Una mirada al poderoso fenómeno del afrohouse
Del underground africano al mainstream global, lo que comenzó como un movimiento subterráneo ha comenzado a marcar el futuro de la electrónica.

Cuando inicia el pulso hipnótico de 'Superman' de Black Coffee, con la voz profunda de Bucie elevándose sobre percusiones que parecen rituales, algo cambia: la pista deja de ser un club y se convierte en un espacio de trance colectivo. Ese momento, lleno de alma y comunidad, es puro afrohouse.
Este género, nacido en los distritos urbanos de Sudáfrica, en los ahora ya lejanos 90's, fusiona house con ritmos tribales, melodías íntimas y voces en lenguas africanas, dando vida a una forma de música electrónica que vibra con identidad y espiritualidad. Su esencia nació de esa mezcla, de ese encuentro entre lo ancestral y lo moderno. Culoe De Song —pionero de este género— le dijo a la plataforma Beatport hace unos meses que es "una de esas oportunidades de ganarse la vida haciendo lo que te apasiona". Y añadió que "representa a toda una generación de jóvenes sudafricanos que viven en estudios de dormitorio y que sienten un gran entusiasmo por las canciones y la música. Manipulan sonidos, los combinan, crean ritmos, y la gente se divierte con eso".
Y así como pasa con otros ritmos que emergen de una cultura y después viajan a través de sus audiencias, el afrohouse viajó hasta Europa y América Latina, conquistando tanto la escena underground como los clubes de lujo y festivales masivos.
En 2025, nombres como Black Coffee y Da Capo —considerados como los artistas pioneros junto al anteriormente mencionado Culoe De Song— son los responsables de que el afrohouse no sólo domine playlists globales, y también han transformado la estética del clubbing. Su expansión responde a una tendencia mayor: la internacionalización de la electrónica, donde hoy, el sur del mundo marca el paso y redefine lo que significa bailar en la pista.
El afrohouse toma el mundo
El afrohouse ha dejado de ser un nicho exclusivamente sudafricano para consolidarse como fenómeno global. Según el IMS Business Report, el género escaló del puesto 23 al cuatro en búsquedas en Beatport, mientras que en SoundCloud se registró un incremento del 100% en subidas relacionadas con este estilo, señal de que productores y DJs de todo el mundo se suman al sonido tribal y profundo que lo caracteriza.
Festivales internacionales son el reflejo de la magnitud de esta propuesta: Amsterdam Dance Event (ADE) 2024 incluyó paneles y showcases dedicados al afrohouse, con artistas como MANU y Karyendasoul encabezando la programación, demostrando que ya no es solo música de club, sino también un movimiento cultural que a través de las redes sociales ha logrado alcance internacional incidiendo en baile, arte e indumentaria.
Incluso los clubes europeos lo han adoptado como parte esencial de su programación. Residencias de Black Coffee en Hï Ibiza, sets de Keinemusik en Berlín y Amsterdam, y festivales de talla mundial muestran que el género puede atraer tanto a audiencias underground como a multitudes de miles de personas, convirtiendo la música electrónica en un crisol intercontinental donde África lleva la batuta.
El afrohouse no solo está en Europa y África, la globalización digital ha llevado sus beats a América Latina y Asia, transformando playlists y creando una comunidad de productores y DJs internacionales que se inspiran en el estilo. Este boom muestra que, en 2025, ya no necesita intermediarios: es un fenómeno en sí mismo.
Las voces emergentes
Aunque sus impulsores han conquistado un lugar en la industria musical y continuarán marcando la pauta por un buen tiempo, el afrohouse ha abierto oportunidades a nuevas generaciones de DJs. En 2025, por ejemplo, podemos hablar del productor australiano Levi quien, con su canción 'Jump' no solo se posicionó como el artista del verano, sino que alcanzó también 12 millones de reproducciones en todo el mundo. En Suecia se encuentra ERIICE, quien con un ritmo cautivador lanzó 'Baille', una canción que transporta a esas fiestas interminables de verano. Otros artistas a tener en el radar son Atmos Blaq, Vanco y Desiree, que fusionan afrohouse con ritmos globales y producen tracks que ya lideran playlists en Europa y LATAM.
Asimismo, podemos hablar de artistas latinos cuya propuesta deriva de este género. Algunos cuentan con trayectorias que incluso superan los 10 años, tal es el caso del DJ y productor mexicano Danny Khas quien resuena en España y Reino Unido. El colombiano BEN JP —cuyo verdadero nombre es Juan Pablo Gómez— ha hecho de este estilo su marca personal en su país y lo ha llevado a presentarse en múltiples festivales y es DJ residente en eventos de renombre como Nomad Camp y Nomad Tribe en Colombia. Mientras que en España JP Candela —DJ madrileño afincado en Ibiza— es uno de los nombres más destacados del género en su país y a nivel internacional.
¿Hay futuro en el afrohouse?
Es un hecho, el afrohouse se está convirtiendo en un movimiento cultural, no solo musical, las plataformas son prueba de ello. Su auge demuestra que está en constante evolución sin perder su esencia, combina tradición y modernidad, artistas consagrados y emergentes, y escenarios tanto underground como masivos, es una forma de vivir. En una entrevista con la revista Radio Africa en 2015, Black Coffee compartió: "Me veo a mí mismo como una persona que toma la música africana y la expande por el mundo. Creo que es una de las razones por las que estoy aquí, para tratar de expandir esta música que no es tan conocida como la tradicional, ya sea mía o de otros que hacen la música que me gusta. Simplemente intento que se conozca lo que me hace sentir".
En 2025, el género es tan global como innovador, y sigue definiendo el futuro de la música electrónica desde sus raíces locales hasta las pistas más importantes del mundo. Solo hace falta ver las listas de las plataformas, los números que ocupan en los rankings globales y escuchar el entorno para darse cuenta de que no es una moda pasajera. Sus sets, festivales y residencias transmiten identidad africana, diversidad y creatividad. Desde residencias en Ibiza hasta raves en São Paulo y festivales en Berlín, el género se ha convertido en una corriente principal de la música electrónica, consolidando artistas consagrados e impulsando a nuevas voces emergentes dentro y fuera de África y que definen la innovación del sonido étnico y melódico.
La propuesta musical del afrohouse puede ser al mismo tiempo comercial y profunda, bailable y reflexiva, tradicional y futurista. Su expansión demuestra que trasciende el ámbito musical y se convierte en un movimiento cultural. Como señala la periodista Zepherin Saint, el afrohouse no solo marca tendencias: marca la dirección de la música del futuro.
Tal vez una de las cosas más valiosas en este panorama, tiene que ver con el hecho de que, con sus raíces africanas y fusión contemporánea, desafía el colonialismo cultural al reivindicar ritmos ancestrales. Su expansión global dignifica identidades, resignifica la música electrónica y otorga protagonismo a expresiones antes marginadas, celebrando diversidad y resistencia desde la pista de baile.
En definitiva, lo que comenzó como un sonido local en los clubs de Johannesburgo se ha convertido en un idioma global, y 2025 solo confirma que llegó para quedarse, transformando la cultura electrónica tal como la conocíamos.
info: Marina Morales Bernal


