Continúan redadas y decenas de arrestos en Los Ángeles

Estados Unidos sigue revuelto por las redadas de la policía federal de Inmigración que están sembrando el pánico en comunidades de inmigrantes por todo el país. En Los Ángeles, donde comenzaron las revueltas que han ido contagiando a ciudades a nivel nacional, se mantuvo el toque de queda por segunda noche consecutiva después de que el martes se produjeran más de 200 arrestos.

La alcaldesa de la ciudad, la demócrata Karen Bass, insistió en el hecho de que las protestas se están produciendo en un área concentrada en unas pocas manzanas, un pequeño porcentaje de una urbe de más 800 kilómetros cuadrados. También, que las autoridades locales son más que suficientes para controlar a los manifestantes. Bass subrayó que ni la Guardia Nacional ni los marines que ha mandado el presidente Donald Trump a Los Ángeles son necesarios.

Los Ángeles no fue la única ciudad bajo toque de queda por las protestas contra el gobierno de Trump. En Spokane, Washington, el alcalde de la ciudad estableció la restricción de movimiento tras los enfrentamientos de los manifestantes con la policía local. Por segundo día consecutivo, las protestas se han expandido a más de una docena de ciudades de EEUU, incluyendo San Antonio, Raleigh, o St. Louis, Austin, Washington, Chicago y Nueva York.

Lo sucedido durante la sexta jornada de protestas le ha vuelto a dar la razón a la regidora. Las concentraciones frente a la alcaldía fueron pacíficas y las decenas de arrestos posteriores realizados por la policía de Los Ángeles se produjeron sin resistencia por parte de los manifestantes, una vez que entró en vigor el toque de queda. Tras ponerse el sol, la mayoría de los congregados optaron por retirarse y para las 9 de la noche el centro de la ciudad parecía haber recuperado una cierta sensación de normalidad.

Lo que no cesan son las redadas de los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). En Downey, una localidad, al sureste de Los Ángeles, agentes de Inmigración realizaron operaciones en un Home Depot, donde se suelen congregar los jornaleros latinos, en un gimnasio y a la salida de una iglesia. La cifra hasta el momento es de 330 inmigrantes detenidos era el sur de California y la costa central.

Otro de los objetivos estos días son las empresas de lavado de coches. Al menos cinco han sido blanco de redadas de Inmigración en los últimos días, según la organización Clean Carwash Worker Center. Tampoco se han librado en las cosechas, donde los inmigrantes hispanos son legión. El ICE se ha hecho presente en campos de Ventura y Santa Bárbara que cultivan una porción considerable de las fresas, aguacates y apio del Estado Dorado.

En Omaha, Nebraska, el ICE realizó unos 70 arrestos en una planta de procesamiento de carne, sembrando "un miedo innecesario" en de la ciudad, según señaló el alcalde, John Ewing. Algunos trabajadores trataron de impedir la salida de los vehículos del ICE con sus compañeros arrestados dentro.

Asimismo, los agentes federales trataron de acceder a negocios sin órdenes judiciales y se les negó la entrada. Ewing explicó que eso provocó el cierre de algunas partes del distrito comercial de la ciudad, parte de un campus universitario comunitario y una biblioteca municipal.

En Texas, el gobernador republicano, Greg Abbott, anunció el despliegue de la Guardia Nacional en su Estado para detener posibles enfrentamientos con la policía local. Tanto en Austin, la capital estatal, como en Dallas, San Antonio y Houston se han producido manifestaciones en apoyo de la población inmigrante indocumentada, unas marchas que prometen multiplicarse el sábado con motivo de la convocatoria organizada por el grupo No Kings (No a los reyes).

Las concentraciones, que se espera que sean masivas en más de 1.800 localidades de todo el país, coinciden con el primer desfile militar en décadas en EEUU, una decisión de Trump que también concurre con el Día de la Bandera y con su cumpleaños. El republicano ha aclarado que se trata de una coincidencia y que no está tratando de rendirse un homenaje sacando los tanques y los aviones a la calle en Washington a costa del erario público. "Da la casualidad de que es el mismo día", indicó.

También dijo que responderá con dureza a las protestas, sin distinguir si son pacíficas o no. Lo encara como una invasión enemiga de extranjeros en EEUU. "Aquellas personas que quieran protestar se encontrarán con una fuerza muy grande", dijo desde la Casa Blanca el martes. "Y ni siquiera he oído hablar de ninguna protesta, pero ya saben, se trata de gente que odia nuestro país, y se encontrarán con una fuerza muy dura".

Info: El Mundo