"Si dura la tasa de interés alta, no dura el ministro"

17.12.2018

Guillermo Calvo ve un futuro muy complejo para Macri y sorprende: "Lo que más me preocupa no es que vuelva Cristina, sino que aparezca un Fujimori".

Fue el primero en prevenir acerca de la crisis del Tequila de 1994 y en estudiar las repentinas crisis económicas por reversión de flujos de capitales en países emergentes a las que denominó "sudden stop" como la que actualmente atraviesa Argentina. Ex economista en jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Guillermo Calvo actualmente es director del programa de Gestión de Política Económica de la Universidad de Columbia y referente indiscutible en materia de macroeconomía de mercados emergentes y economías de transición.

De paso por Argentina, accedió a conversar con LPO acerca de cómo se precipitó la crisis cambiaria y la recesión a pesar de su diálogo abierto con el equipo económico de Macri y sus repetidas advertencias respecto de las Lebacs y las acelerada toma de deuda externa. También recordó que la economía nacional vuelve a enfrentarse a las mismas opciones de Remes Lenicov porque no logra romper con lo que los economistas denominan "la maldición de las materias primas": "A veces pienso que Vaca Muerta es el golpe final para la Argentina", reflexionó.

Usted se pasó los dos años previos a la crisis cambiaria advirtiéndole al Gobierno sobre los riesgos de seguir tomando deuda y de la inminencia de una reversión mundial de los flujos de capitales y lo que eso podría significar en cuanto al salto del dólar y la recesión. ¿Cuál es su sensación ahora que puede decir "Yo se los avisé"?

No es lindo. Lo hablaba con Carmen Reinhart, con quien trabajamos juntos por muchos años, y cuando empezó a pasar esto, ella me decía: "Pero mirá vos. Tantos años, tanto paper que hemos escrito, algunos son famosos y ¿para qué? ¿Para qué sirvió todo esto?". Hubo... no sé. No entiendo por qué pasó esto. No debió haber pasado.

Porque no es que estamos hablando con Kicillof -no quiero hablar mal de él, él tiene otro modelo político y económico en la cabeza-, sino con gente que tiene la misma escuela que uno, hablamos de los mismos modelos y cuando uno les hace una crítica, se las hace refiriéndose a variables que entendían. Así que no entiendo qué hubo... un optimismo que no llego a comprenderlo. Yo creo que Federico [Sturzenegger] es un tipo muy optimista: cuando él trabajó con Cavallo estaba a muerte a favor del tipo de cambio fijo y después se puso a muerte a favor del tipo de cambio fluctuante. Y él las cosas las toma con vehemencia. En eso es admirable. Pero también peligroso. Y el Gobierno cuando lo quiso controlar a él ya era demasiado tarde. Y eso quedó muy mal.

Un grupo de economistas argentinos, de la vertiente más liberal, reivindican a Sturzenegger como lo mejor del equipo económico de Macri y su lectura es que se le pidió al Banco Central un objetivo que era inconsistente con las metas fiscales ¿Cree que esta lectura es sesgada?

No he leído sus trabajos con mucho cuidado. Sin duda que la parte fiscal es importante, pero yo veo que Federico también tuvo fallas que son meramente técnicas de política monetaria. Es muy difícil parar la inflación solamente con la tasa de interés cuando los salarios están indexados a los precios, que era lo que hacía la "cláusula gatillo". Así es como empezaron. Y luego cuando eso ya no les funcionaba, empezaron a intervenir en el mercado sin decir cómo lo iban a hacer. Y entonces eso terminó siendo muy desprolijo. Y además estaban atrayendo capital caliente de corto plazo que cobraba tasas de interés muy altas y debió haber supuesto que se iban a ir en cualquier momento. Y emitieron deuda a corto plazo y muy grande [Lebacs]. Toda la literatura que nosotros compartimos y sabemos es que una de las cosas peligrosas es tener deuda a corto plazo.

Y también deuda en moneda extranjera como con las Letes.

Eso es aún peor. Pero aún las Lebacs, que estaban en pesos, si yo necesito sacármelas de encima, tengo que dejar devaluar. Y en vez de devaluar, lo que hizo en su momento fue gastar reservas. Entonces uno se pregunta si el tipo de cambio era bueno, ¿era bueno para esas situaciones? Y terminó pagando el precio de no poder controlar el tipo de cambio. Un poco ellos se metieron en un brete al querer controlar la tasa de cambio teniendo esas vulnerabilidades. Dejando de lado todas las cuestiones fiscales que son muy relevantes, cuando se quisieran ir estos inversores de corto plazo porque hay un ruido en el mundo, por ejemplo un problema en Turquía, iban a vender las Lebacs y, cuando las vendiesen, yo tendría que haber dejado el tipo de cambio ir, entonces ellos pierden porque les licúo y yo no perdí un dólar de Reservas Internacionales. Pero eso no fue lo que hicieron.

¿Por qué cree que no? Acá se especula con un rango de explicaciones que van desde la subestimación de la corrida cambiaria y la impericia, a que los fondos esos como Templeton eran de amigos y que estaban operando a ambos lados del mostrador.

No lo sé. Todo puede ser. Yo lo conozco a Federico desde hace mucho tiempo. Lo que digo es que es un optimista, jamás diría que es un corrupto. No tengo la evidencia, todo lo contrario. Así que no creo.

Para mí, y en esto estoy especulando, lo más probable es que temieron que la tasa de cambio se vaya y con eso se perdiese el ancla de la inflación. Porque se comprometieron a bajarla y eso lleva tiempo, como en el caso de Colombia, lleva tiempo convencer a la gente. Y acá era como que la gente debía creerles. Y lo que yo digo en estos casos es de sentido común: hay que tener preparado qué hacer cuando no te creen. Y cuando los shocks vienen de afuera, los capitales saben que producen cambios en los precios relativos muy fuertes y por eso se asustan y dicen: "Yo me salgo. Tengo una Lebac a un mes, saco la Lebac y en un mes vuelvo". Y con eso se habría ido la tasa de cambio quién sabe a dónde.

En un panel del que usted participó esta semana, Augusto de la Torre advirtió a Guido Sandleris que la tasa elevada de interés podía ser más un signo de debilidad que de fortaleza. Otros economistas acá creen que si la cosecha no llega a traducirse en liquidación de divisas -porque no hay obligatoriedad de liquidar por diez años las divisas- y la oferta de dólares no especulativos no aparece, no habrá tasa que alcance para ponerle precio al dólar. ¿Le parece que esto es algo factible?

Sí. Que vaya a pasar es otra cosa.

¿Le asigna cierto de grado de probabilidad?

Por el momento, estamos al comienzo de algo [estabilización cambiaria con crecimiento cero de agregados monetarios] que no ha durado mucho. Por eso me preocupa lo que dijo el ministro [Dujovne] de que la tasa de interés va a quedar alta el tiempo que sea necesario. Si dura la tasa de interés alta, no dura el ministro. No dura. Lamento decirlo. Las presiones políticas van a hacer lo mismo que le pasó a Sturzenegger.

Me preocupa lo que dijo el ministro de que la tasa de interés va a quedar alta el tiempo que sea necesario. Si dura la tasa de interés alta, no dura el ministro. Lamento decirlo. Las presiones políticas van a hacer lo mismo que le pasó a Sturzenegger.

Porque si el presidente quiere la reelección, día a día va ir perdiendo con las altas tasas. Y va a aparecer un loquito... no es que viene Cristina. A mí me preocupa que aparezca un Fujimori o cualquiera. Ese tipo de personajes es el que me preocupa más, al menos a Cristina ya la conocemos y, además, probablemente llegue y sea más sensata esta vuelta porque ya vio los errores que cometió. Pero puede aparecer cualquier loco: ya sea de derecha como de izquierda.

En Brasil lo vimos con Bolsonaro, un presidente que arma un gabinete con fuertes inconsistencias en la medida en que tiene fuerte presencia de militares nacionalistas -y que son defensores de la nacionalización de los recursos estratégicos y el proteccionismo- y un ministro de Economía que habla de bilateralismo y privatizarlo todo, hasta Petrobras. Y estas inconsistencias generan un gran signo de pregunta sobre el rumbo de la economía. ¿Cree que hay para Argentina un abanico tan grande de incertidumbre o que el acuerdo con el FMI nos deja muy restringidos en cuanto al margen de maniobra de la política económica sea quien sea que gobierne a partir de 2019?

Si la cosa se complica acá, la política argentina misma domina el arreglo con el Fondo. Se patea el acuerdo, se suspende, puede ser. Yo espero que no pase. Sucede que el FMI no tiene representatividad, es ilegal, ilegítimo. Uno elige representantes, no puede ser que el Fondo mande. Si alguien se ata las manos demasiado con el Fondo, se va a soportar; pero va a perder la reelección porque van a pensar "Este tipo es un vendido". No ayuda a la popularidad del presidente.

Entonces, en el corto plazo si las cosas empiezan a andar mejor -que ojalá sea el caso-, creo que hay una posibilidad de rebote de la economía. No de crecimiento, pero sí de rebote y la gente se empiece a sentir un poco mejor, y tranquilamente puede pasar, perfectamente. Pero si no pasa y la tasa de interés sigue alta, ya pasó en Chile -creo que fue en el '98- que cuando el presidente del Banco Central puso la tasa muy alta para que no se fuera la tasa de cambio y el que se fue el presidente del Banco Central. Lo echaron.

Si el presidente quiere la reelección, día a día va ir perdiendo con las altas tasas. Y va a aparecer un loquito... no es que viene Cristina. A mí me preocupa que aparezca un Fujimori o cualquiera. Ese tipo de personajes es el que me preocupa, al menos a Cristina ya la conocemos y, además, probablemente llegue y sea más sensata porque ya vio los errores que cometió.

Todos sabemos que tarde o temprano para pagar las deudas hay que crecer y producir más. Lo que nos lleva al dilema entre el corto plazo y el largo plazo, que ya usted lo expone en relación a la tasa de interés. En el corto plazo, la tasa alta estabiliza el tipo de cambio y eso contiene el deterioro de la actividad. Pero si la producción no empieza a crecer y generar más oferta agregada, no va a haber con qué pagar los intereses de deuda que siguen corriendo.

Acá sí entra la cuestión fiscal. En el súper corto plazo, no importa porque es como "¿Qué le hace una mancha más al tigre?" pero si uno sigue haciéndole manchitas lo transforma, no sé, en un caballo de un único color.

En diciembre del año pasado, precisamente previendo este efecto de la tasa, el Ejecutivo forzó a Sturzenegger a bajar la tasa para fomentar el crecimiento, y en lugar de estimular la actividad, parece que el Gobierno con esa medida se compró una hecatombe. ¿Hay riesgo de que Sandleris se apure a bajar la tasa de interés y haya un nuevo salto del tipo de cambio?

La tasa real de interés es muy difícil controlarla; y esa es la importante. Entonces acá lo que hay que obtener es credibilidad. Y eso es lo que puede hacer el Banco Central. Por eso anunciar un sistema que sea creíble puede ayudar a bajar las tasas, pero no "a dedo", sino porque la gente cree que la inflación se va a parar. Eso sí puede bajar la tasa.

Pero tratar de bajar la tasa de interés real podría dar una reactivación en la medida en que lo que uno está haciendo es darle un subsidio al que pide prestado... si me están regalando plata ¿cómo no la voy a usar? Sería sonso de mi parte. Porque se baja la tasa por partida doble, por la baja nominal y porque sube la inflación, lo que hace doblemente caer la tasa real. O sea, en el corto plazo se puede hacer un milagro, pero el problema es sostenerlo. Acá la cuestión es la credibilidad, hacer las cosas serias y me parece contraproducente decir: "Voy a mantener las tasas altas lo que sea necesario" porque es como decir "me voy a poner un tiro en la cabeza". Me parece peligroso. Pero esto es un detalle de retórica del ministro, que espero que él corrija.

Ahora bien, si bajan la tasa de interés de las Leliq [Letras de Liquidez], va a haber una devaluación. Puede bajarla y que la tasa de cambio se vaya a los cielos. Si están dispuestos a vivir con un escenario en el que el tipo de cambio se dispara, eso también podría ser una solución: porque licué. Es lo que hizo Remes Lenicov [en enero de 2002], o Cavallo con el Plan Bonex. Si se licua la bola de liquidez, ya no hay amenaza para la inflación.