El
desarrollo humano es un proceso fascinante. Dentro de ese universo de
florecimiento, los cambios psicológicos que ocurren en cada etapa de la vida
son los que más te condicionan. En ellos acontecen variaciones que integran
aspectos tan básicos como el lenguaje, el pensamiento abstracto o el desarrollo
de tu identidad.
Es
cierto que el cambio forma parte de la naturaleza del ser humano, pero cada uno
de esos saltos evolutivos presentan notables desafíos y oportunidades.
Manejarlos requiere primero saber en qué consisten. Solo entonces darás lo
mejor de ti para afrontarlos o potenciarlos en los demás, como es el caso de
los niños. Te invitamos a indagar en este tema.
"Cuanto más te conoces a ti mismo, más
paciencia tienes para lo que ves en los demás". ~ Erik Erikson (El ciclo vital
completado, 1982) ~
Cambios
psicológicos en la infancia
Conocer
los cambios psicológicos que ocurren en cada etapa es un tema que atrae la
atención de los científicos. Erik Erikson, por ejemplo, fue una de las primeras
figuras en trazar un modelo de desarrollo que sirve de inspiración en la
intervención terapéutica. Esto mismo es lo que describen en un trabajo
publicado en el Clinical Psychology &
Psychotherapy.
Cabe
señalar que los procesos que suceden en la infancia son los más significativos.
Los profesionales tienen un especial interés en este periodo, porque conocerlo
en detalle permite brindar una intervención temprana para optimizar el
desarrollo infantil. Se trata de una serie variaciones influenciadas por
factores biológicos y ambientales. Los analizamos.
Infancia temprana
La
primera infancia se inscribe en un periodo que abarca dos años; desde el
nacimiento hasta que empiezan a desarrollar las competencias comunicativas.
Para comprender esta fase tan decisiva, son de mucha utilidad los trabajos de
Jean Piaget y los de John Bowlby: Psicología del niño (1920) y El vínculo
afectivo (1969), respectivamente.
- Desarrollo sensoriomotor: los bebés exploran
su realidad a través de sus sentidos, movimientos y mediante patrones visuales.
Pronto aprenderán a identificar los rostros de sus cuidadores principales.
Durante los primeros 18 meses integran un gran número de competencias
perceptivas que ayudan reconocer formas, profundidades, distancias, etc.
- El apego: la vinculación con sus cuidadores es
una de las experiencias socioafectivas más importantes para el desarrollo
humano. Los bebés integrarán la capacidad de formar lazos emocionales con los
demás, partiendo siempre de cómo sus progenitores interaccionan con ellos. El
apego seguro garantizará su equilibro socioemocional.
- Estados afectivos: a lo largo de estos 24
meses demostrarán emociones básicas como la alegría, el asco, el miedo, la
tristeza, la rabia, etc. Aparecerá también la sonrisa social al interaccionar
con su entorno.
Edad preescolar
(3-6 años)
Entre
los cambios psicológicos que ocurren en cada etapa, los centrados en la
infancia son decisivos de cara al desarrollo posterior. La revista Cureus publicó una investigación en la
que enfatiza que los primeros 1000 días de vida del niño son clave para su
madurez neurológica. Es en esta etapa cuando se integran las siguientes
habilidades imprescindibles:
- Desarrollo del lenguaje: los niños adquieren,
poco a poco, una comunicación más competente a través de frases cortas que
mejorarán en fluidez con los años. La interrelación y la estimulación del
entorno facilitarán este proceso para que comiencen, también, a expresar sus
pensamientos y emociones de manera más elaborada.
- Juego simbólico: los pequeños empiezan en esta
etapa a utilizar la imaginación a través del juego para recrear situaciones
ficticias. Esto les permite iniciar un proceso de desarrollo en su pensamiento
abstracto.
- Desarrollo social: entre los 3 y los 6 años es
frecuente que vayan a las escuelas infantiles y se relacionen con sus iguales.
Esa oportunidad para interactuar con sus pares les permitirá adquirir decisivas
habilidades sociales, como compartir y cooperar.
Edad escolar
(7-11 años)
El
periodo previo adolescencia configura un momento interesante en su desarrollo
social y moral. Además del propio Jean Piaget, quien nos permitió comprender
los principales hitos cognitivos, Lawrence Kohlberg expuso cómo los niños
integran los valores y principios éticos. Su libro Psicología moral (1981) es
toda una referencia en este campo.
- Desarrollo cognitivo: entre los 7 y 11 años
adquieren habilidades de pensamiento más complejas. Ejemplo de ello es la
capacidad de razonar lógicamente y resolver problemas de manera sistemática. En
este sentido, la educación y el entorno social es imprescindible para integrar
del mejor modo estos hitos.
- Competencias en autonomía: en esta etapa se
empieza a desarrollar un sentido de independencia cada vez más evidente. Los
niños toman decisiones por sí mismos en áreas como la escuela y los intereses
personales.
- Desarrollo moral: si antes del presente
periodo los niños eran más egocéntricos, a partir de este momento adquieren
principios morales y éticos más sólidos, en vista de que ya integran las normas
sociales de su entorno.
Cambios
psicológicos en la adolescencia
Entre
los cambios psicológicos que ocurren en cada etapa de la vida, los que se
suceden en la adolescencia son los bastante llamativos. La personalidad y la
identidad se están conformando. Pero a ello, hay que añadirle un cerebro que no
terminará de madurar hasta pasados los 20 años y un cuerpo que se encuentra
dominado por múltiples procesos hormonales.
- Cambios emocionales: las fluctuaciones
emocionales de este periodo están mediadas por las hormonas y los cambios del
cerebro durante estos años tan decisivos.
- Pensamiento abstracto: los chicos y chicas
integran la capacidad de pensar de forma más abstracta y reflexiva,
considerando conceptos como la moralidad, la política y la filosofía, etc.
- Desarrollo de la identidad: la adolescencia
abarca una serie de años de grandes descubrimientos desde los cuales exploran y
desarrollan su forma de ser, identidad personal, sexual y el sentido de sí
mismos. También sus valores, pasiones y metas en la vida.
Desde
Frontiers in Psychology inciden en
esto mismo. Es una etapa de estrés y confusión, en la que, sin ser ya unos
niños ni todavía adultos, enfrentan al mundo exterior con lo que aprenden en la
escuela y los medios de comunicación. Veamos, a continuación, lo que marca esta
fase:
- Cambios emocionales: las fluctuaciones
emocionales de este periodo están mediadas por las hormonas y los cambios del
cerebro durante estos años tan decisivos.
- Pensamiento abstracto: los chicos y chicas
integran la capacidad de pensar de forma más abstracta y reflexiva,
considerando conceptos como la moralidad, la política y la filosofía, etc.
- Desarrollo de la identidad: la adolescencia
abarca una serie de años de grandes descubrimientos desde los cuales exploran y
desarrollan su forma de ser, identidad personal, sexual y el sentido de sí
mismos. También sus valores, pasiones y metas en la vida.
Cambios
psicológicos en la madurez
Tu
desarrollo psicológico no finaliza al llegar a la edad adulta; los cambios se
siguen sucediendo. Y lo hacen porque vives en un entorno complejo y variable al
que debes adaptarte con sus desafíos, sus adversidades y nuevas experiencias.
Suma los cambios biológicos, como puede ser la menopausia o el propio
envejecimiento. Profundicemos en este periodo.
Adultez temprana (20-40 años)
- Desarrollo profesional: si hay un periodo
crítico y decisivo para orientar y dotar de estabilidad a tu vida, es ese
contenido entre los 20 y los 40. Es un momento crucial en el que desarrollar tu
carrera y alcanzar logros laborales y financieros.
- Relaciones y formación de familia: a lo largo
de estos años el ser humano madura en la esfera de sus relaciones
sexoafectivas. Es frecuente que en esta etapa consolides, poco a poco, tu vida
social y emocional hasta configurar tu red familiar y de apoyo.
- Integración de la identidad y personalidad: a
lo largo de estas décadas consolidas tu identidad y procuras construir tu vida
de forma acorde a tus intereses particulares. De Vries et al. (2021) precisan
que, aunque la personalidad sigue madurando, es frecuente demostrar en esta
etapa mayor extroversión, amabilidad y madurez social.
Madurez intermedia (40-60 años)
Hay
un aspecto interesante al respecto de los cambios psicológicos que ocurren en
cada etapa de la vida. Es cierto que la mediana edad se relaciona con las crisis
vitales y con tener que pasar determinadas transiciones: nido vacío,
menopausia, etc. No obstante, este es un periodo amplio y no todas las personas
lo viven de igual modo. Hay mucha variabilidad.
Un
trabajo compartido en The American
Psychologist resalta la necesidad de procesar esta etapa como un período
fundamental en el que equilibrar ganancias y pérdidas y vincular ciclos de vida
anteriores y posteriores para avanzar. Te explicamos, por tanto, esas
complejidades que acontecen en las presentes décadas:
- Reformulaciones vitales y resiliencia: esta es
una realidad psicológica interesante. Es frecuente ver a muchas personas entre
sus 40 y sus 50 reconstruyendo por completo sus vidas y aspiraciones, mientras
adoptan un enfoque mental más flexible y resiliente.
- Crisis de mediana edad: algunas personas
experimentan una crisis de identidad o un cuestionamiento de sus elecciones de
vida. Esto sucede cuando se enfrentan a vivencias como pérdidas de empleo,
rupturas afectivas, la jubilación, la menopausia o la simple percepción del
paso del tiempo.
- Ajustes en las relaciones: otro fenómeno
frecuente tiene que ver con las relaciones familiares y de pareja. La
vinculación puede cambiar, dando paso a un afecto más sólido y maduro. O bien
proceder al conocido como divorcio gris. Aparece también el nido vacío y una
reformulación en la relación con los hijos al ver a estos crecer e
independizarse.
Adultez avanzada (65 en adelante)
- Reflexiones existenciales: los hombres y las
mujeres de más de 65 años entran en una etapa en la que es habitual reflexionar
sobre sus logros y experiencias de vida. Es un momento en que piensan también
en el legado que dejarán a las generaciones futuras.
- Cambios cognitivos: el cerebro evidencia un
progresivo declive que tiene su inicio en los 30 años y que se intensifica a
partir de los 65. Pero si la persona atesora una buena reserva cognitiva, se
mantiene curioso por integrar nuevos aprendizajes y dispone de buenas
conexiones sociales, esa pérdida de habilidades no es tan progresiva.
- Salud psicológica: el bienestar psicológico
puede debilitarse en algunos adultos mayores. La soledad es el principal factor
para que aparezcan condiciones como la depresión. Asimismo, se intensifica el
riesgo de padecer alguna enfermedad neurodegenerativa. Sin embargo, muchas
personas viven este periodo con plenitud y felicidad.
- Jubilación y ajuste: este ciclo está lleno de
desafíos psicológicos y cada persona lo procesa de un modo diferente. Desde The
Journals of Gerontology matizan en un artículo que todo depende de las
condiciones psicosociales de trabajo y del entorno social que tenga la persona.
Es básico adaptarse a la nueva rutina y buscar otros significados y propósitos.
Los cambios
psicológicos en cada etapa de la vida son un aprendizaje enriquecedor
El
viaje de la vida está condicionado por factores biológicos, sociales,
ambientales y neurológicos. Todas esas variables median en la esfera
psicológica y también a la inversa. La mayoría de los cambios que
experimentarás en los próximos años son normales, pero conocer qué te espera en
cada etapa confiere un recurso de poder indiscutible.
Este
aprendizaje brinda la oportunidad de prepararte mejor. Porque si la existencia
es aceptar el cambio, lo ideal hacerlo con buenos recursos con los que
transitar de forma óptima cada periodo. Madurez temprana, media o avanzada. En
ti hay habilidades excepcionales que puedes desarrollar para alcanzar la
plenitud en cada periodo y afrontar mejor los desafíos.
Info: Valeria Sabater. Psicóloga.