Stop a las varices

09.12.2019

Las venas varicosas son venas dilatadas en las que se acumula la sangre, que tiene dificultades para regresar al corazón debido a un fallo en las válvulas que regulan el flujo sanguíneo en el sistema venoso. Las más frecuentes son las varices en las piernas, que en los casos más graves pueden operarse.

Las venas varicosas afectan a gran parte de la población y son más frecuentes en las personas de más edad. Son más habituales en las mujeres que en los hombres. Las causas que las provocan son muchas, entre ellas factores hereditarios, el embarazo y los anticonceptivos.

Obesidad y sedentarismo

Evitar tener varices no siempre es posible, pero saber qué las provoca puede ayudar a retrasarlas.

Las dos causas más comunes de la aparición de varices en las piernas son la obesidad y el sedentarismo. La obesidad aumenta la demanda de riego sanguíneo en las piernas, y las venas no alcanzan a llevar a cabo con la celeridad requerida el regreso de la sangre al corazón.

Cuando se permanece muchas horas sentado, se produce asimismo una disminución del ritmo de circulación de la sangre a través de las venas.

Muchas horas de pie son igual o peor de malas que muchas horas sentado. Las personas que por su trabajo tienen que permanecer muchas horas sin sentarse, realizan poco ejercicio muscular en las piernas y el hecho de que éstas tengan que soportar durante largas horas todo el peso del cuerpo dificulta asimismo el regreso de la sangre al corazón, que, en este caso, fluye además en contra de la fuerza de gravedad.

Ejercicio en el trabajo

Mantener los músculos de las piernas en movimiento es una forma de poner freno a la aparición de varices.

Ello no siempre es fácil durante la jornada laboral, pero hay unos cuantos ejercicios sencillos ideados precisamente para practicarlos durante el trabajo.

Así, aquellas personas que tienen que permanecer muchas horas sentadas o de pie, deben rotar los tobillos, ponerse de puntillas y tensar los músculos de las piernas a menudo para mantener activo el flujo sanguíneo.

En las ocupaciones en las que hay que estar sentado casi todo el tiempo, hay que intentar ponerse de pie y dar unos cuantos pasos todas las veces que sea posible. Por el contrario, cuando se está de pie casi toda la jornada, hay que aprovechar las pausas para sentarse o, mejor incluso, poner un rato las piernas en alto.

Evitar las varices

Además de estos sencillos ejercicios en el trabajo, una buena dieta y la práctica habitual de un deporte ayudan a evitar las varices. El movimiento actúa sobre los músculos, que al activarse impulsan la circulación de la sangre.

Hay asimismo otras medidas de fácil aplicación, como evitar llevar prendas demasiado ajustadas que dificulten la circulación, tomar el sol en las piernas o exponerlas a altas temperaturas. Las duchas frías y los masajes en las piernas alivian el dolor, la pesadez y los calambres, ayudando a la circulación.

Usar medias compresoras, poner los pies en alto y dormir con las piernas en una posición más alta que la cabeza son otras fórmulas para activar la circulación y evitar así la aparición de varices o, al menos, evitar que se extiendan cada vez más.

Tratamientos especiales

Existen medicamentos que facilitan la circulación, pero su eficacia depende en gran medida de que se realice también algún ejercicio. Natación y bicicleta son excelentes para la circulación, así como correr o caminar. Se trata de adoptar el ejercicio más apropiado y practicarlo con regularidad.

En caso de intervención quirúrgica, las más habituales son la escisión de las venas más grandes en las piernas o la eliminación de las que están enfermas. Las operaciones de varices son ineludibles cuando hay riesgo de flebitis, úlceras varicosas o varices sangrantes.

En las ocasiones en que las venas varicosas no representan un peligro grave para la salud, o cuando se persigue su eliminación sólo por razones estéticas, el método más empleado es la esclerosidad de las pequeñas venas o arañas vasculares. Consiste en inyectar en cada vena superficial con varices una sustancia que produce su inflamación a la que sigue la cicatrización o esclerosis, con lo que desaparece.