Tras la venta de Campo Austral, el mayor grupo alimenticio brasileño sella su salida de la Argentina
Se trata de BRF, que ya había vendido Quickfood, fabricante de la marca Paty, y el frigorífico Avex. Por las tres operaciones, recaudó u$s145,5 millones

Con la cesión de la empresa Campo Austral a dos empresas argentinas, el grupo brasileño BRF finaliza su proceso de salida del país que había iniciado en noviembre del año al poner en venta todos sus activos locales, incluyendo sus otras dos sociedades Quickfood y Avex.
Por las tres operaciones el conglomerado con sede en el mayor mercado del Mercosur embolsó u$s145,5 millones , muy lejos de los u$s500 millones que inicialmente había tasado su negocio en Argentina.
El holding, que llegó a la Argentina en el 2011 tras la fusión de otros dos gigantes brasileños de la alimentación como Sadia y Perdigao, decidió salir del país en el marco de fuertes problemas financieros y comerciales que, incluso la llevó a pedir la apertura de un procedimiento preventivo de crisis ante el ex Ministerio de Trabajo para despedir personal y reducir sus actividades.
Pero el pedido no fue suficiente y la empresa continuó acumulando pérdidas y balances en rojo que llevaron a la casa matriz a tener que girar fondos a modo de asistencia financiera hasta que se tomó la determinación final de poner todos sus negocios en venta.
El proceso se inició en julio del año pasado y acaba de culminar con la venta de Campo Austral, productora de alimentos en base a carne de cerdo, a dos sociedades locales: Bogs y La Piamontesa.
Por la operación combinada, BRF recaudó u$s33,5 millones y cedió las marcas Calchaquí y Bocatti y una planta ubicada en Florencio Varela a Bogs, una firma orientada a los negocios agropecuarios. En tanto que la marca Campo Austral y otras dos fábricas ubicadas en San Andrés de Giles y Pilar fueron transferidos a La Piamontesa.

En conjunto, los cuatro establecimientos poseen capacidad de faenar 2.300 cerdos por día y procesar más de 2.000 toneladas de productos al mes, tales como fiambres, embutidos y paté.
De esta forma, BRF logra reducir en algo su endeudamiento global que oscila en los u$s600 millones y que también obligó al conglomerado brasileño a encarar un plan de desinversiones en Europa y Tailandia.
Y cierra su ciclo en Argentina, en donde estaba presente desde 1992 cuando desembarcó como importadora de los productos Sadía hasta que en el 2011 comenzó un proceso de expansión con la compra de varias empresas como Quickfood, Avex y Campo Austral, y marcas como las margarinas Dánica, entre otras.
De hecho, en la cronología de su crecimiento se encuentran algunos años que marcaron ese proceso. Por caso, en octubre del 2011 se quedó con la avícola cordobesa Avex. En junio del 2012 concluyó la compra de Quickfood y su marca Paty como parte de un canje activos con otro grupo brasileño, Marfrig. Luego, en octubre del 2015, le compró a Molinos Río de la Plata las marcas de salchichas Vieníssima y Wilson, las hamburguesas GoodMark y los fiambres Tres Cruces y Hammond, además de las margarinas Dánica y Delicia. Por estos activos pagó u$s43,5 millones. Dos meses después, en diciembre del 2015, sumó el frigorífico Campo Austral por el que desembolsó u$s85 millones. Y en mayo del 2016 adquirió Alimentos Calchaquí.
El raíd de compras se frenó a partir de ese momento y el escenario cambió al punto que desde la casa matriz se definió abandonar el mercado argentino. En este sentido, Lorival Luz, actual CEO global de BRF, destaca la venta de los activos en Argentina como una "etapa importante" en el proceso de achicamiento encarado especialmente por la complejidad y diversidad de los activos que se habían puesto en venta en el país. Es que, además del frigorífico porcino, el holding también se desprendió de Quickfood, la sociedad productora de las hamburguesas Paty y GoodMark, y las salchichas Viennisimas, y de Avex, la empresa procesadora avícola.
En Argentina, su crisis se disparó básicamente por los cambios en las condiciones del mercado doméstico, afectado por la fuerte devaluación del peso frente al dólar y la importante retracción del consumo.
La situación se fue empeorando y obligó a la casa matriz a achicar sus negocios en Argentina luego de haber girado fondos a la filial local por casi u$s100 millones en los últimos años mediante aportes de capital. En forma irrevocable y a cuenta de futuras suscripciones de acciones.
Para el grupo controlante, los problemas se fueron acumulando por los "fuertes incrementos" en el precio de los principales insumos (entre ellos la hacienda y recortes) causada por un doble efecto.
Por un lado, una devaluación del tipo de cambio del orden del 40% que ocurrió tras la asunción del gobierno de Cambiemos en diciembre de 2015, y por el otro, la quita y reducción de las retenciones y cupos a la exportación de commodities agrícolas, como por ejemplo, del maíz y la soja.