La historia del policía que le ganó 6-0, 6-0 a Federer
Reto Schmidli se enfrentó al suizo en el primer partido de torneo de la leyenda

En agosto de 1991, nadie se imaginaba que un pequeño trozo de la historia del tenis se estaba escribiendo en la pista de tierra batida del Grüssenhölzli de Pratteln, un suburbio de Basilea, la segunda ciudad más grande de Suiza, en el que se encontraba un club cuya superficie ahora ocupa un IKEA que se elevó con el cambio de siglo.
Era la primera ronda del torneo juvenil de este pequeño recinto que por aquel entonces tenía 11 pistas de tierra batida. No hay mucha gente que preste atención al partido entre Reto Schmidli, una promesa del vecino TC Arlesheim, y el pequeño Roger Federer, un chico del TC Old Boys de Basilea. El partido es tan unilateral que tiene poco interés; Reto vence al chico con un contundente 6-0, 6-0, o dos ruedas de bicicleta, como se dice popularmente en el tenis.
En este momento se desconocen dos cosas. La primera era que Roger se convertiría en uno de los mejores jugadores de todos los tiempos; la segunda, que nunca más en su carrera sufriría una derrota por ese humillante marcador. "Francamente, nunca le presté atención en los siguientes años a ese hecho", dice Reto Schmidli, de 43 años, sentado en la terraza de un bistró familiar de Arlesheim, de unos 9.000 habitantes. "Entonces un amigo me dijo que Roger había concedido una entrevista a una revista estudiantil de Estados Unidos, en la que le preguntaron si alguna vez había perdido 6-0 y 6-0. Respondió que sólo le había pasado una vez, en el torneo de Pratteln, contra mí" [En realidad la primera vez que reveló Federer este hecho fue después de vencer al argentino Gastón Gaudio en la Copa Masters de 2005, por otro doble 'rosco' en 50 minutos].

Casi tres años mayor
Es una buena manera de poner a un hombre en el mapa. Pero Reto Schmidli, ahora policía en Basilea, nunca se jacta de ello. Sin embargo, la historia se ha extendido un poco en el pequeño mundo del tenis: "A veces la gente me pregunta en los torneos: '¿No fuiste tú quien ganó a Roger por 6-0 y 6-0?"
Reto no tiene pelos en la lengua. "No significó mucho, aunque estoy orgulloso porque al final ha quedado como una marca. Roger estaba jugando sus primeros torneos, él tenía 10 años -los acababa de cumplir dos semanas antes- y yo casi 13 [no había suficientes tenistas de su edad para crear su categoría y lo subieron a la siguiente]. Nunca había oído hablar de él. Algunos decían que tenía muy buen toque, buena mano, pero nada más". Tal dimensión futura no la sospechaba siquiera Madeleine Bärlocher, la primera entrenadora de la leyenda, a la que había acogido con siete años en su club por petición de la madre, la que pulió alguno de sus golpes y, sobre todo, la que desarrolló el exquisito comportamiento en la pista que ha conquistado el mundo. "Si lo hubiese sabido, hubiese guardado más recuerdos", cuenta.
Muy pronto, los caminos de Reto y Federer se separaron. "Roger se incorporó al centro nacional, yo continué mi progresión pero no al mismo ritmo. Más tarde, me uní al club de Roger, los Old Boys, y luego me fui a Australia al club de Patrick Rafter. Estuve en una familia de acogida, jugando todos los días. El objetivo era progresar además de aprender inglés. Volví a Basilea, tenía un buen saque y un buen revés, pero no creo que tuviera el talento necesario para convertirme en un gran jugador. Para eso hay que desearlo mucho y yo no lo hice. Sólo disfrutaba jugando al tenis. Si tuviese que entrenar dos semanas seguidas, acabaría harto", revela.