Paraná y su devoción por la Virgen del Rosario

07.10.2019

La Municipalidad de Paraná -por decreto 2097/19- adhiere a la celebración de la Festividad de la Santísima Virgen del Rosario, que se lleva a cabo hoy 7 de octubre. Por ese motivo, el Palacio Municipal y edificios dependientes de la comuna permanecerán embanderados, y se invita a los vecinos de la ciudad a participar de los actos litúrgicos y conmemorativos.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Desde sus inicios, nuestra ciudad atestigua su constante devoción por la Virgen del Rosario. Sin fecha de fundación, Paraná centra en el 23 de octubre de 1730 el primer reconocimiento oficial, dotándola al efecto de un centro de gobierno con jurisdicción y competencia propias. Es así que se decreta la erección del Curato del Pago de la Otra Banda del Paraná, creando una parroquia bajo la advocación de la Virgen Nuestra Señora del Rosario.

Se trataba por entonces de un humilde rancho de paja, adobe y barro, en el mismo sitio donde se erige nuestra Catedral Metropolitana, frente a la Plaza 1º de Mayo. En esos años, alrededor de esta capilla se encontraba la antigua población cristiana.

Respecto de este reconocimiento, las gestiones previas se realizaron ante el Cabildo Eclesiástico de Santa Fe del que dependían estas tierras, estableciendo la creación de la Parroquia. Inmediatamente se llamó a concurso para la designación de un titular, y compareció ante las autoridades eclesiásticas el cura santafesino Presbítero Francisco Arias Montiel, constituyéndose en el primer funcionario público, a la vez que sacerdote de esta región. Entre otros ornamentos, recibe del Cabildo Eclesiástico la imagen de Nuestra señora del Rosario y "se cree -relata el historiador César Blas Pérez Colman- que esta imagen fue de las llegadas de España en la expedición de 1573, realizada por Juan de Garay, ya que la misma es de tipo español llamada 'muñeca', en 1678 trasladada a la hoy vecina ciudad de Santa Fe y traída en 1715 por los ataques indígenas, anotándose en agosto de 1731 entre los bienes y alhajas que se ceden provisoriamente a la Capilla del Pago de Paraná".

Al poco tiempo, puso a su Parroquia bajo el patrocinio de la Virgen del Rosario y organizó cultos especiales a esta advocación.

Este autor también reseña que "la tradición conserva el recuerdo afectuosamente guardado hasta hoy, en los viejos hogares de Paraná, cuando el Presbítero Arias Montiel invocando la intersección de la Virgen del Rosario, ya Patrona de la Parroquia, contuvo sin lucha ni efusión de sangre. Una poderosa invasión de los indios charrúas contra la Villa de la Bajada". También ante períodos de sequía que padecían estas tierras "que sumían al pueblo en la mayor miseria" se realizaron por las calles de la ciudad procesiones con la imagen de Nuestra Señora del Rosario "y seguido con el vecindario en masa, en demanda de la intercesión milagrosa de la Virgen, elevó oraciones, con tan felices resultados que instantes después, una copiosa lluvia llenaba de esperanzas los espíritus, poco antes desfallecientes". Estos hechos, y otros sumados a lo largo de la historia, fueron marcando la profunda devoción del pueblo de Paraná por la Virgen del Rosario.

Correspondió al presbítero Montiel la denominación definitiva de la ciudad. Usó el nombre "Paraná" por primera vez en 1732, en sustitución de "La Baxada", en una comunicación elevada al entonces gobernador Zabala reseñando su primer año al frente del Curato y solicitando ayuda para el desempeño de su función.

También por este año -1732- se decide la construcción de una nueva capilla al costado sur de la existente, considerándose ésta la primera Iglesia oficial. Este hecho comenzó a marcar la historia de nuestra Catedral, considerada un orgullo para los vecinos de Paraná.

Ante la necesidad de construcción de un nuevo edificio de mayor dimensión que permita contar con más capacidad, entre los años 1753 y 1756 se edifica la segunda iglesia, una construcción mucho más firme, de paredes de tapia y techo de tejas. En el año 1807, los mismos motivos que determinaron la creación de estos dos edificios, determinaron la colocación de la piedra fundamental para la tercer construcción, correspondiente a la actual Catedral (iniciativa del cura párroco doctor Antolín Gil y Obligado). Los planos de obra fueron ejecutados por el arquitecto Cayo Ángel de Cañas y Riobo y su autorización de construcción correspondió al Virrey Liniers. Transcurrieron muchos años hasta su finalización consecuencia de la difícil situación económica y los hechos políticos suscitados a partir de 1810.

Años más tarde, una ley redactada el 25 de junio de 1813, por la Asamblea Constituyente eleva al rango de Villa este poblado. Como dato referencial, la Asamblea del Año XIII se conformó a modo de un congreso de diputados de las Provincias Unidas del Río de la Plata, convocado por el Segundo Triunvirato, sesionando en Buenos Aires desde el 31 de enero de 1813 hasta el 26 de enero de 1815.

Hasta entonces este poblado continuaba dependiendo de Santa Fe, es a partir del dictado de esta ley donde comenzará a inscribirse una nueva página en la historia de la ciudad. El texto destacaba "La Asamblea General Constituyente ordena, que el pueblo de la Baxada del Paraná sea elevado al rango de Villa, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario, debiéndose crear un cabildo que se compondrá de un alcalde ordinario, de un Regidor Decano, que supla las ausencias y enfermedades del primero, un alguacil mayor, un regidor defensor de menores y un síndico personero de la Villa". Por esos años Andrés Pazos fue designado como primer Alcalde de la Villa.

La donante de las tierras para construir la Villa fue María Francisca Arias de Cabrera y Saavedra de Larramendi, una vecina de Santa Fe que entraría en nuestra historia, por su importante aporte a la Revolución. Su monumento erigido en la zona de Bajada Grande honra su memoria.

Pero en este paso del tiempo, un hecho comienza a marcar presencia en el poblado. Una marcada devoción por San Miguel Arcángel comienza a nublar la imagen por la Virgen Nuestra Señora del Rosario. Se decide entonces la realización de una consulta popular para que sea el vecindario quien reconozca su patrono.

CONSAGRACIÓN DE LA VIRGEN DEL ROSARIO, PATRONA DE PARANÁ

Documentos existentes en el archivo del Arzobispado señalan al 1° de enero del año 1825, como el día del acto eleccionario donde quedó consagrada en primer término como Patrona de Paraná, la Santísima Virgen del Rosario y, en segundo lugar, San Miguel Arcángel.

El profesor Santiago Moritán cuando referencia la significación de la Virgen, sostiene "..en lo humano, lo espiritual, es verdad y realidad. Es la fuerza que mueve a los hombres y si tuviésemos fe íntegra, moveríamos los montes...".

Rescata además en su libro "largo sería hacer desfilar los hombres ilustres, próceres, sabios, artistas, prelados, entre otros, que han rendido respetuosamente su pleitesía a la Excelsa Patrona de este Pueblo".

Otro hecho trascendente, cita las prácticas religiosas en la Iglesia, y ante el Altar de la Virgen, que los Constituyentes del '53 realizaron, así como el Congreso de la Confederación con sus Asambleas concretadas en la nave central de la Iglesia "ante el Altar de la Virgencita, resultando presidido por Ella y que el orador de la Constitución, Fray Mamerto Esquiú, en su estadía como secretario del primer Obispo paranaense, fue un devoto ferviente".

BROCAL DE PLAZA 1° DE MAYO Y EL PRIMER ACTO ELECCIONARIO

La historia nos remonta hasta la Plaza 1° de Mayo, ante la presencia de un cura párroco y escribano para de la Patrona de estas tierras. Los votos se depositaron en urnas cerradas colocadas sobre el brocal del aljibe "que entonces existía en el centro de la manzana, en el sitio donde actualmente se ha erigido la estatua del General San Martín", reseña el historiador César Blas Pérez Colman. "El resultado del escribano se anunció al pueblo con repiques de campanas y dianas, ejecutadas por la banda militar. La alegría del vecindario se manifestó con entusiasmo con numerosos actos cívicos, religiosos, oficiales y privados que tuvieron lugar en la Iglesia Matriz".

En 1826, la Villa obtendría finalmente el rango de Ciudad.

El actual edificio de la Catedral Metropolitana, fue creada por orden del Papa Pío IX, en 1859 cuando la ciudad era Capital de la Confederación Argentina. Comenzó su construcción en 1883, y fue inaugurado en 1886. Es la obra más importante de Juan Bautista Arnaldi, de estilo ecléctico.