Por canje de deuda, ajuste del gasto Covid y más recaudación, el déficit de febrero fue el menor en seis años
Tras el superávit de enero, hubo un rojo primario de 18.757 millones de pesos, 32% menor al de febrero de 2020. El pago de intereses cayó casi 20% real. El gasto en seguridad social se achicó 7,8% real. Por la eliminación del IFE y el ATP, se gastaron 80.000 millones menos en el bimestre

El déficit financiero del sector público en febrero fue de 64.316 millones de pesos, lo que significó una reducción del 4,8% interanual y la menor marca en seis años, informó la Secretaría de Hacienda. Esto se debió, por un lado, a la caída del gasto en intereses de la deuda del 19,8% interanual en términos reales por efecto de la reestructuración de la deuda con los bonistas. Por otro, al fuerte crecimiento de la recaudación al calor de la recuperación de la actividad y de los ingresos por retenciones, y al ajuste del gasto Covid y del gasto social corriente, que permitieron achicar el rojo primario en un 31,8% interanual.
En el marco de la negociación con el Fondo Monetario Internacional, que lo encuentra en Estados Unidos, el ministro de Economía, Martín Guzmán, intenta dar señales de fiscalismo. Incluso dejó entrever en encuentros con inversores en Nueva York que la meta de un déficit primario de 4,5% del PBI para 2021 proyectada en el Presupuesto podría ser sobrecumplida gracias a un repunte de la economía también más rápido de lo previsto, que amplifique los ingresos tributarios, y a una "prudencia" del gasto pese a la persistencia de la crisis.
El comienzo de año presenta claras señales en ese sentido. Al superávit primario (antes del pago de intereses) de 24.074 millones de pesos en enero, un moderado déficit en febrero de 18.757 millones, que hacen que en el acumulado del primer bimestre el resultado primario aún tenga signo positivo.
Una alta fuente del Palacio de Hacienda consideró que "es un poco prematuro" para saber si el déficit fiscal será menor al presupuestado. "Lo más importante es insistir en la premisa de cumplir con la Ley de Presupuesto en cuanto al resultado fiscal y al financiamiento. Aunque luego pueden aparecer otras tendencias en los recursos y en los gastos que ayuden", señaló.
Eso tiene una doble explicación. De un lado, un volumen de ingresos superior, apalancado en el boom de precios de los commodities que impulsa al alza lo captado por retenciones, el rebote económico más acelerado que también infla la recaudación y el aporte de las grandes fortunas, que no había sido presupuestado (y que el viernes tuvo su primera cautelar en contra en la Justicia).
De otro, una moderación del gasto: más allá del fuerte impulso de la obra pública y del incremento de los subsidios económicos por el congelamiento de las tarifas aún vigente, la eliminación del IFE y del ATP pese a la persistencia de la pandemia, y la caída real del gasto en seguridad social y salarios estatales ofician de contrapeso.
Resultado fiscal de febrero: todos los detalles
Los ingresos tributarios crecieron 55,8% interanual en términos interanuales, lo que implica una importante mejora real del 10,7% contra el mes previo a la implementación de la cuarentena. Una de las claves fue el salto del 196% en lo recaudado vía retenciones, que aportaron 40.923 millones de pesos extra gracias a la aumento de los precios internacionales que impulsó a los exportadores a vender.
"Sin embargo, aun si se excluye lo recaudado por este tributo del cálculo, estos registrarían una expansión en términos reales", destacó la cartera económica. Del resto de los tributos, se destacaron Ganancias, con un salto de 96,3% (que sumó 29.002 millones contra febrero de 2020), y Bienes Personales, que se disparó 300% (6.105 millones más) producto de la suba e alícuotas establecida en la Ley de Solidaridad Social de fines de 2019 que se cristaliza con cierto rezago en las arcas públicas.
Por el lado de las erogaciones, una de las claves fue el terreno liberado por la reestructuración de la deuda con los bonistas que hizo que el pago de intereses de la deuda se contrajera 19,8% interanual en términos reales. Así, el incremento del gasto corriente quedó casi 4 puntos por debajo de la inflación.
Pero también los gastos corrientes primarios (antes de intereses) cayeron casi un punto real. Allí, una de las mayores explicaciones fue el ajuste en términos reales del 7,8% en el gasto en seguridad social (la principal partida del Estado), constituido por las jubilaciones, la AUH y otras asignaciones y pensiones.
IFE, ATP y el ajuste del gasto Covid
Otra de los puntos fundamentales de la reducción del déficit, que podría volver al centro de la escena ante la inminencia de la segunda ola, es la fuerte disminución del gasto Covid. La eliminación del IFE y del ATP, los programas más emblemáticos, y su reemplazo por mayores partidas de otros planes, como el Potenciar Trabajo y el Repro II, fue uno de los principales techos a la inyección de recursos desde el Estado.
Según dijo una importante fuente oficial en el primer bimestre las erogaciones adicionales por Potenciar Trabajo, Repro II y la Tarjeta Alimentar totalizaron cerca de 56.000 millones de pesos. En contraposición, una partida bimestral de IFE y dos mensuales de ATP implicaban unos 130.000 millones. Es decir, el gasto Covid se achicó en unos 74.000 millones de pesos en lo que va de 2021.
Obra pública y tarifas
A contramano, el Gobierno sí mostró un fuerte impulso a la inversión obra pública, uno de los ejes con los que prevé darle impulso a la reactivación económica. En febrero, el gasto de capital se disparó 149,8% interanual. Comparado con el promedio de 2020 durante el primer bimestre esta partida tuvo un crecimiento del 50%. "Esto está en línea con lo que plantea el presupuesto, que duplica la inversión pública", remarcó un funcionario.
Por último, también hubo un fuerte incremento de los subsidios económicos del 86,5%. Uno de los factores salientes fue la continuidad del congelamiento de las tarifas, cuya salida aún está en debate en el seno del oficialismo. Además, incidió una asignación adicional de casi 7.000 millones de pesos para el Plan Gas y otra de 5.000 millones en subsidios al transporte en el interior del país, prevista en el Presupuesto.