La trama secreta de cómo eludieron el Fair Play financiero que involucra Manchester City y el PSG

08.11.2018

La Red de Colaboraciones de Investigación Europea (EIC, por sus siglas en inglés) reveló nuevos documentos del denominado Football Leaks en los que indicó que en 2012 el ex jugador francés Michel Platini -por entonces presidente de la UEFA- y el suizo Gianni Infantino -secretario en aquel momento de ese organismo, hoy titular de la FIFA- habrían encubierto a los clubes Paris Saint Germain y Manchester City por incumplimiento del Fair Play financiero. 

Según publicó el diario alemán Der Speigel en 2012 el PSG francés se favoreció de una reducción de la multa de unos 60 millones de euros y al igual que el Manchester City, de Inglaterra, aprovechó que la UEFA contabilizara de forma retroactiva una fracción del contrato con la Autoridad de Turismo de Qatar para la temporada 2013 - 2014, que fue de 1.800 millones de euros.

Además Football Leaks filtró un documento que demuestra que 16 clubes europeos (incluyendo cinco ingleses) llegaron a un acuerdo privado para crear una Superliga Europea a partir de 2021, que acabaría con la Champions League de la UEFA.

Los clubes mencionados son Barcelona, Real Madrid, Manchester United, Manchester City, Chelsea, Liverpool, Arsenal, PSG, Bayern Munich, Juventus y Milan como equipos "fijos", y Atlético de Madrid, Borussia Dortmund, Olimpique de Marsella, Inter y Roma como equipos que deben revalidar su permanencia año a año.

Según Der Spiegel, Infantino alertó en la medianoche del 2 de mayo de 2014 a Al Mubarak, presidente del Manchester City, de que su equipo podía quedar suspendido de la Liga de Campeones por vulnerar el Fair play financiero, pero al mismo tiempo les esbozaba una salida para salir lo mejor parado posible. "Es estrictamente confidencial", resaltó.

El Fair play financiero establece que el déficit de un club entre venta e ingreso de dos temporadas de 2011 a 2013 no podía superar los 45 millones y en las siguientes tres temporadas, sólo 30. Además, se incidía que los contratos firmados no podían estar sobrevalorados para no distorsionar la competición.

Los clubes habrían sorteado esa prohibición inflando contratos de patrocinio y escondiendo gastos. Por ejemplo, el PSG firmó un contrato con la Oficina de Turismo de Qatar por 215 millones de euros. Curiosamente, el club no estaba obligado a mostrar el logo de esa entidad ni en su camiseta ni en su web oficial.

En el caso de Manchester City habría ocurrido lo mismo con fondos provenientes de empresas de Abu Dhabi. Además, habría ocultados egresos para que sus balances no presentaran tanto deuda. Finalmente, ambos clubes habrían arreglado sus problemas pagando multas millonarias, pero muy lejos de lo que realmente debían.

Investigado por la justicia suiza, Infantino rechazó acusaciones y advirtió que los jugadores que actúen en una eventual Superliga europea no actuarán en los Mundiales.

"Puedo entender que es duro aceptar que un hijo de inmigrantes italianos llegue a una posición como la que llegué yo", ironizó Infantino, acusado por Football Leaks de proteger a los clubes PSG y Manchester City cuando estaba en la UEFA.

"Actué siempre de modo trasparente. Nuestro objetivo era ayudar a los clubes, no destruírlos. Me reuní con PSG y Manchester City porque mi trabajo es encontrar acuerdos que luego son evaluados por una Comisión independiente", dijo Infantino, denunciado porque, supuestamente, no aplicó las normas del Fair Play financiero a esos clubes.

"Igualmente, ambos clubes fueron multaron por una veintena de millones...Entre los treinta clubes solo dos no alcanzaron acuerdos, uno es el Milan, que ganó su caso en el TAS. Los otros clubes fueron excluidos por motivos bien diversos, no pagaron deudas, salarios. Por eso, nada de favoritismos", se jactó Infantino.

Rechazó luego la eventual creación de una Superliga que agrupe a los 16 clubes más poderosos de Europa y reiteró que la propia FIFA impulsa también reformar el Mundial de Clubes y amenazó a los jugadores que actúen en ese torneo.

"Esta amenaza existe evidentemente. Creo que los responsables serán al final bastante razonables antes de separarse por completo", dijo Infantino, sobre el proyecto filtrado por Football Leaks.

Dijo que su proyecto de nuevo Mundial de Clubes para 24 equipos tras la temporada europea y organizado por la FIFA "sería la mejor Superliga", propuesta que incluye un contrato de 25.000 millones de dólares, pero que también es rechazado por los clubes más poderosos de Europa.

"No queremos ninguna competición que interfiera con la Champions o los campeonatos nacionales", expresó y citó que el tenis cedió a privados la organización de la nueva Copa Davis y algo similar sucedió con el basquetbol.

"Por eso una task force de la FIFA estudia el proyecto que propondrá al Consejo el programa de reformas el 14 de marzo en Miami", siguió Infantino, que negó a continuación supuestas ayudas a Estados Unidos para ganar la sede del Mundial 2026 junto con Canadá y México.

Contó que habló con el presidente Donald Trump "por primera vez el 28 de agosto", es decir, después de la votación del 13 de junio en Moscú, y aseguró que "la FIFA inició un nuevo curso de reglas claras y trasparentes" y que esa decisión es "inflexible".

"Todo lo que hice fue puesto negro sobre blanco: criterios, normas, principios...e hicimos un Congreso del Ejecutivo de la FIFA para que decidiera con voto público. Hemos demostrado que la FIFA es trasparente", insistió el dirigente suizo.

La Oficina del Fiscal General del Valais abrió una investigación sobre las denuncias de que un magistrado del cantón facilitó los contactos entre Infantino y el fiscal general de Suiza, Michael Lauber.

La fiscalía del Valais nombró a un fiscal especial para esclarecer las estrechas relaciones entre el fiscal del Alto Valais (región germanoparlante del cantón) Rinaldo Arnold e Infantino, así como las acusaciones publicadas la semana pasada por Football Leaks. Según el diario Tages-Anzeiger, Arnold recibió invitaciones para asistir a partidos del Mundial de Rusia, a un congreso de la FIFA en México en mayo de 2016 y a la final de la Champions League en Milán.

Según Football Leaks, Arnold también ayudó a Infantino a organizar una reunión secreta en 2016 con Lauber, cuyo despacho investiga numerosos casos de presunta corrupción en los que está involucrada la FIFA.

Arnold dice que simplemente tiene una relación personal con el presidente de la FIFA, que también negó irregularidades en sus relaciones con la fiscalía general de Suiza.