Tarifas y subsidios a la energía, ¿por qué benefician a los más ricos?
Las transferencias para mantener los subsidios a la energía son más altas que lo que se destina a políticas de educación, políticas contra el hambre, incluso superiores a programas de empleo o de vivienda

Los subsidios a la energía son un importante componente del Gasto Público y cumplen con varios roles. Son muchos los países del mundo que subsidian la energía, e, incluso, en mayor porcentaje de lo que lo hace el nuestro
Según la prórroga del Presupuesto 2021, los servicios económicos son el segundo componente más grande del gasto (18,62%) y se destinarán 2 billones de pesos. La función "Energía, Combustibles y Minería" representa el 57,33% del total de los servicios económicos con un total de $1.15 billones. Ahora bien, del total anterior, $700.636,85 millones, se destinan a "transferencias" (subsidios) a la energía. Esto es, aproximadamente, el 1,7% del PIB
Subsidios en el gobierno de Macri
Entre el 2015 al 2019, gobernó Mauricio Macri con su alianza Cambiemos. Mientras que, en 2015, las boletas de luz para la categoría R 2, el kWh costaba $ 0, 042, a finales del 2019, pasó a costar $ 2, 84, es decir, 6600% de aumento. Pero la factura de luz está compuesta también, por el cargo fijo que pasó de $16,29 cada dos meses, a $74,62 pesos por mes, representando un aumento del 816 %.
Si además sumamos el IVA (21 %), el precio final por bimestre que pagaba un cliente R2 (consumo de 404 kWh) era de $42,36 pesos, representando por $16 ,96 de consumo, $16 ,29 de cargo fijo, $ 6 ,98 de IVA.
En definitiva, mientras que, en el 2015, se pagaba poco más de $40 por 400 kWh, a finales del 2019 se pagó $1650. Evidentemente, esto tampoco es una correcta política energética.

Susidios y gastos
El gráfico muestra el peso relativo que tiene el gasto en subsidios energéticos respecto a otros programas. Las transferencias para mantener los subsidios a la energía son más altas que lo que se destina a políticas de educación, políticas contra el hambre, incluso superiores a programas de empleo o de vivienda.
¿Subsidios para pobres o para ricos?
La mayoría de los subsidios se concentran en términos absolutos en los deciles de ingresos más altos. Esto es porque, si bien técnicamente los subsidios se dan de manera plana, es decir, casi "para todos igual", beneficia a los que más luz y gas utilizan. Y no hay dudas que quienes más usan la energía son aquellos que tienen más infraestructura.
Dicho de otro modo, los subsidios no pueden beneficiar relativamente más a quien tiene cuatro televisores y dos aires acondicionados en desmedro de aquellos deciles más bajos de la población.
Los sectores vulnerables no pueden destinar una parte mayor de sus escasos ingresos al pago de los servicios, pero, al mismo tiempo, hay que entender que sanar nuestra macroeconomía significa evitar crisis que impacten duramente en quienes menos tienen.
Por eso, la progresividad debería ser un norte irremplazable, al mismo tiempo que se fortalece la política fiscal. Discutir si la luz y el gas deben aumentar, cuando la inflación superó el 50%, es como discutir la cuadratura del círculo, lo esencial es que eso se dé de forma armónica y equilibrada.
El debate entonces, debería ser, como ocurrió, por ejemplo, con las modificaciones en el Impuesto a las Ganancias, qué sectores pagarán.
Si la pretensión es aumentar el Ingreso Disponible, hay transferencias directas que son infinitamente más efectivas (y que hoy tienen menos crédito presupuestario), porque es socialmente injusto que el segmento más alto de la sociedad obtenga mayores beneficios y porque son los segmentos más vulnerables quienes, en definitiva, necesitan políticas sociales más robustas.