Estilos emocionales: ¿cuál es el tuyo?

21.06.2022

La respuesta emocional ante los acontecimientos significativos de la vida varía en cada uno de nosotros. El profesor de psicología y psiquiatría Richard Davidson identificó seis formas de reaccionar y afrontar las situaciones, las cuales detallaremos a continuación.

El libro The Emotional Life of Your Brain, escrito por Richard Davidson, profesor de psicología y psiquiatría de la Universidad de Wisconsin-Madison, en coautoría con la escritora científica Sharon Begley, resume casi cuarenta años de investigación sobre la base neuronal de la emoción. Allí, los autores plantean que, ante los acontecimientos significativos de la vida, cada quien reacciona con un perfil emocional constitutivo, establecido por seis estilos emocionales.

Según Davidson y Begley, los estilos emocionales son la forma constante de responder a las experiencias de la vida. En cada uno se identifica una actividad cerebral y neuronal específica, lo que permite medirlos con métodos de laboratorio objetivos. No obstante, eres tú mismo quien puede reconocer cuál es tu estilo dominante. Si quieres saber cómo, te invitamos a seguir leyendo.

6 estilos emocionales

Davidson y Begley establecieron seis estilos emocionales, cada uno con niveles de graduación. Conocerlos te ayudará a comprenderte a ti mismo y a tu entorno. Estos son los siguientes.

1. Estilo resiliente

Determina la capacidad de recuperación ante la adversidad. Los dos extremos de este estilo son: rápida recuperación versus baja recuperación.

De esta forma, si eres alguien que aprende rápidamente y sigue adelante ante situaciones difíciles, entonces estás en el polo de los rápidos. Pero, si ante este tipo de situaciones, te paralizas, sientes miedo o te cuesta avanzar, entonces eres de respuesta más baja.

2. Estilo panorámico

Consiste en qué tan positivo eres al momento de interpretar los hechos diarios. En este caso, los extremos son pesimista versus optimista.

Por lo general, las personas que manifiestan mayores conexiones entre la corteza prefrontal y el núcleo accumbens (centro del placer) tienen una visión más positiva de la vida. Además, suelen presentar una alta motivación, mayor energía, creatividad, determinación y bienestar.

3. Estilo intuitivo

Se trata de qué tan bueno eres para interpretar las señales emocionales no verbales de los demás. De esta forma, en los extremos estarían aquellos que les cuesta identificar el estado emocional de los demás, mientras que, en el otro polo, estarían aquellos que reconocen fácilmente las emociones y pensamientos de quienes los rodean. En este sentido, se caracterizan por ser empáticos y compasivos.

4. Estilo autoconsciente

Determina qué tan consciente eres de tus propios estados emocionales. De esta forma, los extremos estarían comprendidos por aquellos que detectan fácilmente los mensajes de su propio cuerpo versus aquellos que no saben identificar lo que están sintiendo.

5. Estilo sensitivo

Radica en la capacidad para percibir el entorno y adaptar las respuestas emocionales según las circunstancias. Un alto estilo sensitivo permite tener respuestas emocionales acordes al contexto.

Por ejemplo, si un compañero del trabajo viene triste a contarnos que falleció un familiar, la respuesta adecuada es mostrarse afligido y compasivo. En cambio, un bajo estilo sensitivo sería actuar como si no te importara o decirle chistes para subirle el ánimo.

6. Estilo focalizado

Consiste en la capacidad de focalizarte en una tarea determinada. En este aspecto, existen personas que se distraen fácilmente y otros que se mantienen altamente enfocados en su trabajo.

Si tienes un alto foco estás mentalmente en sintonía con lo que atiendes, por lo que difícilmente puedes distraerte con cualquier cosa. Sin embargo, hay que tener en cuenta que un exceso de foco inhibe la creatividad, por lo que es necesario tener momentos de distracción.

Cómo identificar tu estilo emocional

En primer lugar, ten en cuenta que todos presentamos un determinado grado de cada uno de los estilos presentados anteriormente. Es decir, cada uno tiene un grado de resiliencia, de panorama, de intuición social, de autoconciencia, de sensibilidad al contexto y de focalización.

De esta forma, aquel que se presente con más prominencia será tu estilo emocional dominante.

Una forma de determinar cuáles son los estilos dominantes es escribir los seis tipos y clasificarlos del 1 al 5, donde 1 representa "bajo desarrollo" y 5, "estilo logrado". Luego, puntúa en función de cómo respondes antes los acontecimientos de la vida. Así, obtendrás una idea de tu perfil emocional.

Puedes pedirle a una persona de confianza que también clasifique tus estilos emocionales. De esta forma, obtendrás otra perspectiva de tu vida emocional.

¿Se puede cambiar el estilo emocional?

Uno de los principios centrales en la tesis de Davidson es el concepto de neuroplasticidad: capacidad del cerebro para modificarse en función de nuestra vida.

Dicho esto, el autor defiende que el estilo emocional de una persona puede cambiar gracias a la experiencia, mediante un esfuerzo consciente. Además, afirma que la vida de un individuo puede mejorar si se trabajan los estilos emocionales.

¿Cuándo resulta beneficioso modificar nuestro estilo emocional?

Es pertinente que seas consciente que ningún estilo emocional es mejor que otro y que no hay ninguno ideal. Pues la idoneidad dependerá de cada persona. Es decir, no tienes por qué desarrollar y potenciarlos todos, solo aquellos que consideras te hacen sufrir y afectan significativamente tus relaciones y vida laboral.

Por ejemplo, existen personas con poca focalización que no les afecta nada, pues su capacidad creadora y sensitiva ante las circunstancias las mantienen plenas y felices. De esta forma, antes de trabajar un estilo emocional, pregúntante: ¿qué me perjudica o me hace sufrir?

Para concluir, si quieres desarrollar algún estilo emocional, Davidson propone la meditación. Dicho autor es famoso por estudiar a un pequeño número de monjes budistas, en quienes encontró diferencias significativas en el funcionamiento y estructura de sus cerebros. Esto sugiere las cualidades beneficiosas de esta práctica mental.

¿Te habrás preguntado alguna vez a dónde miran los chicos y chicas cuando practican deporte, y más concretamente cuando juegan al fútbol? Todos (o casi todos) miran al balón. Están inmersos en el juego de tal manera que sacarlos de esa situación resulta a veces complicado.

La intendenta Rosario Romero dialogó con el titular de la entidad, Carlos Schultz. Acordaron desarrollar acciones conjuntas y fortalecer el trabajo social que realizan las iglesias evangélicas en la ciudad.