Memoria, Verdad, Justicia.

24.03.2018

Tres palabras, que al parecer no significarían más de lo que son, tres palabras.

La realidad es que en nuestro país tienen un valor increíble por el alcance que tienen.

Y de no ser así no serían más que tres palabras.

Memoria: es lo que no se olvida, lo que no se debe olvidar, ni se puede olvidar, es la constante presencia del pasado en el hoy para construir el futuro. Es un pedazo del otro que me dio vida y que anduvo antes que yo por estos caminos, dejando huellas y recuerdos que se transforman en memoria.

Verdad: es un poco paradójico esto: ya que no existe la absoluta verdad, si la mentira disfrazada de verdad engañosa, presencia que se apodera de todo a su alrededor, y así como alguien que vino a dar la vida por todos dijo "la verdad los hará libres". Es necesidad urgente de la humanidad es saber la verdad, la que nos dignifique, la que nos haga vernos como hermanos de la vida.

Justicia: es la plena vigencia del sentido de libertad, pero a su vez sabiendo claramente y a razones ciertas, que para ello hay que revolucionar los criterios. La igualdad es el fruto para alcanzar la justicia, sin ella nada tiene sentido y es meramente imposible llegar a la justicia de compartir el pan, el trabajo, lo social.

En nuestro país estas tres palabras no son solo palabras es parte de nuestra cruenta historia.

----------------------------------------------------------------------------

24-de-marzo

"Mujeres paridas por sus hijos, son el coro griego de esta tragedia. Enarbolando las fotos de sus desaparecidos, dan vueltas y vueltas a la pirámide, ante la rosada casa de gobierno, con la misma obstinación con que peregrinan por cuarteles y comisarías y sacristías, secas de tanto llorar, desesperadas de tanto esperar a los que estaban y ya no están, o quizás siguen estando o quién sabe"

Eduardo Galeano

----------------------------------------------------------------------------

"En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales. Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9% prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron. Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio"

Carta abierta de Rodolfo Waals a la Junta Militar, Buenos Aires, 24 de marzo de 1977

---------------------------------------------------------------------------

Historia

El 24 de marzo de cada año recordamos el comienzo de la dictadura cívico-militar más siniestra que gobernó nuestro país entre 1976 y 1983. El golpe de estado del 24 de marzo de 1976, derrocó a un gobierno legítimo y constitucional, e instaló en su lugar a una junta militar encabezada por los comandantes de las tres Fuerzas Armadas: Jorge R. Videla (Ejército), Emilio E. Massera (Armada) y Orlando R. Agosti (Fuerza Aérea), la Junta Militar llevó a cabo un plan sistemático de genocidio desde el Estado, dicho Estado, devenido en terrorista, coordina con las demás dictaduras militares instaladas en los países Latinoamericanos mediante el llamado Plan Cóndor, un plan continental de represión hacia los sectores populares, y de destrucción de los aparatos económicos de los diferentes países.

En la Argentina la dictadura cívico-militar contó con el apoyo de los principales medios de comunicación privados, e influyentes grupos del poder civil, la protección inicial del gobierno de los Estados Unidos y la pasividad de la comunidad internacional.

El gobierno dictatorial secuestró, torturó y ejecutó clandestinamente a miles de personas, y estableció centros clandestinos de detención. Las personas secuestradas ilegalmente por el estado dictatorial, fueron torturadas, asesinadas y enterradas en fosas comunes o arrojadas al mar desde aviones militares.

La política económica de la dictadura quedó a cargo de los sectores civiles que promovieron el golpe de estado, es decir a grupos económicos pertenecientes al capital financiero y la oligarquía nacional. Bajo el liderazgo del empresario y estanciero José Alfredo Martínez de Hoz, se puso en práctica una serie de reformas económicas, siguiendo las nuevas doctrinas neoliberales de la Escuela de Chicago, que tendieron a desmontar el aparato productivo, desindustrializar, concentrar la economía argentina y a fomentar el sector financiero y el campo.

La dictadura se caracterizó por aumentar la pobreza, que alcanzó a un tercio de la población, cuando en las décadas anteriores la misma no había superado el 10%.


"Durante el régimen militar no solo se trató de disciplinar con el objetivo de conseguir la obediencia para la imposición del plan de entrega y destrucción económica Además se trató de eliminar todo tipo de oposición, secuestrando, torturando y haciendo "desaparecer" personas e ideas, es decir todo aquello que sostuviera idearios diferentes a lo que se intentaba por la fuerza instituir. Así fue como la dictadura utilizó el aparato del Estado para actuar sobre dos planos: los sujetos considerados políticamente "peligrosos" y sobre el plano cultural/educativo para lograr el disciplinamiento de todo el cuerpo social. La represión de dicho estado terrorista no fue una acción circunstancial, ni espasmódica, sino que se conformó como un plan sistemático y metódico de exterminio, que obraba en sus acciones como generador de miedo ante la posibilidad de convertir a cada uno en la posible próxima víctima. Dicho plan de exterminio que se practicaba desde lo oculto produjo dos tipos de desaparecidos, por muerte y por exilio, externo e interno. No solo sobre los cuerpos de los sujetos portadores actuó la maquinaria destructora, también llevó adelante su plan de desaparición sobre los universos simbólicos que consideraba negativos, sobre los saberes y los discursos que pretendía erradicar antes de que pudieran hacerse realidad. De allí que la educación y la cultura fueran reprimidas y controladas especialmente. Muchos artistas, escritores y docentes engrosan las listas de desaparecidos durante la dictadura"

En 1982 el gobierno militar emprendió la Guerra de Malvinas contra el Reino Unido. El plan planificado por el régimen militar para "autolegitimarse" se convierte en un bumerang y acelera su descomposición. La derrota en Malvinas y la fuerte resistencia de los sectores populares obliga al gobierno militar a llamar a elecciones para el 30 de octubre de 1983, en las que triunfó el candidato de la Unión Cívica Radical, Raúl Alfonsín.

A modo de cierre podemos decir que la dictadura militar representa un hiato histórico y se inscribe en la memoria colectiva como una ruptura con lo anterior. A la luz de nuestro presente resultó un intento inútil de suspender la historia, de aniquilar ideas y creencias, de clausurar el proyecto transformador de un pueblo y de una generación de jóvenes que se animaron a soñar con un país para todos.

Como trataron el golpe militar del 24 de marzo de 1976 diversos diarios de alcance nacional