La desinflación de Milei-Caputo: más allá de los precios, un alivio para la economía y el bolsillo de los argentinos

22.08.2025

La actual desinflación, aunque dolorosa en sus efectos inmediatos, representa una oportunidad histórica para la economía argentina. Si bien el camino es largo y lleno de desafíos, el actual proceso de desinflación sienta las bases para un futuro donde la estabilidad no sea una excepción, sino la regla.

La contundente reducción de la inflación impulsada por el gobierno de Javier Milei y el ministro Luis Caputo no es solo una cifra en un boletín, sino un fenómeno con profundas implicaciones para la economía y el bienestar de la población. Análisis recientes sugieren que esta desinflación podría generar una mejora de entre el 5.5% y el 7.5% del PBI, una cifra que, si bien es un piso, resalta el impacto positivo de la estabilización.

El costo silencioso de la inflación: dispersión de precios y demanda de dinero

Para entender la magnitud de esta ganancia, es crucial analizar los mecanismos a través de los cuales la inflación afecta el bienestar. Dos canales principales son el de la dispersión de precios y el de la demanda de dinero.

1. El caos de los precios relativos:

La alta inflación crea un escenario donde las empresas ajustan sus precios de manera asincrónica debido a los llamados "costos de menú" (el tiempo y esfuerzo de cambiar precios). Esto genera una dispersión en los precios relativos, distorsionando las señales económicas. Por ejemplo, en un contexto de precios caóticos, a un consumidor le resulta difícil saber si el aumento de precio de un producto es un reflejo de su escasez o simplemente un ajuste arbitrario. Como se observa en la Figura X, el estudio de Fernando Álvarez y sus colegas sobre la hiperinflación argentina demuestra una clara correlación positiva: a mayor inflación, mayor dispersión de precios.

En 2023, con una inflación anual que superó el 211%, la dispersión de precios relativos alcanzaba niveles de entre 0.155 y 0.17. Al proyectar la inflación actual a una tasa anual del 33%, esa dispersión se reduce a 0.117. Esta reducción de la distorsión, similar a eliminar un impuesto ineficiente, se traduce en una ganancia de bienestar de entre el 3% y el 4.5% del PBI, según la aproximación de Álvarez et al. (2018).

2. El costo de oportunidad del dinero:

La inflación también impone un costo a través de la demanda de dinero. En un entorno de precios inestables, el valor del dinero se deteriora rápidamente, lo que incentiva a las personas a desprenderse de sus pesos lo antes posible. Esto implica un "impuesto inflacionario" sobre la tenencia de dinero, ya que el costo de oportunidad de mantener efectivo aumenta. La gente invierte tiempo y esfuerzo en minimizar sus saldos en efectivo, lo que representa una ineficiencia para la economía.

El trabajo de Benati y Nicolini (2024), reflejado en la Figura 1, cuantifica este costo. Sus estimaciones indican que la inflación de 2023 en Argentina tuvo un costo de bienestar de entre el 4% y el 4.5% del PBI por este concepto. La reducción actual de la inflación, al disminuir este costo, genera una ganancia de bienestar del 2.5% al 3% del PBI.

Profundizando en los conceptos económicos

Para los lectores más curiosos, los conceptos de elasticidad de sustitución y demanda real de dinero son clave para entender la magnitud de la ganancia de bienestar.

Elasticidad de sustitución (η): En la fórmula de Álvarez et al., η mide cuán dispuestos están los consumidores a sustituir un bien por otro cuando sus precios relativos cambian. Un valor alto de η (como el 6 usado en el estudio) significa que los consumidores son muy sensibles a las distorsiones de precios. Es decir, si el precio de un bien sube en relación con otro, los consumidores cambian rápidamente sus patrones de consumo para comprar el bien más barato. Esta sensibilidad amplifica la pérdida de bienestar causada por la distorsión de precios, ya que los consumidores son empujados a consumir una canasta de bienes que no es la óptima para ellos.

Curva de demanda de dinero real (M/P): En la teoría económica, la demanda de dinero es la cantidad de dinero que los individuos y las empresas desean mantener en sus bolsillos y cuentas bancarias. La demanda de dinero real ajusta esta cantidad por el nivel de precios. La Figura 1 muestra la relación entre la demanda real de dinero y el costo de oportunidad de mantenerlo (en Argentina, la tasa de inflación). A medida que la inflación aumenta, el costo de oportunidad se eleva y la demanda de dinero real disminuye drásticamente, como se ve en las curvas para Argentina y la República de Weimar. El área bajo esta curva representa el costo total de bienestar que la inflación impone a la sociedad. La desinflación, al reducir el costo de oportunidad, permite a las personas volver a tener saldos de dinero más sanos, eliminando esta pérdida de bienestar.

Una perspectiva histórica: el debate entre modelos económicos

Analizar el fenómeno actual sin considerar el contexto histórico sería un error. La inflación no es un problema nuevo en Argentina, y cada gobierno ha aplicado su propio enfoque, con resultados dispares.

Gobiernos de Kirchner y Fernández (2003-2015 y 2019-2023): Estos períodos se caracterizaron por un modelo de crecimiento basado en la demanda interna, con un fuerte rol del Estado. La política económica se centró en la expansión del gasto público para impulsar el consumo y la producción. La financiación de este gasto, a menudo a través de la emisión monetaria, generó un problema crónico de inflación, que se buscó controlar con herramientas heterodoxas como los controles de precios y el "cepo". El paradigma era que el Estado podía "administrar" la inflación sin un ajuste fiscal y monetario profundo. Como se observa en la Figura VI, la frecuencia de los cambios de precios aumentó en estos ciclos, lo que indica un intento fallido de controlar las distorsiones.

Gobierno de Macri (2015-2019): El gobierno de Mauricio Macri intentó una transición hacia un modelo más liberal, con un enfoque gradualista. Se propuso una desinflación paulatina, pero la falta de un ajuste fiscal y monetario lo suficientemente rápido, sumado a factores externos, impidió que la inflación bajara a los niveles deseados. El fracaso de este intento gradualista demostró que la inercia inflacionaria argentina es demasiado fuerte para ser combatida sin un shock o un plan de estabilización más contundente.

Gobierno de Milei-Caputo: La actual administración ha optado por un cambio de paradigma radical, priorizando la estabilidad macroeconómica por encima del crecimiento a corto plazo. La política económica se basa en la premisa de que la inflación es un fenómeno monetario y que, para combatirla, es imprescindible eliminar el déficit fiscal y la emisión. Este "shock" de desinflación busca romper de cuajo con la inercia inflacionaria, a pesar de los altos costos sociales iniciales, para sentar las bases de un crecimiento sostenible en el futuro.

Conclusión: La desinflación como motor de recuperación

La actual desinflación, aunque dolorosa en sus efectos inmediatos, representa una oportunidad histórica para la economía argentina. La ganancia de bienestar de entre el 5.5% y el 7.5% del PBI, proveniente de la corrección de las distorsiones de precios y la recuperación del valor del dinero, es un límite inferior del beneficio total. Una economía sin la distorsión crónica de la inflación permite una mejor asignación de recursos, una planificación a largo plazo más eficiente y, en última instancia, una recuperación de la producción y el crecimiento.

Si bien el camino es largo y lleno de desafíos, el actual proceso de desinflación sienta las bases para un futuro donde la estabilidad no sea una excepción, sino la regla. La comparación con gobiernos anteriores subraya la magnitud del desafío que enfrenta Argentina y la apuesta del actual gobierno por una solución de raíz, rompiendo con los paradigmas que, en el pasado, no lograron resolver el problema de la inflación de manera sostenible.

Aníbal Sebastián Mercaich; Economista

Bibliología utilizada

Álvarez, Fernando, Martin Beraja, Martín Gonzalez-Rozada y Pablo Andrés Neumeyer. 2018. "From Hyperinflation to Stable Prices: Argentina's Evidence on Menu Cost Models." The Quarterly Journal of Economics 134 (1): 451–505.

Álvarez, Fernando, Francesco Lippi y Roberto Robatto. 2019. "Cost of Inflation in Inventory Theoretical Models." Review of Economic Dynamics, vol. 32: 206-226.

Bailey, Martin J. 1956. "The Welfare Cost of Inflationary Finance." Journal of Political Economy 64 (2): 93–110.

Benati, Luca, y Juan Pablo Nicolini. 2024. "Estimating the Welfare Costs of Very High Inflations and Hyperinflations." Discussion Papers, No. 24-01, University of Bern, Department of Economics, Bern.

Fischer, Stanley, y Franco Modigliani. 1978. "Towards an Understanding of the Real Effects and Costs of Inflation." Review of World Economics 114 (4): 810–33.

Gali, Jordi, y Tommaso Monacelli. 2005. "Monetary Policy and Exchange Rate Volatility in a Small Open Economy." Review of Economic Studies 72 (3): 707–34.