Molinos y Dreyfus pidieron que se excluya de Vicentín al entramado off shore de Grassi y Nofal
El grupo rosarino montó una compleja red de sociedades para comprar créditos y tener mayoría accionaria para el rescate.

El cramdown que busca reactivar Vicentín tras el derrumbe en 2019 entró en una recta final caliente con la disputa entre el corredor de granos Mariano Grassi y las exportadoras Molinos Agro y Louis Dreyfus Company que presentaron una oferta muy seductora para los productores perjudicados.
Según la Ley de Concursos y Quiebras, para que una propuesta sea aceptada requiere de un mínimo de 50 + 1 de las capitas (cantidad de acreedores) y del 66,66 % de la deuda quirografaria. Según Grassi, hace tiempo consiguieron el acompañamiento accionario.
Sin embargo, la irrupción de Molinos y Dreyfus en la pulseada alteró la estrategia de Grassi y compañía. Las cerealeras le pidieron al juez de la causa que excluya de la mayoría a las acciones de Avir South S.A.R.L., una sociedad controlada por el Grupo Cima asociado a Grassi.
El Grupo Cima de Esteban Nofal, un empresario que suele comprar empresas caídas en desgracia, armó un complejo entramado de sociedades off shore para quedarse con Vicentín.
Ahora, Molinos y Dreyfus que conocen el negocio al detalle, reclamaron en sede judicial que la empresa Avir South S.A.R.L. por la cual Grassi y Nofal adquirieron deudas de productores y bancos internacionales a precios irrisorios, sea apartada del conteo de la mayoría.
"No se trata de un acreedor original de Vicentín, sino que adquirió sus créditos en forma posterior y en el contexto de una alianza entre Grassi S.A. y CIMA Investments S.A., utilizando una estructura financiera y societaria offshore que compromete la transparencia del proceso", sostiene el comunicado de las cerealeras.
En la documentación aportada por los interesados se advierte que los fondos con los que Avir South adquirió sus créditos (equivalentes al 37% del pasivo computable de Vicentin) provinieron de Soripel S.A. (sociedad uruguaya), controlada por Esteban Nofal, presidente de CIMA Investments y apoderado de Avir South. Soripel, a su vez, recibió esos fondos de Scarlett Sunset Ltd. (sociedad de Bahamas), vinculada a la familia Grassi; Comfi S.A. (Rosario), cuyos directores son socios del estudio jurídico Casanova -que asesora a Grassi-; y de Invergrain Corp. (sociedad de las Islas Vírgenes Británicas), presumiblemente vinculada a CIMA.
Según la ley concursal, solo los acreedores reconocidos en una determinada sentencia pueden emitir voto, interpretaron en los equipos jurídicos de las cerealeras que aclaran que, si se les permiten votar a los acreedores que ingresaron luego, como Avir South, "abrirían la puerta al "tráfico de votos" y en definitiva a una clara manipulación del resultado del cramdown en perjuicio de los demás acreedores".

Quince días atrás, antes de la presentación de las cerealeras, la sindicatura del concurso aclaró que la exclusión de acreedores se produce cuando se detectan que las sociedades tienen vínculos con la concursada. Ahora, es el juez quien debe definir si computa las acciones de Avir South o no.
Lo cierto es que el salvataje se empezó a picar cuando Grassi se enteró de la aparición de Molinos y Dreyfus en la compulsa con una propuesta más alentadora para los acreedores que si se caen las acciones de la off shore difícilmente consigan los avales suficientes, dicen en el complejo portuario.
Desde las oficinas de Grassi en Puerto Norte cuestionaron que Molinos y Dreyfus hayan dispuesto la opción de arrepentimiento y dar la posibilidad revocar el voto por Grassi que hizo la denuncia "por conducta ilegal y desleal", dijeron.
Desde las cerealeras respondieron la acusación y aclararon que la distinción busca preservar la libertad de cada acreedor, sin condicionamientos ni exigencias y aclararon que la propuesta se puede rechazar, aceptar o aceptar y revocar.
"La alternativa de "aceptar y revocar" existe únicamente en beneficio de aquellos acreedores que, frente a una propuesta superadora y en ejercicio de su autonomía, consideren que no les reporta un beneficio mantener un apoyo previamente otorgado a otra oferta, cuando no tenían información sobre la segunda propuesta", insistieron.
Desde el inicio de la compulsa, un grupo de acreedores puso el grito en el cielo y cuestionaron las condiciones que ofrecía Grassi cuando era el único que había elevado una propuesta. Los productores aseguran que la propuesta del corredor rosarino implica darle la conformidad para seguir operando con Vicentín, condicionando el cobro de la deuda a un compromiso comercial futuro de proveerle granos.
Info: Fabricio Navone