Una solución para millones: una startup rosarina desarrolla un tratamiento para combatir la artrosis

16.04.2024

Junto a Conicet, Dharma BioScience busca regenerar el cartílago que protege los huesos y articulaciones de la rodilla. Esta enfermedad afecta a 600 millones de personas en el mundo.

(De izq. a der.) Dharma BioScience fue fundada por el biólogo Diego Croci, el médico fisiatra, Gastón Topol y el kinesiólogo, Franco Cescotti. Créditos: SF500.
(De izq. a der.) Dharma BioScience fue fundada por el biólogo Diego Croci, el médico fisiatra, Gastón Topol y el kinesiólogo, Franco Cescotti. Créditos: SF500.

La artrosis es una enfermedad degenerativa que afecta a los huesos y las articulaciones mediante el desgaste de los tejidos y cartílagos que los protegen. Según la Fundación Internacional de la Artrosis, casi 600 millones de personas en el mundo sufren esta enfermedad, siendo así la primera causa de invalidez permanente. En este contexto, la startup rosarina Dharma BioScience desarrolla un tratamiento que busca regenerar el cartílago que protege los huesos y mejorar así la calidad de vida de las personas. De manera reciente, la terapia obtuvo su patente en Estados Unidos y proyectan un futuro prometedor.

"En la actualidad no hay ninguna terapia que se ofrezca que sea realmente efectiva para tratar la artrosis. En otras palabras, no hay cura, sino paliativos que mejoran temporalmente la calidad de vida de las personas, pero la enfermedad progresa y, muchas veces, se llega al punto de tener que someter a los pacientes a una cirugía de reemplazo de la articulación por una prótesis, que tampoco es eficaz", cuenta Franco Cescotti, cofundador de Dharma BioScience, a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.

En ese marco, la empresa radicada en Rosario apunta a desarrollar un producto inyectable que permita regenerar el cartílago que protege a los huesos. Cuando una persona tiene artrosis, los tejidos que protegen las articulaciones y las partes óseas se pierden; en este sentido, el equipo busca incorporar pequeñas moléculas modificadas, conocidas como microRNA, a las células dañadas para que el propio organismo pueda regenerar dichos cartílagos.

Así lo explica Cescotti "Los microRNA pueden modificar la función de las células que hoy no están produciendo cartílago o lo están dañando, y que empiecen a regenerar ese tejido. Para ello, hicimos una serie de pruebas a ochenta pacientes, a quienes les extrajimos líquido sinovial presente en las articulaciones y definimos cuáles eran los microRNA que estaban involucrados en la patología".

Al identificarlos, alteraron su secuencia o formación para que actúen de manera más eficaz y a largo plazo y los introdujeron en células de personas que tenían artrosis. Para esto, sacaron tejidos de los pacientes que se sometían a cirugías de prótesis: para colocar este sustituto artificial, los médicos deben cortar parte de la articulación y ese resto fue el que utilizaron para hacer las pruebas en el laboratorio. Al tratarlos con los microRNA, notaron que se producía colágeno de cartílago dando lugar a un proceso de regeneración.

El desarrollo se encuentra en las pruebas de fase preclínica y esperan que los ensayos en pacientes ocurran dentro de los próximos 18 a 24 meses; allí se definirá la eficacia del tratamiento y cuántas veces deberá inyectarse en el paciente el producto. "Esta terapia está planteada para la artrosis de rodilla que es la más frecuente, pero, una vez conseguido esto, queremos averiguar si es posible aplicarlo a otras partes del cuerpo", proyecta.

A su vez, enfatiza ante la Agencia que desde el equipo planean que el producto sea de bajo costo y que llegue a todos los rincones de Argentina y el mundo. "Después será cuestión que las prepagas, los hospitales y los gobiernos generen políticas de Estado para que el tratamiento sea accesible para toda la población y mejorar así la vida de millones de personas", subraya.

La startup Dharma BioScience es financiada por el fondo de inversiones SF500 y continúan en la búsqueda de inversores para avanzar con el desarrollo. A su vez, trabaja en conjunto con el científico del Conicet Diego Croci.

Info: Luciana Mazzini Puga