Los chalecos amarillos comienzan por rechazar las concesiones de Macron
Denuncian la subida del salario mínimo como «cacahuetes», haciendo llamamientos a la prolongación indefinida de la crisis
Las concesiones de Emmanuel Macron a la franquicia chalecos amarillos quizá sean insuficientes para apagar el fuego del incendio nacional. Extrema derecha y extrema izquierda denuncian la subida del salario mínimo como «cacahuetes», haciendo llamamientos a la prolongación indefinida de la crisis.
A los pocos minutos de la retransmisión del discurso presidencial de trece minutos, la noche del martes, Marine Le Len, presidenta de Agrupación Nacional (AN, ex Frente Nacional, extrema derecha), publicó en su cuenta Twitter dos comentarios brutales, en estos términos: "Ante la contestación, Macron renuncia a una parte de su política fiscal, tanto mejor; pero no quiere reconocer que es el modelo que él defiende lo que se está contestado". "Ese modelo es el de la mundialización salvaje, la competencia desleal, el libre cambio generalizado, la inmigración de masas, con sus consecuencias sociales y culturales".
A la misma hora,
Jean-Luc Mélenchon, presidente de Francia Insumisa (FI, extrema izquierda), denunciaba
las concesiones de Macron en los mismos términos: "Macron dice que asume e intenta comprender. Tanto mejor. Pero no ha
comprendido la gravedad de la crisis. El pueblo de Francia no puede contentarse
como un puñado de cacahuetes. Macron sigue siendo el presidente de los ricos".
A partir de ahí, se sucedieron un rosario de reacciones de grupos de chalecos amarillos de distinta sensibilidad, en toda Francia repitiendo siempre los mismos argumentos, denunciando una «mascarada».
Los sindicatos, por su parte, se han dividido ante las concesiones de Emmanuel Macron. La CGT ha convocado una manifestación de protesta, para apoyar a los chalecos amarillos. Unsa, por el contrario, estima que la subida de cien euros del salario mínimo es un gesto "fuerte".
Sin organización ni
programa común, colectivo, la franquicia de los chalecos amarillos, de la
extrema derecha a la extrema izquierda, pasando por las clases medias que temen
la precariedad, continuará reaccionando los próximos días. Pero, de entrada,
los grupúsculos más activos a través de las redes sociales han comenzado por
convocar una nueva jornada de lucha, el próximo sábado.