La Trampa Estructural del Ingreso Medio: Argentina y la Paradoja del Desarrollo Incompleto a la luz del Crecimiento Impulsado por la Innovación y la Destrucción Creativa
Este paper de investigación económica examina críticamente la trayectoria de estancamiento económico de Argentina desde el quiebre histórico que se consolida en la década de 1930, utilizándola como el caso de estudio más elocuente y doloroso de la Trampa del Ingreso Medio

Por Aníbal Sebastián Mercaich; Economísta
Resumen
Este paper de investigación económica examina críticamente la trayectoria de estancamiento económico de Argentina desde el quiebre histórico que se consolida en la década de 1930, utilizándola como el caso de estudio más elocuente y doloroso de la Trampa del Ingreso Medio (Middle-Income Trap). La tragedia argentina, como se argumentará extensamente, no es un mero fracaso de política económica coyuntural, sino una falla estructural e institucional para transitar de un crecimiento basado en la explotación de la dotación de factores (factor accumulation) a un crecimiento sostenido impulsado por la innovación de frontera (frontier innovation) y la productividad total de los factores (PTF) endógena.
El análisis se fundamenta rigurosamente en el marco teórico del Crecimiento Endógeno Impulsado por la Innovación (Innovation-Driven Endogenous Growth), principalmente la perspectiva Schumpeteriana formalizada por Aghion y Howitt (1992, 2009), y la literatura seminal sobre el catch-up tecnológico de Gerschenkron (1962) y Nelson y Phelps (1966). El argumento central se enfoca en que el punto de inflexión alrededor de 1938 (como indicaría un Chow test del crecimiento del PIB per cápita relativo) no solo marca el colapso definitivo del modelo agroexportador basado en la ventaja comparativa ricardiana estática (Díaz-Alejandro, 1970), sino la adopción de un esquema de Sustitución de Importaciones (ISI) que, aunque inicialmente generó un salto en la industrialización, resultó ser estructuralmente regresivo y anti-Schumpeteriano.
La tesis principal es que la persistencia de intereses creados (vested interests) —compuestos por élites industriales, oligopolios de servicios, y cúpulas sindicales— logró capturar el Estado (Krueger, 1974; Stigler, 1971), bloqueando sistemáticamente las reformas institucionales pro-competitivas y pro-disruptivas necesarias para impulsar la innovación de frontera, el desmantelamiento de barreras de entrada y la apertura competitiva. Este bloqueo institucional perpetuó un patrón de rentismo y proteccionismo que, al sofocar la Destrucción Creativa (Creative Destruction), condenó a Argentina a una dinámica de estancamiento relativo, alta volatilidad y divergencia crónica respecto a la frontera tecnológica global (Acemoglu, Johnson, & Robinson, 2005). El trabajo critica la insuficiencia del modelo neoclásico de Solow (1956) y la mera "ventaja del atraso" para explicar la persistente no-convergencia y la Paradoja de Lucas (1990), ofreciendo el enfoque catch-up/innovación como una explicación superior para la divergencia argentina.
1.- Introducción
El estudio del crecimiento económico a largo plazo se encuentra plagado de anomalías, pero pocas tan dramáticas, persistentes y desconcertantes como la trayectoria de Argentina. La nación austral representa la antítesis del desarrollo sostenido; un recordatorio doloroso de que el potencial, la riqueza de recursos y una posición inicial ventajosa no garantizan la convergencia.
A finales del siglo XIX y principios del XX, Argentina era, de hecho, una potencia económica mundial. Con un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita que, en 1890, rivalizaba con el de economías que hoy definen la frontera del desarrollo, como Francia y Alemania, y superaba significativamente a la mayoría de las naciones del Sur Global (Maddison, 2007; Gerchunoff & Llach, 2018). Este "espejismo dorado" inicial se impulsó por un modelo de crecimiento extensivo (Kuznets, 1966), basado en: 1) La explotación de vastos y fértiles recursos naturales (la Pampa Húmeda); 2) Una inmigración masiva que proveyó mano de obra y capital humano inicial (Taylor, 1992); y 3) Una integración fluida al mercado mundial como exportador agropecuario de alto valor (Vázquez-Presedo, 1971).
Sin embargo, a partir de la crisis global de 1929 y la subsiguiente década de 1930, la historia económica argentina se transforma en un relato de divergencia, volatilidad endémica y estancamiento relativo. El punto de quiebre estadísticamente significativo, situado alrededor de 1938, marca el inicio de una caída sostenida del PIB per cápita en relación con el de los Estados Unidos y otras economías de referencia. Este proceso la ha relegado, de manera estructural, a la condición de país de ingreso medio inestable (Eichengreen, Park, & Shin, 2011; Gill & Kharas, 2007).
La pregunta central que guía esta investigación, en línea con la reflexión propuesta por el trabajo fundamental de Aghion (2021) sobre la "Tragedia Argentina", es: ¿Por qué Argentina fracasó, de forma tan dramática y persistente, en la transición de una economía de acumulación de factores a una economía impulsada por la innovación, la competencia y el cambio estructural, quedando atrapada en un ciclo vicioso de desarrollo incompleto?
Este paper adopta una perspectiva crítica y rigurosa, utilizando el marco de la Teoría del Crecimiento Endógeno Impulsado por la Innovación (Romer, 1990; Aghion & Howitt, 1992, 2009) para desentrañar los mecanismos institucionales y políticos que impidieron a Argentina escapar de la denominada Trampa del Ingreso Medio. Se busca ir más allá de las explicaciones monocausales —como el populismo o el mero déficit fiscal— para adentrarse en el rol de la estructura institucional, la economía política de los intereses creados (vested interests) y la ausencia sistémica de Destrucción Creativa como factores decisivos en el destino económico fallido de la nación.
2.- La Divergencia Crónica Argentina: Del Falaz Espejismo Neoclásico a la Evasión de la Frontera Schumpeteriana
El dilema ontológico del desarrollo económico argentino, marcado por un declive relativo secular y una volatilidad macroeconómica endémica —la denominada Paradoja Argentina— exige un escrutinio profundo que trascienda las explicaciones superficiales o puramente coyunturales. La comprensión de esta divergencia persistente requiere una inmersión en la evolución y las limitaciones de las teorías del crecimiento económico. Tradicionalmente, la literatura ha polarizado el análisis en dos matrices teóricas fundamentales: el paradigma de la acumulación de factores de corte neoclásico y la visión del cambio estructural e innovación de estirpe schumpeteriana. La tragedia argentina reside, como se argumentará críticamente, en su incapacidad estructural para trascender la primera etapa y anclarse en la dinámica de la segunda.
2.1.- El Modelo de Solow y sus insuficiencias Teórico-Empíricas: El Crecimiento Inercial
El punto de partida canónico para el análisis del crecimiento es el Modelo de Crecimiento Neoclásico de Robert Solow (1956), expandido en paralelo por Trevor W. Swan (1956). Este modelo, la piedra angular de la macroeconomía moderna, establece una función de producción agregada que vincula el producto (Y) con los factores primarios de producción: capital físico (K), trabajo (L), y un factor residual crucial, el Progreso Tecnológico (A), a menudo denominado Productividad Total de los Factores (PTF):
Y(t) = F(K(t), L(t), A(t))
La tesis central del modelo se cimenta en la asunción de rendimientos marginales decrecientes del capital físico (K). Esta propiedad es crucial: en ausencia de progreso tecnológico (A constante), un aumento en la ratio capital-trabajo (k = K/L) generará incrementos de producto cada vez menores, conduciendo la economía a un estado estacionario (steady state) donde el crecimiento del producto per cápita es, por definición, cero. El único motor del crecimiento sostenido en el estado estacionario es, por lo tanto, el progreso tecnológico (A), el cual es tratado como exógeno al sistema económico, cayendo como un "maná del cielo" o "la medida de nuestra ignorancia" (Solow, 1957; Abramovitz, 1956).
2.1.1.- La Falacia de la Convergencia y la Crítica Empírica: ¿Por qué Argentina NO convergió?
La principal implicación normativa y predictiva del modelo de Solow (y sus extensiones con capital humano, como el modelo de Mankiw, Romer y Weil, 1992) es la convergencia absoluta. Dado que las economías más pobres poseen ratios K/L significativamente menores, sus rendimientos marginales del capital deberían ser intrínsecamente mayores. Esto implicaría que los países pobres deberían crecer a tasas superiores que los países ricos, reduciendo progresivamente la brecha de ingreso per cápita hasta alcanzar un estado estacionario común o un sendero de crecimiento equilibrado (Barro & Sala-i-Martin, 1995).
Sin embargo, el registro empírico de las últimas décadas ha refutado contundentemente la idea de la convergencia universal, poniendo en evidencia las severas insuficiencias del marco neoclásico para explicar la persistente divergencia argentina:
- La Paradoja de Lucas (1990) y el Capital Esquivo:
Robert Lucas, Jr. (1990) observó una anomalía flagrante: si los países pobres realmente ofrecieran mayores retornos marginales al capital (como predice Solow), el capital financiero debería fluir masivamente de las naciones ricas (con bajos retornos) hacia las pobres (con altos retornos). En la práctica, el flujo es a menudo insignificante o, en un patrón contraintuitivo, se mueve de manera inversa (capital flight) (Lucas, 1990; Alfaro, Kalemli-Ozcan, & Volosovych, 2008). Esta paradoja sugirió que el capital físico (K) no es el factor escaso crucial; más bien, las diferencias en la PTF (A), las instituciones, el capital humano y la protección legal del inversor (el problema de la credibilidad del compromiso de North & Weingast, 1989) son los verdaderos inhibidores del flujo de capital y, por ende, de la convergencia. Argentina ejemplifica esta paradoja: un país con vastos recursos y una necesidad crónica de inversión que, sin embargo, repele el capital productivo debido a la inestabilidad institucional y la falta de respeto a los contratos.
- La Convergencia de Clubes y la Divergencia Crónica:
La evidencia empírica demostró que la convergencia no es un fenómeno global. Más bien, se observa la formación de "clubes de convergencia" (Baumol, 1986; Durlauf & Quah, 1999) donde solo grupos específicos de países —generalmente con características estructurales e institucionales similares y un compromiso con la innovación— logran acercarse a la frontera tecnológica. El resto de las naciones queda atrapado en lo que Lant Pritchett (1997) denominó una "divergencia que golpea la cabeza" (Divergence, Big Time). Argentina, al haber estado en el club inicial (antes de 1930) y luego haber sido expulsada, es el caso más claro de divergencia crónica. Esta evidencia empírica reforzó la necesidad de un modelo que internalizara los determinantes de la PTF y el papel de las estructuras institucionales como factores críticos (Acemoglu, Johnson, & Robinson, 2005; Rodrik, 2007).
2.2.- Crecimiento Endógeno, Catch-up y la Destrucción Creativa: La Frontera del Desarrollo
La insatisfacción con el residuo de Solow (el factor A) y la evidencia de la no-convergencia global catalizaron el surgimiento de las Teorías del Crecimiento Endógeno (New Growth Theories) en la década de 1980. Estos modelos, revolucionarios en su enfoque, internalizaron el motor del progreso tecnológico, postulando que A no es exógeno, sino una consecuencia directa de las decisiones económicas —la inversión en capital humano, la acumulación de conocimiento y la Investigación y Desarrollo (I+D)— (Romer, 1986, 1990; Lucas, 1988). Esta internalización fue el big bang de una nueva visión del crecimiento.
2.2.1.- La dinámica Schumpeteriana: Tecnología Endógena y Rentas Monopólicas
La arquitectura fundamental del Crecimiento Endógeno se asienta, filosófica y formalmente, sobre la visión del desarrollo de Joseph A. Schumpeter (1942). Schumpeter definió el proceso capitalista como un vendaval de Destrucción Creativa (Creative Destruction). Para él, el crecimiento no es una marcha suave, sino un proceso discontinuo, disruptivo y revolucionario impulsado por el empresario innovador que introduce nuevas combinaciones productivas (tecnologías, productos, mercados) que hacen obsoletas las estructuras existentes y desplazan a los productores de la "vieja guardia".
Los modelos de Crecimiento Endógeno basados en la innovación, como los de Aghion y Howitt (1992, 1998) —el modelo de calidad vertical— y Grossman y Helpman (1991) —el modelo de variedad de productos—, formalizan esta dinámica. La innovación es vista como una actividad intencional, impulsada por la búsqueda de rentas monopólicas temporales (patentes, copyrights o ventajas competitivas) que sirven como incentivo. Estas rentas son la recompensa por el riesgo y el costo de la I+D, sin las cuales la innovación no se llevaría a cabo. La característica crucial que permite el crecimiento sostenido es que el conocimiento y la tecnología son tratados como bienes no-rivales, sujetos a externalidades positivas y, potencialmente, a rendimientos crecientes a escala, lo que permite el crecimiento sostenido sin caer en el estado estacionario neoclásico (Romer, 1986).
Para Argentina, la crítica implícita es demoledora: la economía ha sido históricamente anti-Schumpeteriana. La estructura de incentivos se ha diseñado no para recompensar la innovación productiva (que implica competencia y riesgo), sino la búsqueda de rentas improductivas (rent-seeking) a través de la captura del Estado, lo que sofoca la Destrucción Creativa.
2.2.2.- La senda bifurcada del Catch-up y la Innovación de Frontera
El marco más potente para analizar la persistente divergencia argentina es el Modelo Schumpeteriano de Dos Regímenes (Aghion & Howitt, 2009; Aghion, 2021; Acemoglu, Aghion, & Zilibotti, 2006). Este marco postula que, para las economías rezagadas, la senda del crecimiento endógeno implica dos etapas interconectadas, cada una con distintos requerimientos institucionales y óptimos de política económica. La Trampa del Ingreso Medio se define precisamente como el fracaso en transicionar entre estos dos regímenes.
2.2.2.1.- Régimen de crecimiento por Catch-up (Imitación)
Los países lejos de la frontera tecnológica global (el nivel de PTF de la economía líder) disfrutan de la Ventaja del Atraso (Advantages of Backwardness), un concepto seminal de Alexander Gerschenkron (1962). La principal fuente de crecimiento no es la invención, sino la imitación, la adopción y la adaptación de tecnologías y procesos productivos ya existentes en los países avanzados. El crecimiento aquí es, inicialmente, más rápido y menos costoso en términos de I+D.
2.2.2.2.- Régimen de Crecimiento por Innovación de Frontera
A medida que el país se acerca a la frontera tecnológica, el potencial de imitación se agota inexorablemente. La "Ventaja del Atraso" se convierte en la "Maldición de la Proximidad" (Acemoglu, Aghion, & Zilibotti, 2006). En este punto, la imitación ya no es suficiente. El crecimiento sostenido solo es posible mediante la innovación genuina, la invención de nuevas tecnologías y la participación activa en el proceso global de Destrucción Creativa.
La tesis crítica sobre Argentina es que el país quedó atrapado en el régimen de catch-up (ISI). Sus instituciones, diseñadas para la acumulación bajo un Estado proteccionista y rentista, se negaron a evolucionar hacia las instituciones pro-competitivas requeridas para la innovación de frontera, condenando al país a un estancamiento prolongado.
3.- La trayectoria argentina bajo la lupa de Solow: el agotamiento de la acumulación
La incapacidad de Argentina para sostener el desarrollo puede ser interpretada, en su fase inicial (1870-1930), como el agotamiento de la senda de crecimiento puramente soloviana o extensiva. El período de auge fue, fundamentalmente, un proceso de acumulación extensiva de factores, que si bien fue impresionante, no sentó las bases para el crecimiento endógeno de la PTF:
En este contexto, Argentina exhibió una rápida convergencia de ingresos per cápita, alcanzando niveles comparables a los de países europeos líderes. No obstante, al depender casi exclusivamente de la expansión de factores y una PTF exógena (derivada de la adopción inicial de tecnologías básicas de producción y transporte), la economía argentina sucumbió a los rendimientos marginales decrecientes del capital en el sector agropecuario y, crucialmente, fue incapaz de generar una estructura industrial diversificada basada en la innovación (Schvarzer, 1996).
El modelo de Solow describe bien el mecanismo del crecimiento inicial pero falla estrepitosamente al explicar el estancamiento posterior y la divergencia. La persistencia de la divergencia argentina a partir de la década de 1930/1940 solo puede entenderse al transicionar del paradigma de la acumulación al paradigma de la innovación endógena y el cambio estructural institucional (Acemoglu & Robinson, 2012).
4.- Argentina atrapada y la falla estructural: la economía política del rentismo
La tragedia de la divergencia argentina no es meramente un problema de acumulación insuficiente de factores (como sugeriría un análisis soloviano simplista), sino una falla estructural persistente en la transición institucional requerida para pasar del régimen de catch-up al régimen de innovación de frontera. Argentina se encuentra, en palabras de la literatura de desarrollo, atrapada en la Trampa del Ingreso Medio (Gill & Kharas, 2007; Eichengreen, Park & Shin, 2011). Los países caen en esta trampa cuando sus salarios han aumentado lo suficiente como para perder competitividad frente a las naciones de bajo costo (el catch-up de China o Vietnam), pero su PTF (productividad e innovación) aún es demasiado baja para competir con las naciones de altos salarios (EE. UU., Alemania, Corea del Sur).
4.1.- La incapacidad para desencadenar la Destrucción Creativa
Argentina alcanzó el umbral de "país de ingreso medio" a principios del siglo XX. Su declive relativo se explica por la incapacidad crónica de sus instituciones político-económicas para abrazar la disrupción y la incertidumbre inherentes a la Destrucción Creativa que Schumpeter postulaba como esencial. Las instituciones argentinas se especializaron en proteger la renta existente en lugar de generar nueva riqueza a través de la innovación.
4.1.1.- La resistencia del incumbente, los intereses creados y la captura del Estado
El catch-up argentino, basado en el modelo de Sustitución de Importaciones (ISI) a partir de los años '30, creó una estructura industrial altamente protegida, no competitiva y, crucialmente, rentística (Schvarzer, 1996; Ferrer, 2004). El problema central fue que las empresas incumbentes (los "viejos" oligopolios industriales, los grandes holdings de recursos naturales y los oligopolios de servicios) se convirtieron en intereses creados (vested interests) con la capacidad de ejercer una presión política formidable.
Según la teoría de la competencia de rentas (rent-seeking) de Krueger (1974) y los modelos de crecimiento con rent-seeking (Murphy, Shleifer, & Vishny, 1993; Shleifer & Vishny, 1998), el incentivo para la innovación fue sistemáticamente socavado. En lugar de invertir en I+D para innovar (que es costoso, incierto y sujeto a la Destrucción Creativa), los agentes económicos argentinos encontraron que era más rentable invertir recursos en la captura del Estado (rent-seeking) para asegurar: 1) Subsidios explícitos o implícitos (energéticos, crediticios); 2) Protección arancelaria ilimitada y permanente; 3) Acceso privilegiado al crédito subsidiado (Directed Credit); o 4) Regulaciones "a su medida" que bloquean la entrada de competidores.
Esta captura regulatoria y política desincentivó la entrada de new players y, crucialmente, bloqueó la salida (exit) de las empresas ineficientes y obsoletas, estrangulando el proceso de Destrucción Creativa que es vital para la renovación de la PTF (Acemoglu & Robinson, 2012). La economía política de Argentina se convirtió, así, en un juego de suma cero: el éxito de un sector dependía de la extracción de rentas (impuestos, inflación, deuda) del resto de la sociedad.
4.1.2.- Debilidad institucional, credibilidad del compromiso y derechos de propiedad incompletos
La transición al régimen de innovación exige un sistema de Derechos de Propiedad Intelectual (DPI) robusto y, más fundamentalmente, un sistema legal y político que dé certidumbre al inversor de largo plazo. En Argentina, la persistente volatilidad macroeconómica, la discrecionalidad regulatoria endémica y el crónico incumplimiento contractual (incluyendo el default de la deuda pública o la expropiación) han creado un ambiente de riesgo sistémico insuperable.
North y Weingast (1989) argumentan que la certeza institucional y la limitación creíble del poder discrecional del Estado son la base del crecimiento moderno. En Argentina, la falta de una restricción creíble al poder discrecional del gobierno (el problema de la credibilidad del compromiso) ha disuadido tanto la IED de largo plazo como la inversión nacional en I+D, donde los retornos son inciertos y se materializan en un futuro lejano (Acemoglu & Johnson, 2005). El horizonte de planificación de los inversores se acorta dramáticamente. Cuando el Estado puede cambiar las reglas del juego de forma arbitraria, la inversión productiva de largo plazo se sustituye por la especulación y la cobertura de riesgo (hedging), como la compra de activos extranjeros o divisas.
4.1.3.- El déficit crónico de Capital Humano Avanzado y Financiamiento de Riesgo
El crecimiento por innovación depende de un ecosistema de I+D y Financiamiento de Riesgo altamente desarrollado. Argentina presenta un déficit crónico en ambos pilares:
4.2.- La Trampa del Ingreso Medio como resultado institucional
La Trampa del Ingreso Medio no es un destino inevitable, sino el resultado del fracaso institucional en el momento de la transición. Los países que la superaron (Corea del Sur, Taiwán, Israel) lograron transformar sus instituciones, pasando de un Estado dirigista enfocado en la acumulación a un Estado catalizador enfocado en la competencia, la I+D y la protección de la innovación.
Argentina, en contraste, se ha aferrado a un modelo institucional híbrido y sub-óptimo: es demasiado proteccionista para ser innovador, y demasiado inestable y extractivo para generar la acumulación de largo plazo (Acemoglu & Robinson, 2012). El país nunca logró desmantelar la estructura rentística del catch-up para dar paso al dinamismo de la Destrucción Creativa, condenándose a una volatilidad cíclica y un estancamiento relativo. La crítica final es que la divergencia argentina es, en esencia, una tragedia de la elección política sobre el diseño institucional, más que una fatalidad económica. El crecimiento sostenido y el desarrollo requieren que el progreso tecnológico A sea, en efecto, endógeno, y eso exige instituciones que recompensen la innovación productiva por encima de la búsqueda de rentas improductivas.
5.- Conclusión: El Imperativo de la Destrucción Creativa Institucional
El estancamiento económico de Argentina desde la década de 1930, que la ha llevado a ser el caso de estudio por excelencia de la Trampa del Ingreso Medio, no se explica satisfactoriamente por la simple teoría de los rendimientos decrecientes del capital (Solow, 1956). La verdadera tragedia argentina reside en su fracaso institucional persistente para efectuar la transición crítica de una economía de acumulación/imitación (catch-up) a una economía impulsada por la innovación de frontera (Aghion & Howitt, 1992).
El modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) generó un sistema endémico de rentismo y proteccionismo ineficiente (Krueger, 1974). Las élites económicas, financieras y sindicales beneficiadas por este esquema se convirtieron en intereses creados (vested interests) con la capacidad política de veto para bloquear cualquier reforma estructural (competencia, apertura comercial, flexibilidad laboral, I+D) que pudiera socavar sus rentas. Esta persistencia de instituciones extractivas y políticas pro-renta y anti-competitivas sofocó la Destrucción Creativa y, con ella, la principal fuente de crecimiento sostenido a largo plazo (Acemoglu & Robinson, 2012).
Para escapar de su estancamiento y de la Trampa del Ingreso Medio, Argentina tiene el imperativo de realizar una profunda y dolorosa reforma institucional orientada a:
Solo un shock reformista sostenido y creíble, posiblemente catalizado por una crisis profunda o por una presión insostenible de la competencia internacional, puede desarticular el poder de los intereses creados y reencauzar a Argentina hacia un crecimiento económico basado en la productividad, la innovación endógena y un horizonte de planificación de largo plazo (North, 1990). La divergencia argentina es, en última instancia, una lección de que las instituciones importan más que la geografía o la dotación inicial de factores.
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