Presentan más de sesenta querellas contra el Gobierno de Macron por su gestión de la crisis sanitaria

14.05.2020

Los denunciantes les acusan de presuntos delitos de "homicidio involuntario", "comportamiento irresponsable" y "puesta en peligro de la vida de terceros"

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, junto al primer ministro, Édouard Philippe

Particulares, sindicalistas, asociaciones y médicos han presentado 63 denuncias y querellas contra miembros del Gobierno de Emmanuel Macron, acusados de presuntos delitos de "homicidio involuntario", "comportamiento irresponsable" y "puesta en peligro de la vida de terceros".

Entre los denunciantes hay un colectivo de médicos y varios sindicatos de instituciones penitenciarias. Las querellas han sido presentadas ante el Tribunal de Justicia de la República (TJR), el único tribunal de excepción que permite juzgar a ministros o miembros de un Gobierno en ejercicio. La Constitución de la V República impide perseguir judicialmente al presidente, en ejercicio. Cualquier denuncia puede ser juzgada cuando termine su mandato.

Los denunciantes acusan principalmente al primer ministro, Édouard Philippe, a dos ministros de Sanidad sucesivos (Agnès Buzyn y Olivier Véran), a las ministra de Justicia y Trabajo, Nicole Belloubet y Muriel Pénicaud, y al ministro del Interior, Christophe Castaner.

Entre las querellas están las dirigidas contra miembros del Gobierno de muy distintos escalafones, directores generales y muy altos funcionarios.

Filtrar las querellas

Antes de instruir o no instruir las denuncias, el TJR está obligado a "filtrar" las querellas. Una comisión especial, formada por dieciocho magistrados, deberá estudiar todas las denuncias, antes de transmitirlas o no a la fiscalía, para poder iniciar, solo entonces, un largo e imprevisible proceso sobre el comportamiento de los miembros más importantes del Gobierno, durante la inconclusa crisis del coronavirus.

Sea cual sea la decisión final de la comisión especial del TJR, el "fin" todavía lejano de la crisis estrictamente sanitaria no pondrá fin, ni mucho menos, a las crisis políticas y judiciales que solo comienzan a multiplicarse, como una rosario de dramáticas protestas.