador, en cada aplauso, en cada comunidad que se unió en torno al deporte. Los Juegos "Evita" son más que una competencia: son un símbolo de justicia social en movimiento.

También es bueno recordar que en el año 1950 se crea el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD), un espacio emblemático donde entrenan la mayoría de los atletas de elite del país. Desde sus pistas, canchas y gimnasios salieron quienes nos llenaron de orgullo con medallas olímpicas y logros internacionales, convirtiéndose en referentes y espejos para miles de jóvenes soñadores.

Hoy, lamentablemente, esa visión se ve reemplazada por una lógica inversa: después de varios intentos fallidos de cerrar el CeNARD y trasladarlo bajo la excusa de un supuesto proyecto urbanístico, resistido con una masiva demostración popular, el nuevo camino elegido parece ser el de la desfinanciación sistemática. Con menos recursos, menos apoyo y menos visibilidad, buscan que los malos resultados justifiquen el golpe final. Una estrategia que no tiene nada de inocente: donde antes se sembraban sueños, ahora se intenta levantar cemento.

* Director provincial de Educación Física 2003-2011

P.N.E.F.

Entrenador Nacional de Fútbol

Director Gimnasio Sinapsis 1988-2025

Los Juegos Evita no son solo una historia de triunfos deportivos. Son una celebración del espíritu solidario, del acceso igualitario, del derecho al juego, a la salud y a la inclusión. Son una política pública convertida en fiesta popular