Las compañías de antivirus se lanzan a proteger los hogares conectados

28.02.2018

La extensión de las redes domésticas aumenta el número de ataques informáticos. Los expertos advierten de posibles ataques incluso a través del sistema eléctrico

La proliferación del internet de las cosas y su uso para realizar ataques informáticos a empresas, como el de la botnet (red de robots) Mirai, ha puesto de relieve la necesidad de proteger también las redes domésticas, afirman las compañías de ciberseguridad, que se han lanzado a este mercado con interés. Casi todas las empresas de antivirus han llegado al Mobile World Congress con una versión de 'firewall' doméstico, un dispositivo que se conecta al 'router' y controla todas las comunicaciones de la casa, analiza el tráfico y propone soluciones en caso de sospecha de ataques.

Este 'firewall', un dispositivo usado básicamente en el entorno empresarial, adopta diseños mucho más atractivos que sus homólogos para compañías, que se quedan en la típica caja negra. Puesto que el destino es que esté a la vista al lado del módem, el aparato adopta formas como un balón de fútbol en color gris piedra (Norton Core) o cajas blancas con luces azuladas que recuerdan a Apple o Google, como el Bitdefender Box (foto).

D-Link calcula que cada casa va a tener en cinco años unos 50 dispositivos conectados entre aparatos y sensores, incluyendo desde el contador de la luz o la nevera a la televisión o el móvil. GSMA habla de 25.000 millones de dispositivos conectados a internet para el 2025, de los que 5.600 millones se prevén en Europa. Y los hogares se llevan buena parte de ellos.

Ese será un filón que explotarán los ciberdelincuentes, sostienen los fabricantes de antivirus. "Los delincuentes informáticos van a donde están el dinero y los usuarios", afirma Nick Shaw, vicepresidente de Norton para Europa. "La internet de las cosas será un nuevo mercado porque a medida que se expanda, habrá más oportunidades para entrar, pero vamos a poder protegernos igual que hacemos ahora en el mundo físico, usando herramientas adecuadas y sentido común", señala.

"Hasta ahora hay un problema grave, y es que un fabricante tarda seis meses en poner un producto en el mercado. Cuando sale de fábrica, ese dispositivo está actualizado, pero cuando llega al consumidor, ya está obsoleto desde el punto de vista de la seguridad. Son productos estúpidos con conexión a la red que no pueden ser actualizados", señala Sergey Kravchenko, responsable de IOT en Kaspersky, que también ha creado un Smart Home Hub, pero como programa antivirus.

Kravchenko advierte que han detectado ataques informáticos utilizando los números de serie de los dispositivos conectados, lo que permite a cibercriminales acceder a la red y desde móviles y ordenadores obtener información personal sensible como datos bancarios, contraseñas o páginas a las que se conecta un usuario. También se podría, explican, "hacerle la vida imposible a alguien" a base de subirle la temperatura de la casa, controlarle las luces o incluso alterar un marcapasos conectado. "Desde una Rasperry Pi (un microordenador que cuesta unos 50 euros) se pueden hacer muchas cosas", advierte.

En este sentido, uno de los veteranos de la industria, McAfee, firma la seguridad informática del asistente doméstico Alexa de Amazon y acaba de cerrar acuerdos con operadoras como Telefónica o NTT Docomo para proteger a sus dispositivos. "Por ejemplo, a través de una bombilla conectada los ciberdelincuentes pueden tener acceso a datos del ordenador o el móvil", explica Gary Davis, divulgador de seguridad doméstica en McAfee. Davis advierte también contra los criptomineros, delincuentes que se infiltran en sistemas ajenos para instalar programas que vayan minando criptomonedas como bitcoin o coinhive, como se detectó hace poco en algunas webs.

Otros problemas son, según anticipan, los ataques informáticos a los sistemas 'en la nube' que gestionan los datos personales, pero esos ya son viejos conocidos, como los que sufrieron varias actrices de Hollywood a quienes robaron fotos íntimas.